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Entre el rebote económico y el temor a la segunda ola del covid-19: qué expectativas tienen los empresarios para 2021

Aunque con incertidumbre en materia sanitaria, el sector privado avizora una recuperación el año próximo, pero considera que los problemas políticos y la falta de confianza producen frenos

ECONOMÍA 03/01/2021 Natalia Donato*
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Tras un 2020 muy complejo en términos sanitarios, económicos y sociales producto del coronavirus y de la cuarentena, las expectativas de los empresarios, y de toda la sociedad, están puestas en el año que está por comenzar. El comienzo de la vacunación y la posibilidad de que por lo menos las personas de riesgo estén inmunizadas antes del comienzo del otoño genera una cuota de optimismo, que se suma a la suave recuperación que muchos sectores ya comenzaron a registrar en los últimos meses.

¿Se sostendrá esta tendencia? ¿Llegará a tiempo la Argentina para evitar la segunda ola que está azotando a Europa? ¿Podrá el Gobierno superar los desafíos macroeconómicos que se incrementaron con la pandemia? ¿Cómo impactará la política en este proceso? Estas y más preguntas son las que se hace el sector privado de cara al 2021, que arrancarán con esperanza, pero también con mucha incertidumbre.

“Para el 2021, espero que logremos salir. Pero si no hay un acuerdo político en el Gobierno, y con los demás sectores, y que brinde cierta previsibilidad en lo económico, va a ser muy difícil que salgamos. Hay que buscar un cambio en las expectativas de la gente”, afirmó el titular de la UIA, Miguel Acevedo.

El dirigente, y empresario del sector aceitero, reconoció que hay temor entre los industriales sobre lo que está sucediendo con la pandemia en Europa y la posibilidad de que la segunda ola obligue nuevamente a cerrar las fábricas, pero prefirió quedarse con la expectativa de que la vacunación llegará a tiempo. “Esas son las cosas que no podemos predecir. Lo que sí podemos predecir es cómo vamos a empezar a crecer, a organizarnos como sociedad para reconstruir”, agregó, en referencia a la necesidad de que el Gobierno active pronto el acuerdo económico y social que le prometió no sólo a la UIA sino también a la CGT.

Desde el punto de vista de la actividad, la industria comenzó a dinamizarse en los últimos meses y ya hay algunos sectores que están trabajando a los niveles previos a la aparición del virus. Si bien la situación es bastante heterogénea, son muchos los rubros que están percibiendo una recuperación. Aún así, la industria cerrará el 2020 con una caída en línea con la del PBI, pero la caída se fue desacelerando en los últimos meses, e incluso en septiembre se registró el primer mes con suba respecto del mismo período del año pasado.

En el caso de la industria automotriz, si bien todavía está lejos de alcanzar los niveles máximos de capacidad instalada, cerrará el año con una producción de 275.000 autos -mayor de la esperada- y los empresarios del sector prevén para el 2021 fabricar 450.000 vehículos, es decir, 30% más. En diálogo con Infobae, el presidente de Toyota Argentina, Daniel Herrero, manifestó que “el gran desafío de cara al año próximo es la falta estructural de dólares y cómo sobrellevarla. Hay que pensar en cómo exportar más y ser más competitivos”.

En este sentido, señaló que desde la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) comenzaron a trabajar con el Gobierno en un nuevo acuerdo para definir niveles de producción, integración de piezas locales, exportación y cupo de importación. “Empezamos ya a trabajar con eso para ver el equilibrio que podemos encontrar”, dijo. Sobre la cuestión sanitaria, Herrero sostuvo que si llegara la segunda ola, con el aprendizaje del 2020, “hay manera de transitarla con protocolos más estrictos, sin la necesidad de cerrar nuevamente las plantas”. Aún así, se mostró preocupado por “esta nueva normalidad” porque no avizora cuándo se podrá volver a trabajar normalmente.

El campo fue uno de los sectores que pudo seguir trabajando normalmente pese a la pandemia y esa situación ya lo ubica en otro lugar al analizar la crisis de 2020. Sin embargo, de cara al año que comienza, preocupan “las señales políticas contrarias a la propiedad privada, como la toma de campos, la Ley de Fuego, el impuesto a la riqueza, o el caso Vicentín”, remarcó el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Daniel Pelegrina.

Según señaló el dirigente rural, lo que más le preocupa es la cuestión institucional, además de la alta presión impositiva, la falta de infraestructura y de competitividad general de la economía argentina. Frente a las expectativas que tiene el Gobierno puestas en el campo ante la falta de divisas, Pelegrina remarcó que “si no hay confianza, los productores van a seguir guardándose la soja porque es una reserva de valor”. “Es necesario que nos pongamos de acuerdo en las políticas de Estado. El año que viene van a estar todos desesperados por las elecciones y nadie mira el futuro. Si no pensamos en cómo combatir la inflación y tener una moneda fuerte, seguiremos igual”, afirmó el titular de la SRA.

El principal desafío para el 2021, según el ruralista, es la estabilidad macroeconómica. Y lo mismo cree la mayoría del establishment: aún con una situación sanitaria favorable, la Argentina no se levantará si no logra generar confianza, recuperar reservas, tener estabilidad cambiaria, frenar la suba de precios y bajar el déficit fiscal, que este año cerrará en más de 8 puntos del producto.

“Sería una pena que la Argentina, en vez de aprender de esta crisis, retroceda respondiendo a síntomas y no piense en el largo plazo”, apuntó el textil Teddy Karagozian. Sus expectativas hacia adelante son positivas; cree que el año próximo será muy bueno teniendo en cuenta que se parte de un 2020 muy negativo, y que los desafíos serán “cómo generar inversiones cuando no hay dólares ni para comprar máquinas”, y cómo se resuelven los problemas políticos.

“La Argentina podría crecer mucho, si no fuera porque constantemente desde el Congreso aprueban leyes que atentan contra la inversión de largo plazo. Además, el Gobierno debe clarificar quién dirige, ya que los ruidos que se generan en la política tienen consecuencias económicas notorias”, aseguró el dueño de TN&Platex.

Para el sector del comercio, las expectativas son “muy moderadas, no está para descorchar”, reconoció el titular de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Mario Grinman. En primer lugar, coincidió con sus pares respecto de la incertidumbre que todavía tiene el país en materia sanitaria, qué sucede con la vacuna, si finalmente logra vacunarse toda la población de riesgo antes del cambio de estación, ya que “las cosas no están claras, como así tampoco lo están en la política”, dijo.

“Los empresarios argentinos –remarcó– tenemos la capacidad de reinventarnos permanentemente porque es la única posibilidad de sobrevivir en un país como la Argentina. Hoy el problema económico quizá haya pasado a un segundo término, pero sí nos preocupan los problemas políticos, las señales distintas de un mismo sector, y eso termina generando intranquilidad y desconfianza. Y cuando eso pasa no hay clima de negocios y, por ende, tampoco puede pensarse en revertir el ciclo económico”.

El director de Celulosa y miembro de la UIA, José Urtubey, rescató, por su parte, que se haya llegado al fin del 2020 con relativa paz social pese al fuerte deterioro de los niveles de pobreza y desocupación. Hacia adelante, afirmó que será clave acordar con el Fondo Monetario y equilibrar las variables macroeconómicas.

A su vez, el industrial del sector farmacéutico, Marcelo Figueiras, también valoró que se esté terminando el año “sin esa tensión social incontrolable” y se mostró optimista de cara al 2021. “Estamos cerca de cerrar un acuerdo con el FMI que nos despeje el camino para entrar a los mercados internacionales. El principal desafío es salir del estancamiento, reducir la pobreza y la inflación, generar inversiones y lograr reinsertarnos en el mundo”, dijo a este medio el dueño de Laboratorios Richmond.

A su turno, el presidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA) y dueño de Cerámica Alberdi, Martín Rappallini, señaló que las expectativas para el año próximo son de recuperación económica, pero también de “poner sobre la mesa un montón de problemas que hoy afectan a la producción, como la industria del juicio, las dificultades que hay para contratar y la falta de empleabilidad”. Además, agregó que habrá que trabajar en agilizar el financiamiento para el sector productivo y en reducir la carga tributaria que afecta a las empresas que quieren exportar.

 

 

* Para www.infobae.com

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