Pullaro se entusiasma con un peronismo perdido y no hace autocrítica del desastre de la elección de PU
Maximiliano Pullaro no hace ninguna autocrítica del desastre que fue la elección de PU, se entusiasma cuando ve un peronismo a la deriva, con los escasos 28 puntos conseguidos y comienza a maquinar cómo va a ser su intento reeleccionista, pero aunque comienza a preocuparse, por ahora menosprecia a LLA, una fuerza que en Santa Fe creció exponencialmente y que ya comienza a preparase para 2027.
La reciente elección del 26-O ha dejado una marca significativa en el panorama político de Santa Fe, pero el gobernador Maximiliano Pullaro ha encontrado un motivo de consuelo en los escasos 28 puntos conseguidos por Fuerza Patria. Es vital analizar con detenimiento las implicaciones de esta cifra y las estrategias que el pullarismo ha comenzado a articular, especialmente ante la inminente reelección en 2027.
Desde el bastión pullarista, se percibe un descenso continuo del peronismo que, a juicio de muchos, ha perdido su capacidad de movilización en la provincia. El resultado en Santa Fe no solo refleja una derrota para el PJ, que había puesto grandes expectativas en la candidata de Ciudad Futura, Caren Tepp, sino que subraya las enormes dificultades que enfrenta el partido para recuperar el terreno perdido. La interpretación del resultado por parte del gobernador es clara: el peronismo, con solo 28 puntos, se sitúa en un rincón débil que lo deja sin posibilidades reales de triunfo en futuros comicios.
La preocupación por Tepp se deriva de su potencial para revitalizar al PJ. Considerada una figura renovadora, su éxito en Rosario podría haber amenazado la estabilidad pullarista. Sin embargo, ha resultado que la expectativa de un fuerte apoyo a su candidatura no se ha materializado, lo que proporciona un respiro a Pullaro y su equipo. "Hemos logrado mantener a Tepp bajo control", podría resumirse el sentimiento expansivo dentro de su mesa chica tras el escrutinio.
Es interesante observar cómo se articula la estrategia de Pullaro en el contexto más amplio del escenario electoral provincial. La percepción de que el voto de La Libertad Avanza (LLA) comparte su base con el oficialismo de Unidos es un pilar fundamental para su análisis. Desde su perspectiva, un peronismo debilitado no representa más que un espejismo de un posible adversario. Por ende, el optimismo por la reelección en 2027 resuena con fuerza entre sus allegados.
Adicionalmente, la relación con el gobierno nacional no es anecdótica. Pullaro es consciente de que establecer un diálogo constructivo con funcionarios del presidente Javier Milei le otorgará una espacio estratégico para navegar la complicada coyuntura política actual. Lo que se presenta como una oportunidad para la administración provincial es, sin duda, un aspecto que podría servir como trampolín para consolidar su mandato y mantener la estabilidad de su gestión.
Sin embargo, el análisis de los resultados del 26-O indica que la fortaleza de la base electoral de LLA en Santa Fe no puede ser subestimada. La dinámica electoral parece estar cambiando, y las circunstancias pueden evolucionar rápidamente. Resulta evidente que el pullarismo no se encuentra en una posición de complacencia, sino que debe mantenerse vigilantemente activo para enfrentar los desafíos que se pueden presentar en los próximos 18 meses.
Por lo tanto, mientras el clima político en Santa Fe se torna más competido y plural, la proyección que hace Pullaro de su administración es más que un simple deseo: es una necesidad política. La capacidad de adaptación y construcción de un nuevo liderazgo serán claves para su éxito en el largo plazo. Aunque la situación actual le sea favorable, no hay garantías en política. La estrategia del pullarismo deberá ser ágil y astuta, fortaleciendo su presencia y reacción ante cualquier eventualidad. La historia política de Santa Fe no se escribe con nombres individuales, sino con dinámicas de poder en constante transformación.