Contribuyente y Cultura
Dos palabras que, cuando la segunda depende de la primera, siempre generan controversia.
Contribuyente es aquella persona que está OBLIGADA a aportar parte de su esfuerzo en concepto de IMPUESTOS para solventar los gastos comunes de la administración de una sociedad.
Cultura, como palabra, tiene una gran amplitud y muchos componentes: los conocimientos, las creencias, las costumbres, las tradiciones, el lenguaje, el arte, los valores, las normas, los modos de vida y los hábitos; y varias características, como que es aprendida, es dinámica, es compartida, es un todo, llegando a ser un factor de IDENTIDAD de un grupo que marca la diferencia con otros.
Cuando el Estado se mete en la actividad de “FOMENTAR LA CULTURA”, eufemismo muy utilizado por la izquierda mundial, quiere decir que se apropia del esfuerzo de todos los contribuyentes en forma de impuestos para destinarlos discrecionalmente a estimular la IDENTIDAD de un grupo o sociedad, de acuerdo con un criterio determinado.
En la ciudad de Rafaela muchas veces se notó esa discrecionalidad muy sesgada, por ejemplo en lo que se denomina “Arte en tapiales” o “Espacios de la Memoria”, donde se utiliza dinero del contribuyente para pintar paredes con distintas imágenes que, en algunos casos, quedan lindas, pero en otros representan a personas que murieron en enfrentamientos, participantes de grupos armados revolucionarios de la década del 70, haciéndolos aparecer como héroes o mártires, como esta, existente en una pared de la municipalidad:
En los últimos días hubo otra demostración de lo sesgado de la dependencia entre la segunda palabra y la primera —“Contribuyente” y “Cultura”— con una obra o “intervención” artística que se promocionaba con la siguiente imagen:
En el lugar denominado Centro Cultural y Social Estación Esperanza, apoyada por la Comisión Municipal para la Promoción de la Cultura, denominada “Oratoria x Gaza”, con la excusa de estar en contra de “las políticas de exterminio que está llevando a cabo Israel”.
Consultado el Ejecutivo municipal, no ha querido hacerse responsable de la gravedad de la situación y ha cargado las culpas sobre la “Comisión Municipal para la Promoción de la Cultura”, una entidad autónoma que recibe fondos del “CONTRIBUYENTE” para hacer “CULTURA” discrecionalmente, lo cual habla PÉSIMO de la Intendencia y de la Comisión Municipal para la Promoción de la Cultura, ya que evidentemente no recuerdan que Hamás es una organización TERRORISTA financiada por el Irán de los ayatolás, que tienen a la mitad de su población esclava, ya que sus mujeres y niñas tienen menos derechos que una mascota; que su misión es que desaparezca el Estado de Israel; y que, además, nos deben dos edificios y 70 muertos hace unos años, y tuvieron a varios argentinos secuestrados hace poco tiempo.
Si alguien está convencido de que con algo así se está haciendo un buen trabajo, que gaste su dinero en una propiedad privada.
Ha sido una verdadera FALTA DE RESPETO a la palabra “CULTURA” y al “CONTRIBUYENTE”, y también una demostración más de que NO SE DEBE FINANCIAR LA “CULTURA” desde el Estado.
*Para El Libertador