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Sebastián Galiani: “Alberto Fernández sigue el camino del ajuste fiscal que empezó Mauricio Macri”

El ex viceministro de Economía de la gestión de Cambiemos elogió las primeras medidas del Gobierno para recuperar el superávit de las finanzas públicas, aunque cuestionó la ausencia de un plan monetario y la estrategia elegida por el ministro Matías Kulfas para cerrar la economía

ECONOMÍA 11/02/2020 Heretz Nivel
SEBATIÁN GALIANI

El ex viceministro de Economía Sebastián Galiani afirmó que el gobierno de Alberto Fernández ya demostró que seguirá el camino del ajuste fiscal que empezó Mauricio Macri y consideró que no hay ninguna razón para que la cuestión de la deuda no se resuelva en forma satisfactoria.

En una entrevista telefónica con Infobae desde Washington, el profesor de la Universidad de Maryland, de 51 años, elogió al ministro de Economía Martín Guzmán y criticó con dureza a su par Matías Kulfas por creer que el cierre de la economía beneficiará al país.

Además, el viceministro de la gestión de Nicolás Dujovne dijo que, pese a sus dichos de hace pocos días en Villa La Angostura, el ex presidente Mauricio Macri “se la pasó defendiendo” el ajuste que llevó adelante el equipo económico desde 2016 en términos monetarios y fiscales.

— ¿Alberto Fernández arrancó su presidencia desde un punto partida peor o mejor que Mauricio Macri en 2015?

— Hay que separar las cuestiones puramente macroeconómicas del resto. A muchos economistas nos parece que gran parte del ajuste fiscal se hizo durante el gobierno de Macri y así se llegó al déficit fiscal primario del 0,4% del PBI. Y, si Macri hubiera continuado hubiese logrado el superávit. Así que Alberto Fernández, recibió la mala herencia del 2015 ajustada por Macri. Y, por otro lado, creo que es una hipocresía el discurso oficial sobre la deuda, ya que al dejar un déficit fiscal de siete puntos en 2015, eso se financiaba con deuda o ibas a una hiperinflación. Al tomar deuda, Macri hizo un ajuste menor y si al peronismo tanto le preocupaba la cantidad de deuda que se tomó, hubiera ayudado con las reformas estructurales que eran necesarias.

Por otro lado, la deuda es totalmente manejable, pero el mercado perdió total confianza con el nuevo gobierno, porque antes de las PASO el riesgo país estaba en 800 puntos básicos y luego se disparó por la falta de credibilidad del candidato que había salido primero. Algunos economistas pueden decir que 800 puntos era un nivel alto, pero hubiera bajado a 600 pb si el resultado electoral era otro. Y si Macri hubiese tenido la chance de presentar más reformas estructurales habría bajado más.

— Otros creen que Mauricio Macri ya había perdido la confianza del mercado

— La confianza se va y vuelve. Nosotros perdimos el crédito en el pasado y por eso hubo que recurrir al FMI. Pero se cumplió con el programa del Fondo y si Mauricio Macri resultaba reelecto hubiese podido volver al mercado.

— ¿Cuál es la visión desde el exterior sobre el nuevo gobierno en materia económica?

— Ahora los mercados están muy focalizados en cómo será la oferta de renegociación de la deuda; es muy importante porque el Gobierno no ha mostrado el resto del programa económico. No han dicho cuál es el programa monetario ni contra la inflación. Así que infiero que están esperando a solucionar la cuestión de la deuda. Por otro lado, no hay ninguna razón para que la cuestión de la deuda no se resuelva en forma satisfactoria, a menos que quieran que sea el mercado el que haga el ajuste con una quita muy grande. Pero repito, debería salir bien porque hay mucha liquidez en el mundo.

— ¿El Gobierno no debería haber presentado primero el plan económico y luego renegociar la deuda, como lo plantean muchos en el mercado?

— Sería más sencillo, pero lo que debe pensar el Gobierno es que no le quiere mostrar al mercado con qué quita cierra su programa. Y, además, dentro del oficialismo hay posiciones diferentes sobre el plan económico y de esta manera, sin mostrarlo, va ganando tiempo. Lo vimos estos días con el manejo de la deuda de la provincia de Buenos Aires, que fue vergonzoso.

— ¿Por qué?

— Porque la provincia tiene una deuda que es menor al 10% de su producto bruto geográfico. No es serio que el gobernador Kicillof dijera que no iba a poder pagar. Ya no estamos en una asamblea de la Universidad de Buenos Aires.

— ¿Este resultado de la Provincia condiciona la negociación de la Nación?

— Espero que no. Y es importante para ello que se fortalezca al ministro de Economía.

—Sin embargo pareciera ser que Alberto Fernández repite el esquema del kirchnerismo y de Macri de tener un ministro de Economía sin poder...

—Creo que ese fue un error de Mauricio Macri. Tiene que haber un ministro que pueda diseñar e implementar un plan consistente, sobre todo cuando hay fuertes desequilibrios como los que heredó Macri. Y ahora también, porque hay visiones internas muy diferentes. Con el discurso del ministro Guzmán uno no tiene grandes diferencias, pero las políticas que desarrolla el ministro Matías Kulfas son de aislamiento con el resto del mundo y de distorsión de los mercados; no son medidas consistentes con los objetivos de aumentar la producción y aumentar la eficiencia.

Y, por otro lado, el Banco Central no tiene política monetaria…quería agregar algo sobre la herencia que recibió Alberto Fernández: él recibió un ajuste del lado fiscal y de la cuenta corriente y lo siguió. Es cierto que la economía hace 18 meses que está en recesión y es entendible que el Gobierno quiera responder a la demanda de la sociedad de reactivar rápido la economía. Si lo hace como un paso para consolidarse internamente, está bien, pero si elige este camino para el mediano plazo, volveremos a ver los mismos resultados que en el kirchnerismo.

— ¿No es lo que hacen siempre los gobiernos: priorizar los beneficios de corto plazo?

— Macri no eligió ese camino y el electorado no lo acompañó. Los políticos deben pensar en el bien común y no solo en ganar una elección. En este sentido, sería más fácil si se acercaran posiciones en función del bien común. Si no, nadie va a querer pagar el costo de hacer las reformas estructurales. Hay países que han hecho estos acuerdos y con gobiernos que lograron ese consenso. Cambiemos logró ese avance y estoy seguro de que va a volver al gobierno.

En términos históricos, a la economía le fue relativamente mal en los últimos 70 años y muy mal desde 1973. Pero aun así, veo avances: el presidente Mauricio Macri terminó su mandato y desde 1983, aunque algunos otros presidentes no lo lograron, las transiciones fueron ordenadas y sigue habiendo dos partidos políticos con chances de ganar. Esto limita a la ex presidenta Cristina Kirchner, que tuvo que evitar ser presidente para que el peronismo ganara. Además, ahora hay economistas de Cambiemos que vemos cosas positivas que no veíamos con Cristina.

Respecto del gobierno de Macri, tuvimos una crisis cambiaria que se generó en el cepo 2011-2015. Y resolverlo de raíz implicaba un ajuste de 6 o 7 puntos del PBI con un shock el primer día que no era viable. No hay gobierno en el mundo que lo haya podido hacer.

Haber elegido un camino gradual implicaba abrir la cuenta capital. Está la cuestión de la recesión y de la pobreza, que no subió tanto pero algo creció, del 32 al 35% de la población. Pero la pobreza es un reflejo del nivel del tipo de cambio real. Cuando éste sube, la pobreza crece y cuando baja, cae. Así que en 2015 estaba baja porque había un brutal atraso cambiario. Y el salto fue con la salida del cepo.

— ¿Crecerán las inversiones?

- Repito: las decisiones del ministro Matías Kulfas son malas; hasta 2015 vimos que con el cierre de la economía colapsaron las exportaciones y eso ocurrió no solo por la caída de los precios si no por la afectación de las cadenas de valor.

— El kirchnerismo replica que tampoco aumentaron las inversiones con Macri, con una política económica diferente

— Es una crítica inconsistente. Integrarte al mundo y cobrar mejores impuestos no puede llevar a pensar que la economía no funciona, aunque el resultado no haya sido el esperado. De hecho, en 2017 la economía funcionaba bien. Ahora se pone en duda el acuerdo con la Unión Europea y el propio funcionamiento del Mercosur; nadie va a hacer inversiones solo pensando en el mercado doméstico. Lo mismo ocurre con Vaca Muerta: es imprescindible que se defina el marco regulatorio. Y bajar el costo de la energía no es el camino.

— ¿Cuál es la opinión en el exterior sobre el ministro Martín Guzmán?

— Las expectativas eran malas antes de que llegara, pero se le dio un crédito porque aumentaron los impuestos y bajaron las jubilaciones, lo cual significa continuar con el ajuste de Macri. Así que el límite que tiene el Presidente hoy no es económico, sino político. Dicho eso, creo que algo había que hacer con las jubilaciones, pero es un error no haber adoptado una salida transitoria en el Congreso, porque puede abrir el camino a juicios nuevamente al achatar la pirámide. Podrían haber explicado que, como la aplicación de la fórmula les complicaba la lucha contra la inflación, se ajustarían las jubilaciones en forma transitoria con aumentos fijos y luego empalmar con la fórmula anterior.

— ¿El supuesto apoyo que recibió Alberto Fernández en Europa facilitará la negociación para extender el acuerdo con el Fondo?

— El staff del FMI va a querer ver reformas estructurales. Puede ser que el directorio pueda decidir que no haya una crisis en América latina y por lo tanto ayudar a la Argentina. Pero no creo que el FMI sea un escollo si el Gobierno arregla con el mercado, porque no hay un problema de solvencia en la deuda argentina.

— ¿Le parece correcta la decisión de no pedir el resto del préstamo al FMI?

— Hay que estar adentro para saber los detalles.

— ¿Por qué resulta tan difícil bajar la inflación en la Argentina?

— Por varias razones. La Argentina desde el Rodrigazo (1975) hasta el inicio de la convertibilidad (1991) vivió en un régimen de inflación alta, de más del 100% anual, que terminó en una hiperinflación. De esa situación se salió con la convertibilidad y hasta ahora estamos en un régimen de baja inflación, como cree Daniel Heymann, lo cual es un progreso.

El problema es que el déficit fiscal fue muy alto en el gobierno kirchnerista: el gasto subió 18 puntos porcentuales y eso generó una mayor presión tributaria y necesidades de financiamiento; el kirchnerismo emitió, aumentó la inflación, se gastó USD 50 mil millones en reservas y generó deuda. Por esta razón, bajar la inflación no es un misterio: hay que seguir por el camino del ajuste fiscal. Si en 2021 se consolida el superávit el Gobierno podrá dejar de emitir y eso beneficiará a la población. Así que habría una continuidad de dos gobiernos en términos de ajuste fiscal.

— ¿Tal vez con una retórica diferente a Cambiemos?

— Cuentan que Néstor Kirchner decía que había que juzgarlo por lo que hacía y no por lo que decía.

— ¿Qué opina de los dichos críticos del ex presidente Macri en La Angostura en referencia al excesivo optimismo que le transmitía su equipo económico?

— Lo que sé es que los ministros Nicolás Dujovne y Alfonso Prat Gay, Federico Sturzengeer y yo creíamos que había que ir hacia el superávit fiscal y que Macri se la pasó defendiendo ese ajuste.

— ¿Luis Caputo no?

— Ocupaba otro rol. Puede ser que él haya sido optimista, pero no lo sé.

Con información de www.infobae.com sobre una nota de Martín Kanenguiser

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