Fabricio Dellasanta pidió que en Rafaela se terminen “los curros y la impunidad”
El concejal electo de Rafaela, Fabricio Dellasanta, ha expresado de manera contundente su rechazo al manejo por parte del Ejecutivo municipal y la actual conducción del Concejo en relación con el Presupuesto 2026. Es imperativo analizar sus críticas, que no solo son elocuentes, sino que también ponen de manifiesto problemas estructurales en la administración local de los fondos públicos.
En primer lugar, Dellasanta señala una clara inconsistencia en las declaraciones del intendente sobre el déficit del sistema de transporte urbano. Al reconocer la existencia de un sobrante de $400 millones en el área de transporte, se evidencia una falta de transparencia en la gestión de los recursos. Este desajuste plantea preguntas críticas: ¿cómo es posible que se declare un déficit mientras, al mismo tiempo, se reasignan fondos por un monto considerable? Esta contradicción no solo refleja un mal manejo administrativo, sino que también socava la confianza de los ciudadanos en sus representantes. Hay que “terminar con los curros y la impunidad”. sostuvo Dellasanta en declaraciones periodísticas el día de ayer.
“Nosotros anunciamos que había un sobreprecio en todo. Y el intendente reconoció que le sobraba dinero en transporte”, expresó Dellasanta, al recordar que en una reciente modificación presupuestaria se reasignaron $400 millones del área de transporte.
Además, las denuncias de Dellasanta acerca de la redistribución de recursos son alarmantes. Por un lado, se reorientan $400 millones que debían mejorar el servicio de transporte, pero terminan siendo utilizados para cubrir salarios de agentes políticos que dejaron de representar a los votantes. Esta práctica no solo es moralmente cuestionable, sino que también resulta en un flaquer de prioridades en la asignación de fondos públicos que deberían servir al bienestar comunitario.
De igual manera, la reducción de $130 millones destinados a obras de pavimentación para financiar los sueldos de aquellos que han fallado en cumplir con sus responsabilidades electorales es inaceptable. Los ciudadanos que transitan por calles en mal estado son los que sufren las consecuencias de estas decisiones equivocadas. Este tipo de redirección de fondos no solo agrava la situación de infraestructura urbana, sino que también perpetúa una cultura de impunidad y corrupción que aleja a los funcionarios de las necesidades reales de la comunidad.
"Se reasignaron $130 millones que estaban destinados a obras de pavimento, se lo sacaron a gente que camina en el barro para pagarle sueldo a sinvergüenzas.”
Las críticas de Dellasanta no son meras acusaciones, sino un llamado a la reflexión sobre la necesidad de una administración pública transparente y responsable. Es fundamental que el pueblo de Rafaela exija rendición de cuentas y que se priorice el uso de recursos para el bienestar social, en lugar de para sustentar estructuras políticas que no sirven a los intereses de la ciudadanía. La integridad en la gestión pública debe ser la base sobre la cual se construya la confianza entre gobernantes y gobernados.