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Por qué el colapso de la cultura del trabajo afectó al nivel de actividad de Argentina más que en otros países

La pérdida de empleos y la caída del PBI triplicó en 2020 la observada en economías como la de EEUU y Brasil

ECONOMÍA 01/01/2021 Ramiro CASTIÑEIRA
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Son varios los países que culminan el año con poco más de 900 fallecidos de covid-19 por millón de habitantes. Entre ellos está EEUU, Brasil y Argentina. Ahora bien, mientras que las economías de EEUU o Brasil cierran el año con una caída del PBI cercana al 4%, la economía argentina caerá un 11% en 2020. Es decir, Argentina casi triplica la caída del PBI de EEUU o Brasil, sin por ello mostrar mejores resultados en fallecidos por covid-19.

Casi triplicar la caída del PBI, también conlleva casi triplicar el impacto en el nivel de empleo. El propio Indec estima que al inicio de la cuarentena el nivel de empleo cayó en 4 millones de puestos, principalmente no registrados. La tasa de desempleo no saltó a las nubes dado que la cuarentena impidió a la gente salir a buscar trabajo y por tanto estadísticamente no se computan como desempleados. Pero si se corrige la tasa de desempleo para que refleje la pérdida de empleo durante la cuarentena, mostraría un salto desde 10% en el primer trimestre, a 29% en el segundo. Para el tercer trimestre la tasa de desempleo corregida bajó a 21% de la oferta laboral real.


Ahora bien, al estirar la cuarentena muchos perdieron definitivamente su fuente de trabajo por lo que ya no tienen a dónde volver. Aún, si 3 millones recuperan el trabajo, se estima que un millón no lo logró antes de fin de año. Con este millón de nuevos desempleados, cabe estimar que el nivel de desempleo corregido saltó de 8,9% a fin de 2019, a 15% a fin del 2020. Tres millones de desempleados en total, uno generado este año.

Si bien el récord de desempleo llegó en 2002 con 21,5% según el Indec, vale advertir que la falta de crecimiento económico que genere nuevos puestos de trabajo las últimas décadas se tapó con empleo público que se elevó en 1,5 millones, principalmente entre 2002 al 2010.


En paralelo también se empezó a tapar el desempleo con masivos planes sociales para gente que ya ni busca trabajo la última década. Si también se corrigen estos efectos (empleo público más planes), Argentina está viviendo su mayor tasa de desempleo de toda su historia.

En definitiva, el mercado de trabajo está en crisis desde hace más de una década y “la cuarentena eterna” no hizo más que acelerar su deterioro.

 

Salario en 2020

Cuando el dólar libre testeó los $200 en el transcurso del año, implicó que el salario mínimo en Argentina llegó a USD 100 al cambio libre. Menos que Haití. 100 dólares equivalen a un día de trabajo malo haciendo taxi en cualquier país desarrollado. Con el dólar más calmo, el año cierra con un salario mínimo en 140 dólares libres.

Para tomar perspectiva, durante la convertibilidad la jubilación mínima eran de unos USD150 mensuales, que a precios de 2020 son USD 225, pero hoy cobran USD 130 al cambio libre (40% menos). El salario mínimo era equivalente a USD 200 nominales, USD 300 a precio de 2020, pero hoy está USD 140 libres (50% abajo). El salario promedio registrado en los noventa sumaba USD 850 nominales, USD 1.300 de ahora, pero actualmente no llega a USD 400 libres (70% inferior).

Por supuesto que se puede bajar más. En la crisis de 2002/3 el salario y la jubilación mínima no llegaban a USD 50 dólares en Argentina.


Hoy en cualquier país emergente el salario promedio ronda el equivalente a USD 600. En España el mínimo es de 950 euros y en Miami sube a USD 1.440 al mes (USD 9/h). Ya se sabe que Argentina no tiene salario de país desarrollado, pero lo que no todos advierten es que ya se ubica entre los más bajos entre las naciones emergentes.

 

La patria planera

La Argentina dejó de crecer en 2011 y dejó de generar empleo en blanco. Necesitaba crear un mínimo de 200 mil puestos de trabajo por año solo para que no aumente la tasa de desempleo. Es decir, 2 millones en la década. creó cero. La tasa de desempleo no saltó sólo porque se tapó con empelo público y planes asistenciales. Marginalmente crece el empleo en negro y a cuentagotas el monotributo.


La vacuna trajo buenos augurios al mundo para el 2021. Se espera que todos los países recuperen la mayor parte de la actividad y empleo perdido en 2020. Argentina también tiene expectativas de rebote, con el interrogante de si la gran emisión monetaria acumulada este año despertará la inflación cortando las alas al rebote.

Pero al margen de la coyuntura, el Gobierno no tiene agenda de reformas estructurales, menos en un año electoral, por lo que el techo de la actividad es el que había previo a la pandemia, en el mejor escenario.
A principios del siglo pasado llegaban barcos llenos de inmigrantes a la Argentina. Todos lograban tener trabajo y todos prosperaron generando una gran clase trabajadora, mucho antes que Juan Domingo Perón llegue a su primera presidencia. Perón sólo consolidó el nuevo modelo económico que se impuso en la década del 30. Abandonar el liberalismo y abrazar el Corporativismo Estatal. Modelo que hoy eclosiona. No genera empleo, ni crecimiento, ni exportaciones, ni inversiones. El contraste de oportunidades con la Argentina que se miraba desde los barcos es evidente. Hoy es una Argentina que no genera empleo para los nietos o bisnietos de esta generación.


La cultura del trabajo está en crisis, el mérito en duda, la educación en pausa. El sindicalismo, que sólo actuó como otro brazo político del peronismo, pierde fuerza junto al empleo en blanco y el espacio lo ganan las organizaciones sociales repartiendo planes. El reparto de cajas muta mientras se evapora la cultura del trabajo y se gesta un nuevo contrato social, lejos del trabajo y en torno a la dádiva disfrazada de plan social.

Argentina se hizo grande exportando y colapsó cuando se alejó del comercio exterior. Cuando hizo carne el “vivir con lo nuestro”, el “Estado presente” y coquetear con el “Che”. Estado que sólo se dedica a cerrar la economía y lotear el mercado interno para los amigos. Para volver a una Argentina que genere empleo para todos, hay que volver a prender el motor del comercio exterior, además de asegurar un mercado interno libre que permita negocios para todos, en vez de cerrar la economía y ponerse a administrar kioscos.

Fuente: Infobae

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