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Castellano y una carta que no es genuina ni refleja la realidad

El sentido común ganó a fuerza de reclamos por supuesto, y a partir de hoy la ciudad comienza a vivir la "nueva normalidad", la que los rafaelinos impusieron por la realidad de los hechos y no por la convicción de los gobernantes.

RAFAELA 01/06/2020 Martín SILVA
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La carta del Intendente, que nunca tuvo autonomía y siempre esperó ordenes de Omar Perotti, desconociendo aspectos constitucionales referentes a las autonomías municipales.

Una carta más política que real, impuesta por la realidad de los hechos y no por una verdadera y autentica convicción. Desde el 20 de Marzo de este año Rafaela sufrió mucho y las consecuencias aun son impredecibles, Castellano tiene mucho de responsabilidad y difícilmente la gente lo pueda olvidar.

Para ser Intendente de una ciudad como Rafaela hay que tener mucho carácter y poder de decisión, no estar pegado a situaciones conocidas ni compromisos asumidos, no responder siempre a lo que le imponen. Castellano no logra tener una independencia política de Omar Perotti, y así nos fue desde el 20 de Marzo.

Los vientos triunfalistas son solo eso, vientos, que tarde o temprano pasan y le dan lugar a la calma, ahí es donde la gente, con la cabeza fría va a sacar sus propias conclusiones.  

Por Luis Castellano *

Ser intendente de la ciudad que amo es, además de una responsabilidad institucional trascendente, un orgullo y un compromiso que respeto enormemente, como dirigente político y también como rafaelino. Por eso es mi convicción, frente esta coyuntura extraordinaria, hacer todo lo que esté a mi alcance para cuidar a nuestra gente, para estar más cerca y mejor comunicado con esa ciudadanía que me ha dado la oportunidad de ser su representante y a la que me debo. Por eso decidí compartir esta columna de opinión. Como una manera de acercarles a todos nuestros vecinos y vecinas de Rafaela un panorama de cómo se encuentra la ciudad frente a esta Pandemia del Coronavirus y también para compartir una mirada con perspectiva de porvenir.
Se trata entonces de contarles cómo estamos parados hoy también de reafirmar que no nos resignamos frente al desafío de seguir construyendo el tiempo que viene. Vivimos una situación difícil y dolorosa, pero tenemos que poder mirar al futuro con esperanza. Un futuro que sin dudas será distinto en muchos aspectos, al que tenemos que construir desde nuestra cultura e identidad, respetando ese gen rafaelino que nos ha convertido en una ciudad con capacidad para resolver nuestros problemas y que es tan bien vista en otras regiones.
Arranquemos por lo primero: un balance. Iniciamos este proceso de enfrentar la emergencia con una dato importante: por nuestra dinámica propia de ser una ciudad productiva y conectada con el mundo, éramos al inicio de esta crisis (y no dejamos de serlo) una ciudad de riesgo. Por eso tuvimos que actuar rápido, con seriedad y concientizando a cada vecino a lo largo y ancho de nuestro territorio. Como era esperable, el virus igualmente llegó. Pero, gracias al compromiso ciudadano de esos primeros contagiados que actuaron responsablemente, al Estado y el trabajo coordinado entre sus distintas instancias: municipal, provincial y nacional, y a la inmensa mayoría de la ciudadanía que acató el aislamiento de una manera ejemplar, pudimos contener su propagación. Llegamos a tener 21 casos, pero hoy estamos en cero desde hace ya más de un mes.
El rol de la municipalidad, en el marco de las políticas generales dispuestas desde la Nación y la Provincia, ha sido fundamental. Hemos trabajado en diálogo permanente con nuestro gobernador Omar Perotti, y también con nuestro presidente Alberto Fernández. El esfuerzo ha sido enorme. Lo hemos visto todos: Además de nuestro equipo de salud, todas las áreas de trabajo han estado abocadas a la emergencia. Multiplicamos la asistencia alimentaria en los sectores más vulnerables; hemos preparado centros de aislamiento que, por suerte y por el momento, no hemos tenido que usar; pusimos en marcha una brigada sanitaria que está presente en cada barrio, facilitando información y corroborando el cumplimiento de los diferentes protocolos de cuidado; hemos creado un programa de asistencia para adultos mayores en situación de riesgo o necesidad; acompañamos también a nuestros comerciantes y empresarios, tanto para facilitarles la tarea a aquellos que realizan una actividad habilitada, como también para asistir en la obtención de ayuda y beneficios a quienes no pudieron retomar su negocio. En definitiva, hemos puesto en funcionamiento una gran red de cuidado para, con diversas soluciones o paliativos, hacer frente a los múltiples inconvenientes que la pandemia nos ha provocado a todos. 

Pero como les decía al comienzo, en una ciudad como la nuestra, no debemos desatender la construcción del tiempo que tenemos por delante: la nueva normalidad, como se ha dado en llamar. Esto no significa abandonar el cuidado, la concientización o la prevención. Muy por el contrario, significa comenzar a construir desde hoy esa ciudad que suma a su condición permanente una actitud distinta frente a estos nuevos riesgos. La nueva normalidad será aquella en que los cuidados de la salud, la higiene, el compromiso comunitario y la solidaridad cobren una importancia suprema, porque son las conductas que nos permitirán vivir una nueva vida plena y también retomar nuestras actividades productivas, económicas y sociales con mayor seguridad. Se trata de pasar del actual compromiso por cuidarnos a la conciencia de que tenemos que hacerlo de manera sistemática, rigurosa y duradera. Es cierto que ese horizonte que anhelamos hoy lo vemos algo lejano, porque vivimos semanas de incertidumbre: aquí y en el mundo entero. Pero tenemos que comenzar a imaginar, a construir evidencia y a planificar, para volver a florecer como ciudad cuanto antes.
En este sentido, quiero contarles que con mi equipo estamos más activos que nunca, haciendo todo lo necesario para respetar ese legado histórico de estar siempre un paso adelante como ciudad. Es esa nuestra vocación: trabajar para dar el ejemplo. Tenemos que planificar desde hoy cómo vamos a ser mejores, eso es lo que le digo a todo mi equipo. Y para ello, me guía un principio que tengo arraigado desde el comienzo de mi actividad política: el diálogo. Estamos hablando con todos los sectores, para compartir experiencias, conocer las nuevas dificultades y también las oportunidades, no sin conflictos, para sumar los distintos saberes, para discutir, establecer prioridades, y conciliar intereses y hacerlo siempre en beneficio del conjunto. Se trata de recurrir a lo mejor de la política para construir el bienestar general. Un bienestar nuevo, propio de un mundo nuevo.
Desde esa perspectiva propositiva es que estamos en permanente contacto y diálogo institucional con los sectores del trabajo y la producción. Juntos estamos monitoreando la economía y perfeccionado los protocolos que nos permiten las sucesivas aperturas de actividades que se han venido realizando. Nos estamos reuniendo también con los diferentes sectores comerciales y de servicios que todavía no han podido comenzar. Son situaciones que nos preocupan y nos ocupan por la gravedad económica que ello conlleva, y por el dolor que provoca el no poder trabajar. Aquí es precisamente que se coordina de manera creativa con los equipos de salud, para organizar esa nueva forma de trabajo que permita volver a la actividad, pero de otra manera. Por eso es que repito: ¡Hoy tenemos que estar cerca, MAS CERCA QUE NUNCA! Y estamos en el camino correcto. Sé que muchos todavía están pasando un momento difícil, pero sepan que trabajamos sin descanso y contemplamos todas las situaciones, para que esa próxima fase de nueva normalidad a la que aspiramos no deje a nadie afuera.
A su vez, queremos también seguir transformando nuestra ciudad de cara al futuro en el marco de un paradigma de sustentabilidad, y queremos hacerlo desde el conocimiento y la investigación local, poniendo en valor nuestro entramado científico tecnológico y ese perfil de ciudad universitaria que nos propusimos ser. Porque esa Rafaela más sustentable es una Rafaela con más capacitación, con nuevos empleos, nuevas tecnologías, una Rafaela innovadora, eje de un área metropolitana que coordina acciones y resuelve problemas comunes.
En este marco, estamos en diálogo permanente con el Consejo universitario local, para analizar la situación de la educación superior frente al desafío de la virtualidad, y también para evaluar las nuevas perspectivas de aprendizaje a las que la pandemia nos ha enfrentado. Es importante señalar que seguimos con todos nuestros programas educativos, haciendo un acompañamiento especial a los estudiantes en este tiempo de COVID-19. Quiero por ello destacar especialmente el compromiso de los y las docentes para, aun en un contexto complejo, seguir haciendo de la educación ese pilar fundamental para forjar el futuro del que les hablo.
Sin dudas nadie podía imaginar este 2020 que estamos atravesando, pero tenemos que saber que si nos seguimos cuidando y actuamos con responsabilidad, vamos a poder ir dando pasos significativos para retomar nuestra vida y algunas costumbres que extrañamos. Vamos a poder volver a nuestros trabajos, a reactivar nuestro entramado económico, comercial y productivo, a disfrutar de nuestros espacios públicos, de nuestra intensa actividad cultural, del deporte y la recreación para, en definitiva, motorizar una nueva agenda de desarrollo. Una agenda que ponga de manifiesto nuestros valores y nuestra identidad. Una agenda de trabajo, producción, innovación, salud y educación. Una nueva agenda de vida y futuro.

* Intendente Municipal de Rafaela. 

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