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Balanza comercial en la era Macri cerrará con superávit récord en una década

La depreciación del peso desde $9 a $63, la eliminación de retenciones, la recesión redujo poco a poco el déficit comercial hasta alcanzar su reversión. Sin embargo, la clave está en la brutal caída de las importaciones

ECONOMÍA 08/12/2019 Gonzalo J. ZANOTTI
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La balanza comercial cerrará durante la presidencia de Mauricio Macri con un resultado superavitario récord desde 2009. La depreciación del peso desde $9 a $63, la eliminación de retenciones a ciertos sectores e incluso paradójicamente la recesión, redujeron poco a poco el déficit comercial hasta alcanzar, con dificultades, su reversión. Sin embargo, esta situación está lejos de resumirse en el leve impulso exportador sino que tiene que ver -en gran parte- por la notable caída del espectro importador en el último año y medio, producto de la fuerte crisis económica.


A pocos días de su llegada a la Casa Rosada y con el libreto de la ortodoxia bajo el brazo, Macri aplicó una serie de medidas tendientes a liberalizar gran parte de la economía con el objetivo de incentivar el ingreso de inversión extranjera para nutrir de dólares las arcas nacionales. La eliminación de las retenciones a la exportación de productos agrícolas como el trigo y el maíz junto con la reducción a la soja, sumado a la supresión del cepo cambiario que llevó al peso a su primera depreciación durante la era de Cambiemos, trajo consigo un impulso a las exportaciones pero al mismo tiempo produjo un salto aún mayor en el saldo importador.

Esa leve expansión en el complejo exportador durante los cuatro años de Macri fue en un principio - durante 2016 - beneficiado por la caída en las importaciones, que continuó el mismo camino iniciado años atrás. Sin embargo, durante 2017 y 2018 el nivel exportador quedó rezagado ante la fuerte expansión importadora y la balanza culminó con sendos déficits comerciales, menguado por la devaluación de mayo y posterior profundización de la recesión.

El aumento en el valor del dólar de $20 a $37 entre abril y octubre de 2018 morigeró la compra de importados y posibilitó el comienzo de la reversión desde el déficit al superávit que acompañó a Macri durante su último año en el gobierno.

Marcelo Elizondo, analista económico internacional y titular de DNI Consultores, habló con ámbito.com sobre la evolución de balanza comercial en los años de Macri. “El comercio exterior durante la gestión actual no ha tenido una modificación sustancial”, explicó a grandes rasgos. “Estuvo afectado por condiciones externas como la recesión de Brasil o algunos problemas climáticos que afectaron la cosecha, pero de todas maneras no arrojó los resultados que Macri esperaba”, dijo en una primera conclusión.

“En el récord de 2011-2012 Argentina exportaba mucho más que hoy”, agregó Elizondo. En ese período se alcanzaron cifras exportadoras superiores a los u$s84.000 millones, con importaciones ubicadas en torno a los u$s73.000 millones. “Es cierto que había mejores precios internacionales en aquel entonces”, remarcó, “pero claramente en la actualidad, y pese al gran movimiento internacional de Macri, la condiciones domésticas no han contribuido a la mejora de la competitividad sistémica. Las exportaciones lentamente han crecido pero fue un crecimiento débil en comparación con la región. Este año América Latina no anduvo bien pero el año pasado creció 10%. En los cuatro años hubo un leve crecimiento”. Veamos año por año.

 

Un inicio superavitario

Durante las primeras semanas de 2016 y a partir de la eliminación del cepo, el billete estadounidense saltó de $9 a $15 - nivel similar al que tenía en su cotización paralela o “blue” - y junto con la dolarización de las tarifas Macri supuso un duro golpe al poder adquisitivo de los salarios debido al aumento inflacionario que comenzó poco a poco frenar el consumo, que se tradujo en un impacto a la producción local. En ese contexto y ante el denominado “costo argentino”, algunos sectores de la industria local priorizaron la importación a la producción.
Las exportaciones crecieron levemente desde 2015 a 2016 de u$s56.783 millones a u$s57.909 millones empujadas por un alza en los “Productos Primarios” que pasaron de u$s13.301 millones a u$s15.693 millones, según datos del INDEC. Las “Manufacturas de Origen Agropecuarias” mantuvieron en promedio su valor al crecer apenas de u$s23.287 millones a u$s23.362 millones mientras que las de “Origen Industrial” acusaron el primer golpe y cayeron de u$s17.949 millones a u$s16.805 millones. A su vez, el sector exportador de “Combustibles y energía” pasó de u$s2.245 millones a u$s2.048 millones.

Por su lado, las importaciones continuaron su tendencia a la baja iniciada en 2013 y en apenas un año (2016-2016) cayeron 7,2% de u$s60.203 millones a u$s55.852 millones. La contracción durante el primer año de Macri se registró en los “Bienes intermedios”, “Combustibles y lubricantes” y “Vehículos de pasajeros” pero mostró un crecimiento en lo referido a “Bienes de consumo”, antesala de lo que ocurriría en los años posteriores.

En ese marco, la balanza comercial durante 2016 cerró con un superávit de u$s2.057 millones y retornó al saldo positivo registrado año tras año entre el 2000 y 2014. Sin embargo, los años subsiguientes -2017 y 2018- la cifra volvería a contraerse debido al mayor crecimiento en las importaciones comparado a las exportaciones.

 

Cambio en la balanza: regreso al déficit

El segundo año de Macri en el Gobierno cerró con un incremento de apenas 1.25% en el comercio de Argentina hacia el exterior al alcanzar los u$s58.644 millones, empujado por las leves subas en el rubro “Maquinaria de Origen Industrial” y en “Combustibles y energía”, pese a las caídas en “Productos primarios” y “Manufacturas de Origen Agropecuarias”.


Por el lado de los importados, estos registraron un crecimiento del 19,7% principalmente motivados por el valor del dólar - que se mantuvo en promedio a $16 - y la eliminación de aranceles a determinados productos y componentes del sector tecnológico, lo cual implicó culminar el año en u$s66.938 millones.

Este aumento se dio en todos los rubros: desde “Bienes de capital” (de u$s12.122 millones a u$s14.907 millones) hasta “Bienes intermedios” (de u$s15.482 millones a u$s17.840 millones), pasando por “Piezas y accesorios” (de u$s11.307 millones a u$s12.924 millones), “Bienes de Consumo” (u$s7.399 millones a u$s8.946 millones), “Vehículos automotores de pasajeros” (de u$s4.468 millones a u$s6.296 millones) y “Combustibles y lubricantes” (de u$s4.855 millones a u$s5.722 millones).

La balanza comercial en aquel año, pese al crecimiento exportador, revirtió el superávit del período anterior debido al fuerte aumento importador y finalizó con un déficit de u$s8.293 millones.

 

Segundo déficit consecutivo de la era Macri

El año 2018 comenzó con el impacto de la sequía en el campo, que si bien continuó en su rol de líder del complejo exportador, lo hizo en menor volumen. Esto terminó impidiendo un crecimiento más elevado al finalmente registrado, pese al impulso brindado por la fuerte depreciación de mayo.


En ese marco, las exportaciones registraron un total de u$s61.621 millones mientras que las importaciones cerraron en u$s65.441 millones.

“En 2017 y 2018 la balanza comercial terminó con saldos deficitarios, pero este año será el primero con un superávit muy holgado, principalmente por la caída de las importaciones”, explicó Elizondo y pronosticó que la baja para este año rondará el 20%. “Esto es consecuencia principalmente de la recesión, ya que no se importan productos para la producción, que son los primeros componentes de las importaciones argentinas como insumos, piezas y partes, bienes de capital y energía. Esto empujó las importaciones hacia abajo y luego, con la devaluación, que influye como segunda razón, se profundizó”, apuntó.

Desde la consultora Abeceb pronosticaron que este año concluirá “con un superávit comercial del orden cercano a u$s15.000 millones, equivalente a 3.3% del PBI, que superaría el superávit récord de 2012 tanto en dólares (u$s12.000 millones) como en relación al producto (en aquel entonces fue de 2% del PBI)”.

Un panorama similar brindó Elizondo de acuerdo a proyecciones para el cierre del año: las exportaciones cerrarán en torno a los u$s64.630 millones mientras que las importaciones finalizarán en el orden del u$s49.751 millones, lo cual arrojará un saldo de u$s14.879 millones de superávit.

En tanto que desde Ecolatina coincidieron con ambas cifras. “Con estos números, la balanza comercial de bienes acumula un superávit de u$s11.200 millones a octubre. De esta manera, más que se revierte el déficit de u$s6.100 millones registrado en los primeros diez meses de 2018. En este caso, la mejora obedece principalmente al deterioro importador (-26% i.a.) ya que las exportaciones crecen ‘solo’ 5,5% i.a. Si bien este incremento es importante, queda opacado al lado del desplome importador. Por último, con un bimestre por delante, proyectamos un superávit de u$s14.000 millones para 2019, el máximo valor en la última década”. El año 2009 finalizó con un superávit de u$s16.885 millones.

 

Perspectivas para 2020

El primer año de Alberto Fernández en la Casa Rosada ya se configura como un período aún más complejo que 2019 producto de la situación económica general, la falta de reservas en el BCRA, pero sobre todo por las dificultades en cuanto al pago de la deuda contraída durante el gobierno macrista. Pese a ello, en materia comercial Elizondo augura un crecimiento aún mayor, mientras que la consultora Abeceb pronosticó un superávit de u$s19.000 millones (4.3% del PBI).


“La balanza comercial para el año que viene será muy superavitaria. Las exportaciones no van a crecer demasiado porque el principal elemento es la producción agropecuaria y este año tienen un piso muy alto con cosecha récord, algo difícil de superar. Sí se puede mejorar por el lado industrial, pero dependerá de que Brasil se recupere. Su demanda está baja por malos años económicos y en caso de mostrar un crecimiento quizá se pueda levantar, ya que desde allá importan bienes industriales”, explicó Elizondo.

“Puede haber un crecimiento pero no muy dinámico. Las importaciones se encuentran en una demanda baja básicamente por la retracción económica. El año que viene aseguran que habrá un nuevo decrecimiento del PBI, por lo tanto las importaciones no van a crecer mucho. De modo que tendremos garantía de superávit comercial”, afirmó.

 

¿Es sostenible un superávit tan holgado?

Con las importaciones en caída y las exportaciones creciendo lentamente, el saldo positivo en materia comercial pareciera estar garantizado. Incluso de forma holgada. O tal vez no. Para el titular de DNI Consultores hay que prestar mucha atención a la evolución de la balanza comercial a mediano plazo, sobre todo ante un virtual escenario de crecimiento económico.


“A futuro no es sostenible porque ni bien crezca la economía, las importaciones van a aumentar. Está comprobado empíricamente que cada vez que el país crece, las importaciones suben porque para crecer se necesitan insumos, máquinas, energía, bienes de capital, piezas y partes. El 80% de lo que Argentina importa son bienes para producir. Cuando hay recesión, se produce menos e importa menos. Cuando hay recuperación, se produce más e importa más. Ni bien haya recuperación, las importaciones subirán”, profundizó.

Asimismo, pronosticó que probablemente las importaciones comiencen a crecer “gradualmente será a partir de 2021”. En ese momento, la solución estará por el lado de las exportaciones, explicó. “Ahí tienen que crecer las exportaciones y para eso hay que mejorar la competitividad sistémica: bajar la inflación, ordenar el tipo de cambio para dar previsibilidad a largo plazo, acomodar las variables macroeconómicas como la tasa de interés y aplicar una reforma laboral e impositiva”, resumió.

Sin embargo, el economista se permitió dudar en cuanto a que sea ese el camino tomado por el gobierno de Alberto Fernández. “No sé si Argentina irá por ese lado. Es posible que se utilicen caminos contrarios y se apliquen retenciones más altas. Quizá se ordene un poco la macroeconomía y las exportaciones logren crecer moderadamente. Pero cuando las importaciones suban un poco, es posible que se reduzca el superávit comercial y la holgura que tenemos hoy no sea sostenible dentro de dos o tres años”, concluyó.

Fuente: Ámbito

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