El tiempo - Tutiempo.net

José Tiburcio Serrizuela: la intimidad de Italia 90, la anécdota de Bilardo y por qué Maradona es mejor que Messi

Su carrera comenzó "por equivocación" en Los Andes y jugó la final del Mundial. Fue campeón con River, se peleó con Passarella e hizo un histórico gol con Independiente

DEPORTES 09/06/2020 Omar EDEN
serrozuela_seleccion_1591579467

José Tiburcio Serrizuela jugó al fútbol por terco. Lo echaron de Racing, de Independiente y de Banfield. El día que en el Taladro le anunciaron que no quedaría tomó el tren para volver a su casa en Florencio Varela y, cegado por la frustración, se bajó mal en la estación de tren. Lo hizo en Lomas de Zamora en lugar de en Temperley (donde hacía trasbordo). Se acordó de Los Andes y ahí nomás fue, se probó, quedó y debutó. Luego todo lo demás: campeón con River y el gol a Vélez en Japón con el que el Rojo fue el campeón del siglo, el Mundial, el penal a Yugoslavia y la final de Italia 90.

-¿Cómo vive un campeón del fútbol argentino que el 10 de junio cumplirá 58?

Hoy vivo tranquilo, en otra etapa, disfrutando como siempre pero muchísimo más tranquilo.

-¿Se sigue sintiendo jugador de fútbol?

No… lo que sí se siente es haber sido y haber logrado cosas importantes porque te lo hacen sentir constantemente, no te podés despegar. Tuve la suerte de llegar a equipos importantes acá y de ganar cosas importantes, de haber jugado un Mundial. Lo que sí sé es que fui un buen jugador de fútbol.

-¿Qué hizo cuando se retiró?

Cuando dejé el fútbol se me dio por dedicarme a la gastronomía porque no pensaba en seguir ligado al fútbol inmediatamente después de haber dejado porque a mí lo que me gustaba era jugar, no pensaba en otra cosa. Me retiré en Los Andes pero durante mi tiempo en México conocí a mi mujer y allí puse mi primer restaurante, en Veracruz. Se llamaba El rincón de Sofía y trabajaba con eso pero un día me senté en la puerta de la cocina y dije: "¿Qué hice?". Tenía el local lleno, los platos no salían, era un caos… Yo pensé que era mucho más fácil, me largué sin experiencia, solo con algunos tips que me dieron y otras cosas que yo sabía pero no, era distinto, entonces lo tuvimos un par de años, lo dejamos y después tuve otro restaurante en Chascomús, se llamaba Tiburcio y fue mucho mejor porque ya tenía la experiencia.

-¿A qué se dedica hoy?

Tenía un grabado de autopartes pero ahora no sé si lo vamos a tener porque con todo esto… depende de la venta de autos y está difícil, así que vamos a ver por dónde le buscamos la vuelta. Mi señora tiene máquinas de depilación definitiva, entonces estamos con eso y yo viendo a ver dónde voy a apuntar porque hoy por hoy al grabado de autopartes lo vamos a tener que postergar.

-Ya 30 años de Italia 1990... ¿Tiene presente la fecha cada vez que se cumple un aniversario?

Y... cuando viene este mes casi siempre te lo hacen recordar porque fue un Mundial muy lindo y emocionante. La gente pensaba que iban a eliminarnos en primera fase pero seguíamos, seguíamos y no entendían cómo hacíamos para seguir…

José Tiburcio Serrizuela fue convocado por Carlos Bilardo al Mundial de Italia 90 luego de ser una de las figuras del River campeón 1989/90. Jugó cinco de los siete partidos (no estuvo en el debut contra Camerún, cuando jugaron Fabbri-Lorenzo-Sensini y Ruggeri, y tampoco ante Brasil porque había acumulado dos amarillas). Se ganó la titularidad ante la URSS y fue clave en la definición por penales de cuartos de final ante Yugoslavia, tanda en la que Diego Maradona falló su disparo.

-¿Cómo lo vivió entonces y cómo lo recuerda hoy?

-El equipo tuvo mucha crítica, no se le dio importancia los primeros cuatro años. Entonces se esperó el otro Mundial, pasó el del 94 y esperaban el del 98; pasó el del 98 y esperaban el de 2002; pasó el 2002 y esperaban el de 2006; pasó el 2006 y se dieron cuenta que no era fácil llegar a una final… Seguimos un poco así y vas a seguir mucho tiempo ("muuucho", dice en realidad) si no cambian la forma de encarar estos eventos.

-¿Por qué?

Tenés que ser más organizado, más serio. Ahora está Scaloni, que puede llegar a ser un técnico brillante, pero no sabemos. No tenemos proyectos claros, estudios hechos en base a un plan. El argentino tiene que apuntar a ganar un Mundial pero en base a un análisis de lo que tiene pero más de lo que le falta para poder prepararlo, como hace Alemania, que te estudia, o como hizo Francia en el último Mundial, que preparó los jugadores que necesitaba para ganar: dos extremos con polenta, una defensa sólida, dos centrales rápidos y los delanteros que no te perdonaban, pero el secreto fueron los dos extremos que marcaban, jugaban y hacían mucho daño..

-¿Qué le falta a la Selección Argentina?

Creo que se equivocan. Van, buscan a todos los de buen pie pero nadie marca, no hay equilibrio. Hoy tenés que buscar mucha gente para hacer daño a los rivales que se agrupan y se escalonan muy bien atrás defensivamente porque te van a hacer salir, te van a hacer jugar mano a mano y no tenés centrales grandes y veloces, como tiene la mayoría de las potencias.

-¿Por qué en un país semillero como el nuestro faltan jugadores en puestos clave?

Porque no los prepara. Acá ven qué hay en el mercado internacional que sobresalga entre los jugadores que fueron vendidos y por ahí no ves a los de acá que pueden hacer una función así si vos los empezás a preparar… Vos vas a buscar lo que hay en lugar de preparar lo que necesitás de acuerdo a un proyecto claro para ganar un Mundial. Falta un estudio bien hecho, pero es una opinión muy personal.

-¿Qué jugadores faltan?

Un contención que se dedique pura y exclusivamente al equilibrio del equipo, que tenga un buen paso como quieren hoy pero que sea rápido para ir a los costados, que sea recuperador limpio para que siga jugando el equipo, que no cometa faltas, uno que juegue como jugaba Cascini, que era rápido, entregaba bien y tenía una buena media distancia; o Braña, que era rápido y recuperador. También faltan extremos que sepan achicar para atrás, salir rápido y sacarse un hombre de encima. Hay jugadores que no te pueden faltar si querés salir campeón del mundo... Aparte tenés al mejor del mundo, que es Messi, ¿no? Pero tenés que rodearlo con buenos jugadores y con un sistema bien trabajado.

-¿Cómo era jugar con Maradona?

En el Mundial nosotros estábamos esperando el plus que era tener a Diego y no llegaba porque tenía muchas lesiones, porque no estaba bien, porque el equipo no se había armado bien como para buscarle un lugar en la cancha donde pudiera hacer daño. Entonces estábamos esperando eso y no aparecía, no aparecía, no aparecía (repite) hasta que apareció en el momento justo que fue contra Brasil. Entonces ahí nos dimos cuenta la dimensión de Diego. Brasil se confió; si vos ves el gol hay cuatro jugadores rodeando a Maradona cuando va a recibir la pelota en mitad de cancha, lo dejan girar porque no lo quieren ir a anticipar para no hacerle falta, Dunga le tira un patadón de atrás pero no para voltearlo si no que para mí pensó que con la línea de cuatro del fondo iba a perder la pelota y no sólo no la perdió si no que la metió de manera genial a Caniggia, ganó el partido y a partir de ahí Yugoslavia, Italia y Alemania ocuparon tres jugadores para marcarlo. O sea, sin estar 10 puntos físicamente como para hacer el desnivel, sin nosotros haber armado ofensivamente cosas buenas en los partidos que nos tocó jugar, Diego fue importantísimo, esa es la dimensión que tenía Diego en un equipo de fútbol.

-¿De todos los que vio jugar, de todos con los que jugó fue Diego definitivamente el mejor?

Pero claro. Yo tuve la suerte de jugar con muy buenos jugadores y cada uno tiene sus cosas para ganar un partido pero Diego estaba lejos y está lejos de cualquiera incluso hasta hoy porque son distintos momentos como para hacer una comparación con Messi pero no, yo no tuve la suerte de jugar con Messi... veo que es rapidísimo, veo los goles que hace, espectaculares, pero Diego ganó un Mundial, hizo salir campeón a Nápoles y yo lo tuve como compañero y veía el carácter que tenía para jugar al fútbol.

-¿Esa es la diferencia?

¿Sabés lo que pasa? Que había un partido amistoso y Diego se venía a jugar de Italia, y venía con una alegría tremenda y se mataba, no había partido amistoso para él… era Argentina. Entonces todo eso crea el sentido de pertenencia. Si Diego tenía ese amor propio para jugar al fútbol por Argentina, ¿cómo no lo íbamos a tener nosotros? Él contagiaba positivismo, entusiasmo, todo.

- Como técnico Bilardo era...

Un estudioso y un buen estratega, muy buen estratega. No dejaba nada librado al azar, hablaba constantemente porque no había mucho tiempo para entrenar y planificaba los partidos de manera espectacular, Lo veía y tal cual lo decía él salían los partidos. Un estudioso (reafirma).

Algo muy bueno que me aportó en ese tiempo es qué cosas ver en los videos, los detalles. Hoy se sabe todo pero en su momento él fue un precursor. Un día en la cancha de Espanyol, en un entrenamiento, lo paró y dijo "¿por qué lo paro?" Nadie sabía, nadie le contestaba... el único que se acercó fue Fabbri y él le dijo "no no no, vos seguro que lo sabés". Como nadie respondió nos citó a todos en la AFA para ver videos, era re aburrido y (se ríe) … Y fuimos y dice: "¿Se acuerdan por qué paré la práctica hoy y nadie me supo decir?". Entonces empezó a explicar con un video de una jugada en la que un jugador le comete falta a otro, el de la falta le da la mano al otro para levantarlo y ahí el que estaba caído le agarra la mano, lo retiene, no lo deja salir, mueven rápido y hacen el gol (se ríe con picardía). Entonces Bilardo paró todo y dijo: "¿Vieron? Por esta jugada nos podemos ir del Mundial".

-¿Fue contra Brasil el partido más emocionante de Argentina en un Mundial?

Sí. Y creo que el secreto estuvo en la forma en que se ganó porque ahí recuperamos a Diego para los equipos rivales. Porque se preocuparon demasiado en él y nos dejaron trabajar, acomodarnos un poquito mejor a nosotros porque Diego ocupaba siempre dos o tres rivales y nosotros aprovechábamos todo eso. El partido con Brasil fue clave para que sucediera eso, para que nos diera más tranquilidad a nosotros, para que no nos atacaran y no nos faltaran el respeto los rivales. Nos respetaban bastante y ya podíamos trabajar como lo que éramos: campeones del mundo, si bien estábamos armándonos durante la competencia.

-Usted no jugó contra Brasil porque acumulaba dos amarillas pero estuvo en el vestuario.... ¿Recuerda qué se decían?

Que no nos hicieran el primer gol porque si eso pasaba ¡en el primer tiempo nos íbamos a ir con cinco! No los podíamos agarrar. Lo único que se le escapó a Bilardo fue Valdo, que era el 10, livianito, y al abrir mucho a los volantes porque tenían que ocuparse de los laterales, los volantes defensivos nuestros quedaba mano a mano. Ese era el desequilibrio que ellos tenían por el medio, porque no era solo atacar por las bandas y sacar ventaja... Había un montón de huecos que había que cubrir. Brasil nos desbordó por todos lados hasta la genialidad de Diego...

-Y en cuartos la definición por penales contra Yugoslavia. ¿La sufrió?

La secuencia de los penales fue tremenda. Yo siempre digo que uno está preparado para eso, yo tenía buena pegada, había pateado muchos penales, me gustaba, me sentía seguro y entonces por ahí pasaba todo. Yo elegía el lugar y le pegaba fuerte, sabía como perfilarme, siempre escondiendo el tiro, esa es la manera de un pateador porque los arqueros te estudian los movimientos, entonces eso era lo que yo hacía y me preocupaba por eso desde el momento en que salía de la mitad de la cancha hasta llegar al punto del penal, que es toda esa ceremonia de ir caminando hasta allá….

-Pero erró Diego...

Claro. La serie empezó con mi penal, que lo metí pero creo que todos nosotros sentimos un poquito de miedo cuando erró Diego y después pasó lo que tenía que pasar porque si erra Diego erra el de atrás también y lo erró Troglio, entonces se nos vino la noche… Lo que nos benefició fue que teníamos el primer penal que había pegado en el travesaño de ellos, que estábamos con ventaja, entonces así como yo tuve miedo creo que el resto también porque había errado Diego pero tuvimos la suerte de que Goyco se convirtió en héroe.

-En semifinales les tocó Italia, que tenía todo a favor, pero jugaron contra ellos el mejor partido de Argentina en el Mundial...

Ganamos también esa serie y podríamos haber perdido pero lo ganamos y todo eso te llena de positividad, eso era lo que pensábamos en ese momento, que ya lo que viene será mucho mejor después de todo eso. Me acuerdo que después del partido con Brasil y Yugoslavia nos tocaba jugar con Italia, el local, el que tenía todo para ganar pero vino Bilardo y dijo: "Miren muchachos, después de Brasil, si hoy no ganamos somos unos boludos bárbaros". Nos dijo que si no ganábamos no nos lo íbamos vamos a perdonar nunca más porque el único jugador bueno que tenían ellos estaba en el banco, que era Roberto Baggio con 18/19 años. Así que lo cantó justo, él venía contento y fue el mejor partido que jugamos en el Mundial

-¿Está orgulloso de la carrera que hizo?

Estoy plenamente satisfecho con todo lo que me ocurrió. Yo arranqué en Los Andes y como venía de inferiores no había jugado hasta los 16 años en ningún equipo porque me echaban de todos lados, hasta que me tomaron en Los Andes.

-¿Su mejor momento como futbolista?

En Los Andés, en el ascenso del 83, hice 15 goles. Saturno, que era el goleador nuestro, tenía 14.

-¿Qué pasó con Passarella?

Yo tuve problemas. Me voy de River porque soy el primero que discute con Passarella cuando él arranca como técnico, éramos amigos con él, de ir a comer a la casa, cuando hacíamos doble turno él siempre nos llevaba a Gordillo y a mí a comer a la casa y después nos traía para el turno de la tarde. Eso cuando todavía era jugador, entonces se hizo una amistad, yo lo admiraba como jugador, un fenómeno, en River en la segunda rueda la rompió, yo era suplente de él y después cuando él agarra de técnico me llama, me dice que va a ser el capitán, todo bárbaro, además yo tenía un gran nivel pero de repente por un problemita que tuvimos, que a mí me parecía que no correspondía lo que él me estaba diciendo, ni en la forma, yo se lo dije bien como para que entendiera, que no iba a hacer lo que me estaba pidiendo y bueno, se enojó y terminé yéndome de River. Para colmo uno cuando no tiene esa confianza, cuando lo siente, uno se da cuenta, yo cuando tenía confianza era un fenómeno y cuando no me caía, o sentía que no estaba respaldado por el técnico, que me estaba buscando problemas, entonces yo termino errando los dos penales contra el Barcelona de Ecuador y ahí aprovecha él para sacarme, discutimos, le dije las cosas que no me parecían bien porque yo vine del Mundial sin descanso después de 75 días agotadores allá, me puso a jugar la Copa Libertadores, yo la jugué, me frustró él el pase a Francia, entonces le dije las cosas, él era el dueño del equipo, mandaba más que el presidente, me tuve que ir de River. Yo creo que él se equivocó, que no le hacía falta esas cosas para tener ascendencia sobre los grupos que manejó. Fui el primero que se peleó porque se peleó con muchos de la misma manera.

-¿Hoy puede contar qué fue lo que le pidió?

No lo dije en su momento y no lo diré nunca porque ya está. Gracias a Dios yo terminé muy bien en el fútbol porque yo esperaba una revancha para revertir todo lo que se había hablado de mí cuando yo me fui de River y la revancha me la da Independiente cuando yo estaba desesperado por venir. Yo en Independiente tuve los mejores años futbolísticos, no por mi nivel individual pero le respondí bastante bien al club, se armó un grupo bárbaro, ganábamos todo y tuve hasta la suerte de convertir un gol en la Recopa en Japón para que Independiente fuera el Rey de Copas en ese momento pasándolo al Milan. Nosotros ganamos tres copas y ahí ya quedó mi nombre de vuelta intacto y después todo lo que pasó en el tiempo fue la muestra de cómo te manejaste, no sé si me explico...

-¿El mejor en su puesto?

A mí me gustan centrales que salgan, que jueguen, que apuntalen a los mediocampistas y hoy no lo veo. Históricamente el mejor fue Passarella, un jugadorazo, tremendo jugador.

-¿Es ingrato el mundo del fútbol?

Sí, eso tiene que cambiar acá. Eso tendría que cambiar acá porque en Europa se hacen reconocimientos a los jugadores. Acá el problema es dirigencial, entonces la mayoría de los clubes están muy politizados y los dirigentes van y vienen, van y vienen, cambian constantemente.

Si yo voy a Independiente y están los dirigentes de antes me abren las puertas, pero si no están esos sos un desconocido. Si querés ir a la cancha tenés que comprar entradas cuando vos les diste tanto. Una pequeña cosa como esa no te la hacen. Mayormente el club siempre se portó muy bien, pero hubo ocasiones en que había partido, yo quería ir y no había manera, no había chance.

-¿Quién fue José Tiburcio Serrizuela?

Un jugador de fútbol de vocación porque no aflojé nunca, porque tenía el objetivo de jugar profesionalmente porque me encantaba, me dediqué mucho, muchísimo y seriamente a lograr esa obsesión que tenia por el fútbol… y lo logré.

Fuente: tn

Últimas publicaciones
Te puede interesar
Lo más visto

PERIODISMO INDEPENDIENTE