Amalia Granata recluta a Juanjo Álvarez para su plan 2027 en Santa Fe

La diputada santafesina Amalia Granata sumó a su equipo a un veterano de mil batallas del peronismo: Juan José Álvarez. La legisladora se puso rápidamente en el centro de la oposición en Santa Fe y relegó al PJ. Primero imagen y después estructura, la máxima que carbura su equipo para un plan que tiene a 2027 como fin de ruta.

El vínculo entre ambos, reconstruyó Letra P, nació de un elemento casi afectivo. Los hijos del bonaerense ya traían una suerte de amistad con Leonardo Squarzon, marido de la legisladora y cada vez más activo en su armado político. De esa relación partió el primer cara a cara luego de que Granata confesara que iba a votar en blanco en el balotaje entre Javier Milei y Sergio Massa. En ese momento, Álvarez era jefe de campaña del tigrense en Córdoba.
 
El rol de Álvarez en el esquema de Amalia Granata
Álvarez no es un full time en el esquema de Granata. Pueden hablar dos veces en una semana o una vez en un mes, pero orbita en el ecosistema de la diputada que se opuso ferozmente al gobernador Maximiliano Pullaro.


No está instalado en Santa Fe ni mucho menos, pero hace unos 45 días comió junto a Granata y Squarzon en un restaurante célebre de Rosario ubicado sobre el bajo, que cocina unas cintas al nero di seppia para respetar. En esa velada también se sentó a la mesa el senador peronista Armando Traferri, conocido de Álvarez.
La presencia del sanlorencino, que en las últimas horas fue citado por la justicia en la causa juego clandestino, le podría dar cuerpo al run run que filtra todo Unidos, que el operador en las sombras de Granata es el propio Traferri. El senador se lo negó a Letra P, aunque concedió que cenó más de una vez en el verano, en Uruguay, junto a Granata y el diputado PRO Álvaro González, un amigo de la diputada, para conocerse y hablar de política.
Qué ve Álvarez en Amalia Granata
No es su jefe de campaña, pero Álvarez ve en Granata atributos que lo entusiasman – o al menos lo atraen – para moverse dentro de su esquema. La capacidad de la legisladora para ocupar espacios vacíos y una militancia celeste, anti aborto, que también lo moviliza. Eso como punto de partida para un trabajo a largo plazo con miras a 2027. Porque Granata gobernadora es el horizonte.

Granata, reconocen en su entorno, tienen un déficit de despliegue territorial, pero no es prioridad por el momento para el abordaje. Es objetivo de su equipo, en la actualidad, afinar y fortalecer la imagen que tiene y el rol central que adquirió en la oposición a Pullaro. La estructura viene después, en un segundo paso.

Ante la pregunta de hacia dónde crece, en el armado de Granata consideran que no está desesperada en armar una alianza con el PJ, ni siquiera con algunos sectores internos. Pese a ello, admiten que el perfil de la mediática no es un rasgo que al voto peronista tradicional vaya a desagradarle.

El ascenso de Granata en Santa Fe es observado por propios y ajenos. Por su facilidad para imponer una agenda mediática, pero también por una sagacidad política que deja atrás, muy atrás, a su pasado de outsider y desconocedora del mundillo. Hay respeto y parte de temor en la política tradicional ante su centralidad en la oposición.

Quién es Juanjo Álvarez
Fue intendente de Hurlingham en 1995, estuvo un tiempo fuera del radar massista y reapareció en 2019, cuando el Frente Renovador ya estaba por sellar con el kirchnerismo el armado del Frente de Todos.

Álvarez tiene un historial de idas y vueltas en diferentes campamentos peronistas. Fue ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires durante la gestión de Carlos Ruckauf, secretario de la misma cartera en el gobierno nacional de Eduardo Duhalde y luego de la Ciudad de Buenos Aires, bajo la jefatura de Aníbal Ibarra. Allí llegó con la aprobación de Néstor Kirchner. Tiempo después rompió con el kirchnerismo, formó parte de la lista de Francisco de Narváez y trabajó activamente en el peronismo disidente hasta que recompuso relaciones con Kirchner y volvió al redil del Frente para la Victoria. Desde allí saltó al massismo hasta que dio un paso al costado, en 2015.

En 2023 tuvo un rol central en la campaña de Massa. Como retrató Letra P, era una figura frecuente en el búnker porteo de calle Mitre. Su rol multitasking se dividía entre negociaciones, relaciones interpersonales, armado de mesas de diálogo y logística. A la par, le tocó una difícil, conducir el armado de Massa en la hostil Córdoba.

CON INFORMACION DE LETRAP.