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Como fue el asesinato del empresario de Santa Fe Oldani

Existen elementos probatorios incriminantes. El auto está secuestrado y el dueño se presentó a la Policía. Fue un asalto estudiado. Se trataría de una banda criminal con antecedentes

POLICIALES 16/02/2020 Ramiro FORTIS
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El martes, algunos minutos antes de las 18, fue asaltado y baleado el empresario santafesino Hugo Oldani, de 67 años, en el hall de su local comercial ubicado en la Galería Rivadavia, en calle La Rioja entre la avenida Rivadavia y calle 25 Mayo, en el microcentro santafesino. Oldani fue llevado de urgencia en el hospital Cullen de Santa Fe. Falleció ese mismo día, después de las 21, cuando estaba siendo operado en el quirófano central para salvarle la vida.

Policías capitalinos, en primera instancia, y después pesquisas de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) fueron los que se abocaron junto con la fiscal de la unidad especial de Homicidios, Cristina Ferraro, a la investigación del robo seguido del asesinato de la víctima. Hallaron el auto. Se presentó el chofer de los criminales en la Comisaría 16° de Recreo. Mientras tanto, el derrotero de la investigación sigue su norte. El armado del rompecabezas constituido por testimonios y el resultado de los peritajes cuentan con avances sólidos. Surgieron elementos históricos que perfilan la actuación de una banda criminal.

Secuencia criminal

Los autores del asalto seguido de homicidio, fueron tres personas, una mujer y dos muchachos, todos entre 20 y 30 años. Los tres a cara descubierta. Los mismos tres que llegaron en un automóvil Toyota modelo Corolla blanco con las dos chapa patente colocadas. El conductor detuvo la marcha en doble fila, y el trío bajó del habitáculo, cruzaron la calle e ingresaron al interior de la galería.

Allí asaltaron a Oldani que intentó evitar el robo, pero todo terminó cuando le dispararon e impactaron en el tórax. Esa herida fue mortal porque la víctima murió pocas horas después cuando lo estaban operando. Los tres delincuentes que consumaron el mortal asalto se llevaron un morral robado a la víctima y se escaparon corriendo, subieron al auto Toyota Corolla, cuyo chofer los estaba esperando, y escaparon a toda velocidad.

Santa Fe sangra

La ciudad de Santa Fe quedó completamente sumergida en una nueva y profunda conmoción como consecuencia de la inseguridad pública reinante, que con el asesinato de Hugo Oldani, ya se suman 14 homicidios en poco más de 40 días transcurridos de 2020. La indignación y la impotencia desembocó en una nueva marcha de Santa Fe Sangra. Fue el jueves por la noche en la plaza de Mayo frente a la Casa de Gobierno santafesina, con el reclamo a los gobernantes para solucionar la grave crisis social que produce la inseguridad.

Investigación policial y judicial

El mismo martes a la tarde cuando fue baleado Hugo Oldani, sus vecinos de otros locales comerciales como quienes trabajan en la zona, denunciaron el suceso a la central de emergencias 911. Llegaron al lugar en pocos minutos oficiales y suboficiales de la Comisaría 1ª y de la 1ª Inspectoría Zonal como también de la Brigada Motorizada y del Comando Radioeléctrico.

· LEER MÁS: Al empresario Hugo Oldani lo asesinaron con balas de un arma de guerra

Varios comisarios ingresaron al lugar mientras un médico llevaba a Oldani en una ambulancia rumbo al hospital Cullen. El diálogo de los policías con los comerciantes de la galería, primero, y de los locales sobre calle La Rioja después, les permitió saber que los autores del asalto y herida a la víctima fueron tres personas: una mujer y dos muchachos, todos jóvenes.

Luego, supieron que llegaron y se fueron en un Toyota Corolla blanco. Alguien alcanzó a anotar la patente del auto y con ello lograron un dato clave en ese momento. Esa información fue girada de inmediato a los operadores de las cámaras de videovigilancia de la central de emergencias 911. Allí, comenzó otra tarea simultánea para hallar el vehículo a los delincuentes, pero no fueron encontrados inmediatamente.

Cómo y porqué

Después de las 18, entraron en escena los pesquisas de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) que inmediatamente dialogaron con sus pares de la policía capitalina, y se abocaron a entender el asalto, la mecánica, la inteligencia previa, lo que pasó después y el crimen. Simultáneamente llegaron los agentes del área Científica de la misma dependencia que fueron los que realizaron los peritajes criminalísticos de rigor.

Ellos secuestraron en la escena del crimen, dos vainas servidas y una ojiva deformada de pistola calibre 9 milímetros –que es un arma de guerra–, y también surgieron imágenes del interior comercial de los distintos locales de la galería, además del aporte de testimonios. Una idea con bastante certeza sobrevoló los primeros tramos de la investigación. En este caso hubo inteligencia previa de los ladrones hacia su víctima, ya que el local que atendía tenía medidas de seguridad con un monitor para el ingreso de personas.

Estudiado

La confirmación que se trató de un robo estudiado y calculado reposa en que llegaron cuatro personas en un automóvil que es el l Toyota Corolla blanco, cuyo chofer los aguarda estacionado en doble fila y con el motor en marcha. Algunos minutos de espera y los delincuentes que consumaron el robo también hirieron de muerte a su víctima, Hugo Oldani. Luego, los tres delincuentes corren –está todo filmado– y huyen en el mismo auto que llegaron. Y se escapan los cuatro, en el mismo auto.

El Toyota Corolla

Rápidamente surge una primera confirmación, la chapa patente es de un automóvil Toyota modelo Corolla blanco que está radicado en Santa Fe. Los ladrones se movilizaron en un auto particular y las chapa patente son verdaderas. El dato parece mentira, pero es confirmado una y otra vez con el Registro Nacional de la Propiedad Automotor.

Lo que sigue es una investigación más finita. Así, el miércoles, durante las primeras horas de la tarde, y durante un allanamiento que realizan los pesquisas de la AIC en una vivienda de dos plantas ubicada en la esquina que forman las calles Azopardo y Río Negro en el barrio Policial en el extremo norte de la ciudad de Santa Fe, detectan estacionado en el garage de la vivienda el vehículo y lo secuestran. La sorpresa es que la vivienda es propiedad de un alto oficial policial retirado, cuyos hijos, uno tiene una agencia de seguridad privada y el otro es un suboficial en actividad del Servicio Penitenciario santafesino, son los dueños del Toyota Corolla blanco.

Presentación, no tan espontánea

Esa misma tarde de miércoles, después de las 17, se presenta voluntariamente un hombre de 25 años, quien se identifica como J. S. R. en la sede de la Comisaría 16° de la ciudad de Recreo. Allí dice que el es el dueño del Toyota modelo Corolla con chapa patente MDA 813 y que precisamente fue él quien condujo a tres personas en la tarde del martes cuando fue perpetrado el asalto seguido de la muerte del empresario Hugo Oldani, hecho ocurrido en la Galería Rivadavia.

Admitiendo que él solo llevó a los tres jóvenes, una mujer y dos muchachos, y que cuando éstos volvieron, lo apuntaron con un arma de fuego, lo obligaron a huir a toda velocidad, primero por 25 de Mayo hacia el sur, luego por Tucumán hasta la avenida 27 de Febrero y finalmente por la avenida Mar Argentino hasta tomar por la avenida de circunvalación, hasta que finalmente al llegar a la esquina de avenida Blas Parera y Beruti, lo seguían apuntando con el arma, le robaron la documentación del vehículo, y además lo amenazaron para que no hablara de lo que había ocurrido porque lo pagaría con su vida.

Incongruencias

J. S. R., de 25 años, solo se presentó en la Comisaría 16° de Recreo cuando supo que los pesquisas de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) le secuestraron su automóvil cuya propiedad comparte con su hermano, integrante del Servicio Penitenciario y en actividad. La fiscal de la unidad especial de Homicidios del Ministerio Público de la Acusación, Cristina Ferraro, fue consultada ante la presentación del chofer, y ordenó recibirle la exposición y que continúe en libertad, ya que no tenía sentido llevarlo a una audiencia imputativa y distraer el norte preciso de la investigación policial y judicial, más cuando no solo está identificado y se sabe adonde vive. No se malgastó el tiempo en una audiencia imputativa con pocos elementos y pocas chances. Se siguió con lo importante, la investigación profunda del caso.

Perspectivas

Hasta acá, la Policía y la Justicia, cuentan con todos los elementos necesarios a reunirse como información de un asesinato bestial que tuvo como víctima del robo primero y del crimen después a Hugo Oldani. Las imágenes grabadas en cámaras de videovigilancia públicas y privadas; los testimonios de personas que estuvieron en distintos tramos del suceso criminal; los peritajes criminalísticos con informes finales en la escena del crimen; el automóvil usado para llegar, consumar el robo seguido de homicidio y escapar; la identidad del conductor, cuya declaración ya forma parte de la investigación.

Cuestiones profundas

La fiscal Ferrano y pesquisas de la AIC, cuentan con el armado del rompecabezas. El trabajo no solo está limitado a esta investigación, sino que surgieron derivaciones que fueron y son investigadas, sirva como ejemplo la comisión de otros delitos de naturaleza parecida, y no solamente en la geografía santafesina, y datos históricos que fueron abrevados para comprender la totalidad del suceso, y llegar a los asesinos. Es un trabajo en marcha, tedioso, pero con expectativas ciertas. Se trataría de una banda criminal con una vasta actuación no solamente limitada a la ciudad de Santa Fe, sino que también sus incursiones criminales estarían fueras de las fronteras del territorio santafesino.

Fuente: Uno Santa Fe

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