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Siguen a la baja expectativas de devaluación

El Central descarta el riesgo de un atraso cambiario pero el consenso de bancos de inversión y consultoras prevé una suba del precio del billete cada vez más lejos de la inflación

ECONOMÍA 19/02/2020 Virginia PORCELLA
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Como todos los aspectos de la política económica implementada en estos meses, también la política cambiaria que lleva adelante el Banco Central está atada a la renegociación de la deuda. Si bien en las últimas semanas, puntualmente desde el 27 de enero, el BCRA viene convalidado un leve deslizamiento del valor del dólar de apenas 2,4%, el movimiento no es considerado una señal clara de que se evitará su atraso. De hecho, tras acercarse ayer el dólar minorista oficial a los $ 64 ($ 83,17 el dólar "solidario”), el promedio realizado por la entidad monetaria cerró en $ 63,66, nivel incluso menor al del lunes.


Así, en un contexto de acelerada baja de las tasas de interés e intervenciones del Central para amortiguar las presiones aún con las fuertes restricciones cambiarias, la expectativa de devaluación del mercado sigue a la baja. Mientras algunos analistas advierten sobre el riesgo de caer en una trampa similar a la de fines de 2013, con microdevaluaciones y tasas en baja que terminaron con un salto del dólar en enero de 2014, el consenso de bancos de inversión y consultoras locales e internacionales prevé una variación 9% menor a la de hace dos meses, a pocos días de la asunción de Alberto Fernández.

De acuerdo al relevamiento de LatinFocus, en diciembre el pronóstico del valor del dólar de referencia para este año era de $ 87,45, bajó en enero a $ 79,98 y volvió a bajar levemente esta semana $ 79,93 aun cuando la perspectiva de inflación se mantuvo estable en 41,6%, apenas dos décimas menos que hace dos meses. Es decir que el pequeño ajuste en el valor del dólar de las últimas semanas no destierra la percepción de que el dólar se atrasará en 2020. Esto a pesar de que desde el Banco Central insinúa que, tras la renegociación con los bonistas, esa estrategia se modificaría.


“Es razonable que se intente que el dólar no se atrase, incluso con las restricciones cambiarias. Un atraso significativo del tipo de cambio oficial por el que se cursan las importaciones, podría terminar en controles cuantitativos como ocurrió en la etapa de controles anterior”, opina el economista Martín Vauthier, director de la consultora EcoGo. Del otro lado, el intento de ir ajustando ligeramente el tipo de cambio, en el contexto de alto nivel de riesgo país e incertidumbre por la reestructuración de la deuda, conlleva riesgos. El principal, correr atrás del mercado, como ocurrió según Vauthier en 2013 cuando tras siete meses de dólar subiendo por encima de la tasa de interés y con el Banco Central interviniendo con venta de reservas, finalmente se produjo una devaluación abrupta. “La estrategia que parecía haber habilitado el Central de un crawling peg, es decir, el tipo de cambio moviéndose de manera predecible y sistemática todos los días, por encima de la tasa en pesos, es muy riesgosa”, afirma.

En el Banco Central, previsiblemente, tienen una mirada diferente. Para el presidente de la entidad, Miguel Pesce, la clave está dada por los tiempos que insuma la renegociación con los acreedores, la cual considera fundamental se resuelva sin enormes dilaciones. A partir de ahí, se asume, podría generarse una política que permita garantizar el ingreso de dólares. Es que, con la demanda contenida por las restricciones a la compra de divisas, el foco del problema pasa ahora a ser la oferta. Mientras las definiciones respecto a la deuda ocurren, no hay para el BCRA riesgos de atraso cambiario ya que se considera que el nivel actual de tipo de cambio es competitivo y, a diferencia de 2013, no hay un sobreestímulo a la demanda. Por el contrario, el contexto recesivo de la economía actúa como una especie de colchón antes de entrar en zona de riesgo.


El enfoque oficial, en cambio, no es enteramente compartido entre quienes siguen a diario los vaivenes de la política monetaria y cambiaria. “No veo que haya una estrategia clara todavía respecto del dólar, van haciendo sobre la marcha. Todo indica que será así hasta que se resuelva la cuestión de la deuda. Si eso demora, ahí pueden empezar a generarse presiones fuertes”, sostiene el economista Amílcar Collante, quien hizo un trabajo de comparación del valor del dólar real en las distintas etapas para determinar, precisamente, qué tanto margen tiene el Gobierno para atrasar el dólar.

“Este nivel de dólar oficial real está todavía muy lejos del dólar ‘recontra alto’ de 2005” sostiene. En cambio, el dólar ‘solidario’ y libre sí están en un nivel similar pero, si bien tienen impacto en la economía, no es el valor que rige para los exportadores, es decir, para el ingreso de divisas. Con las restricciones cambiarias, la demanda de dólares para turismo o atesoramiento dejó de ser un problema. Ahora lo es la oferta”, remarca Collante, para quien el tipo de cambio real actual está todavía en un nivel competitivo respecto de la serie histórica 2003-2020. Pero aclara: si las medidas que toma el Gobierno no logran desacelerar y estabilizar la tasa de inflación, mantener un dólar cuasi fijo en 61,5 terminaría afectando a la competitividad y el fantasma de la devaluación brusca volvería a sobrevolar.

Fuente: Infobae

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