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Pascual y Mársico, ¿Son o se hacen?

Hablar de posturas extremistas en esta época atrasa. Ninguno de los dos puede desconocer que el peronismo ganó las elecciones y sus posturas "cuasi gorilas" defraudan al conjunto de la sociedad

RAFAELA 09/12/2019 Carlos ZIMERMAN
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La discusión en el Concejo por la presidencia está dejando mucha tela para cortar.

Ya nos expresamos en numerosas oportunidades del convencimiento de que se debe respetar la opinión popular y principalmente a los que votaron a Castellano para que lleve a cabo su tercer mandato como Intendente.

Es cierto lo que esgrime el peronismo que lo que está en juego es la gobernabilidad, eso quedó demostrado cuando el Intendente tuvo que recurrir a un decreto por un capricho de Leonardo Viotti, que piensa demostrar que es el jefe de la oposición renunciando a valores fundamentales de la democracia de la política y del partido que lo vio nacer.

Viotti está herido y va a poner todos los palos en la rueda que sean posibles.

En ese contexto es indispensable que Mársico y Pascual entiendan que el cargo que ostentan merece de actitudes maduras y no extremistas.

No se puede hablar en estos tiempos de "antis", eso es decadencia y atrasa.

Mársico y Pascual deben entender que sus votantes los eligieron para que tengamos una ciudad mejor, no para satisfacer frustraciones personales pasadas.

La política es futuro, no pasado.

Cuando Mársico y Pascual dicen que ellos no votan a peronistas lo único que hacen es sumergirnos en el pasado y ahondar una grieta dañina que todos queremos que se termine para siempre, esa grieta es sinónimo de decadencia y de atraso.

Ser "anti" es principalmente antidemocrático, la Democracia es cocenso, diálogo, ética, principios y por sobre todo respeto.

Mársico y Pascual le hacen el juego a Bottero y a Viotti, dos personas que por sus actos demostraron no estar en condiciones de generar diálogos y ese concenso que tanto ponderámos los que amamos la Democracia.

Seguro que lo que está en juego es la gobernabilidad y la posibilidad en ella de tener la mejor ciudad que tanto queremos.

La presidencia del Concejo debe ser para el eficialismo, no se debe discutir, es una cuestión institucional y las instituciones se respetan.

Mársico y Pascual tienen la oportunidad histórica de demostrar estar a la altura del cargo que ocupan, de que todos sepamos si son Democráticos o no.

Si así no lo hicieran, seguramente el grueso de la sociedad se los demandará

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