Los consejos para incluir la cantidad adecuada de pollo en la dieta diaria
El aumento del consumo de pollo ha sido una tendencia en muchas personas que buscan priorizar la carne blanca y reducir la ingesta de carne roja, siguiendo las recomendaciones de expertos en nutrición. Sin embargo, es crucial entender el lugar que ocupa este alimento en una dieta equilibrada y cómo elegir la opción más saludable.
Según la dietista-nutricionista española María Eugenia Menechey, el pollo puede ser parte de una dieta mediterránea equilibrada si se prioriza su calidad y se opta por métodos de cocción saludables, como la plancha, el guisado, el horno o salteados con aceite de oliva extra virgen (AOVE). Esta experta señala que, en el patrón alimenticio, las verduras, legumbres, frutas, cereales integrales y pescado deben ser la base, y el pollo debe actuar como una fuente proteica complementaria.
Para maximizar los beneficios del pollo, Menechey aconseja seguir tres principios:
- Calidad: Optar por piezas frescas y mínimamente procesadas, cocinadas suavemente con AOVE.
- Cantidad: Raciones adaptadas, idealmente de 100 a 150 gramos cocinados para un adulto.
- Frecuencia: Alternar el pollo con otras fuentes de proteínas, como huevos, pescado y legumbres.
La nutricionista también destaca la importancia de no limitarse a la pechuga, sugiriendo incluir muslos y patas, que son más jugosos y ricos en colágeno, así como utilizar partes como carcasas y alas para hacer caldos nutritivos.
Beneficios nutricionales del pollo
El pollo aporta múltiples ventajas, entre ellas:
- Proporciona proteína completa, esencial para la masa muscular y la saciedad.
- Contiene menos grasa saturada que muchas carnes rojas (sin piel).
- Aporta vitaminas B3 y B6, selenio y fósforo.
- Su conservación es sencilla.
Menechey advierte que el verdadero riesgo no reside en el consumo de pollo, sino en la monotonía y el abuso de productos ultraprocesados de pollo, como embutidos y nuggets. Un consumo excesivo puede desplazar la ingesta de otros alimentos ricos en proteínas, disminuyendo así la diversidad nutricional.
Asimismo, enfatiza que los pollos criados en intensivo tienden a tener un perfil graso desfavorable, predominando los omega-6. Esto, sin una adecuada compensación con pescado azul o semillas ricas en omega-3, puede contribuir a un estado inflamatorio.
Recomendaciones de consumo
La clave para una alimentación saludable incluye diversidad en las fuentes de proteínas y un equilibrio de grasas. Desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) se sugieren los siguientes patrones de consumo semanal:
- Legumbres: 2-4 raciones.
- Lácteos: 2-4 raciones diarias.
- Carne: 2-4 raciones, priorizando pollo o conejo.
- Pescado: al menos 2 raciones, con 1-2 de pescado azul.
- Huevos: entre 2-4 por semana.
En resumen, el pollo puede ser un valioso aliado en la dieta, siempre y cuando se elija con calidad, se consuma en cantidades adecuadas y se integre en una alimentación variada y equilibrada.