AMIA: nuestro tiempo nos exige vivir con justicia

Por un momento, los argentinos dejamos atrás las discusiones diarias y hasta algún debate tardío sobre el Mundial de Fútbol que acaba de terminar. Este año, la sirena de las 9.53 recordará que hace 24 años, a pocas horas de otra final del mundo, una bomba que estallaba contra la sede de la AMIA en la calle Pasteur, escribió el segundo capítulo de terrorismo internacional de la mano de Irán, trayendo muerte, provocando destrucción y abriendo un largo camino de impunidad que llega hasta nuestros días.

En este nuevo aniversario, honremos y homenajeemos hoy a las 85 víctimas inocentes, mientras abrazamos con mucho amor y respeto a sus familiares y a los sobrevivientes.

A las 9.53, cuando esa sirena que simboliza el terror y la impunidad vuelva a sonar, miremos hacia adentro nuestro y pensemos qué sociedad queremos construir.

Nuestro tiempo más que nunca nos exige vivir en la verdad, lo necesitamos y lo merecemos. Nuestro tiempo más que nunca demanda vivir con justicia. Nuestro tiempo reclama vivir en solidaridad.

Las tragedias que se dan en nuestra sociedad nos pertenecen a todos, las afrentas que significaron los atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA, que hoy recordamos, fueron perpetradas contra todos los argentinos, y nadie puede hacerse el distraído.

Las responsabilidades de Irán son claras para la justicia. Las alertas rojas pedidas por nuestro país así lo reflejan. Las complicidades locales y las obstrucciones en la investigación son las respuestas que aún faltan y que se deben develar. Y para ello el Estado debe ser un actor importante con sus tres poderes, mediante el rol que a cada uno le corresponde. Porque la impunidad nos debilita como sociedad, y la lejanía y la indiferencia del Estado ahondan el dolor, profundizan la tristeza y afianzan la desesperanza.

En este aniversario, hemos dado varios pasos importantes para seguir corrigiendo esa distancia histórica, como lo venimos haciendo desde que asumimos. Hemos rediseñado la unidad AMIA, hemos firmado un importante convenio con la AMIA y el Congreso Judío Latinoamericano para dejar testimonio de las experiencias de los sobrevivientes en un sitio especial y en el Archivo Nacional de la Memoria, porque sus memorias son memorias de todos, y hemos traído para siempre al Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti la obra Trafic, un monumental trabajo artístico para que la memoria del horror que significa el atentado a la AMIA no sólo quede depositada en la calle Pasteur.

Son pasos, no todos los que hacen falta, se sabe, pero son movimientos que junto a otros conforman de alguna manera la Ronda de la Paz de las que nos hablan en su video homenaje Piñón Fijo y Pedro Aznar: "Ronda, ronda, memoria, ronda, ronda verdad, ronda, ronda, justicia, en esta ronda, ronda la paz".

Que este nuevo aniversario nos encuentre en cada esquina, como dicen Aznar y Piñón, en rondas escuchando como la memoria les cuenta historias a la justicia y a la verdad. Ojalá eso pase. Ojalá esta vez escuchemos.

Fuente: Infobae