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El gas lacrimógeno vuelve a Hong Kong con las protestas contra la futura ley de Seguridad Nacional

Miles de personas se han lanzado a las calles para manifestarse contra una medida a la que acusan de asestar un golpe mortal contra las libertades del territorio

INTERNACIONALES 24/05/2020 Macarena VIDAL LIY
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Los cañones de agua a presión y los gases lacrimógenos han vuelto este domingo a las calles de Hong Kong, para disolver las protestas de mayor tamaño registradas en el territorio autónomo chino desde el comienzo de la pandemia de coronavirus. Miles de personas se habían concentrado en el centro de la ciudad, pese a las normas que prohíben reuniones de más de ocho personas debido a la covid-19, para manifestarse contra la inminente ley de Seguridad Nacional que China va a imponer a la antigua colonia británica. Sus críticos consideran que la medida asestará un golpe mortal al régimen de libertades del que disfruta el enclave.


La mayor concentración estaba prevista en las zonas comerciales de Causeway Bay y Wanchai, parte del itinerario habitual en las marchas de protesta del año pasado contra Pekín y el Gobierno autónomo. A pocos minutos después de su comienzo previsto, a las 13.00 horas locales (07.00 hora peninsular española), la Policía lanzaba las primeras rondas de gas lacrimógeno para tratar de disolver a los participantes. Rondas que continuaban a lo largo de la tarde, y a las que se sumaron también los cañones de agua a presión. Varias personas quedaron detenidas.

A lo largo del recorrido previsto, los manifestantes habían colocado barridas con vallas, palos de bambú, paraguas o incluso cáscaras de fruta. Muchos coreaban “liberad Hong Kong, la revolución de nuestra era”, uno de los lemas de las manifestaciones de 2019. Algunos portaban carteles en los que se leía “Independencia para Hong Kong, la única salida”. Casi todos cantaban “Gloria a Hong Kong”, el himno de las protestas del año pasado.

En un comunicado, la Policía hongkonesa ha asegurado que utiliza “la mínima fuerza indispensable” para dispersar a los manifestantes, y asegura que “algunos alborotadores atacaron a agentes de la Policía y les lanzaron objetos contundentes”.

Los manifestantes protestaban contra el proyecto de ley que ha anunciado el Gobierno chino y que será aprobada en el Legislativo en Pekín el próximo jueves. La nueva norma quedará inscrita en un anexo de la Ley Básica, la miniconstitución hongkonesa, lo que permitirá a China pasar por encima del Parlamento autónomo, al que según los procedimientos ordinarios correspondería presentar y aprobar la medida.

La Ley Básica prevé el desarrollo de una ley de Seguridad Nacional aunque en un primer intento, en 2003, las protestas ciudadanas, que congregaron a medio millón de personas, obligaron a archivar aquel proyecto de ley. Desde las manifestaciones del año pasado, Pekín había insistido cada vez con mayor fuerza en la necesidad de que Hong Kong tuviera esa medida. La futura ley que va a introducir China en su territorio autónomo castiga las actividades consideradas “terroristas”, “independentistas”, la “subversión de los poderes del Estado” o la “injerencia extranjera”. Las protestas pro democracia de Hong Kong entran en las cuatro categorías, a ojos del Gobierno central.

En Pekín, en una rueda de prensa, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, ha asegurado que la polémica ley no tendrá ningún impacto en los derechos y libertades de que disfruta Hong Kong, garantizados por el principio “Un País, Dos Sistemas”, que Pekín pactó con Londres para el traspaso de la soberanía del enclave en 1997 y que debe regir en el territorio hasta 2047. Tampoco, prometió el ministro, perjudicará los intereses de las empresas extranjeras en este enclave financiero internacional.

En un lenguaje similar al que Pekín emplea para las regiones de Tíbet y Xinjiang, el ministro sostuvo que el objetivo de su Gobierno es la “paz y la estabilidad” de Hong Kong, y aseguró que, una vez aprobada, la nueva ley deberá aplicarse “sin la menor tardanza”.

Fuente: El País

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