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Plazo fijo: por qué no es un buen negocio y qué debería cambiar para no perder ante la inflación

Los precios suben por arriba de la rentabilidad que paga un plazo fijo tradicional. Cuánto debería subir la tasa anual que ofrece, y qué ocurre con los UVA

ECONOMÍA 08/02/2021 Mariano Jaimovich*
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El ahorrista que busca la seguridad de colocar sus pesos en un plazo fijo está preocupado, porque en los últimos dos meses la inflación llegó al 4% mensual y superó al rendimiento que pagan los bancos.

Por lo tanto, los interrogantes que se abren son si la tasa de interés le va a volver a ganar a la inflación, o si es más conveniente realizar un plazo fijo ajustado por el incremento de los precios (UVA).

Es decir, también se plantea la necesidad de saber cuál sería el rendimiento mínimo que las entidades financieras deberían pagar por las colocaciones para no salir perdiendo. Porque hoy, claramente, el plazo fijo tradicional no es negocio para poner pesos. 

Para tener una respuesta a este tema, primero se deben analizar cuáles son las expectativas de inflación. En el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), realizado por Banco Central, se proyecta que la inflación para todo el 2021 estará en niveles de casi 50%.

Y para febrero, se estima que el incremento de precios al consumidor (IPC) se ubicará en 3,7%, es decir, por arriba del 3,1% mensual que hoy paga un plazo fijo tradicional.

En conclusión, se espera que la inflación se ubique en valores elevados, en base a un conjunto de variables.

"Una de estas causas es que no habrá ningún tipo de cuarentena estricta, haciendo que se consolide el nivel de recuperación de la actividad, con algunos sectores recomponiendo márgenes", afirma a iProfesional Roberto Geretto, economista jefe de banco mayorista CMF.

Y agrega: "Se espera que tanto el dólar oficial como los salarios no se atrasarán respecto a la inflación".

Asimismo, acota que una emisión monetaria para financiar al fisco, donde el déficit primario se ubicaría en torno al 3,5%, estará por debajo del 4,5% presupuestado, pero igualmente "esto estaría implicando una considerable emisión monetaria".

Especialmente, Geretto hace hincapié que, a diferencia del 2020, el presente año arranca con un grado de monetización en niveles elevados.

"No obstante lo anterior, el mercado ha recortado en algo las proyecciones de inflación para los próximos meses, donde hay mayor consenso que ciertas medidas heterodoxas, como acuerdo de precios, tarifas congeladas, entre otras, pueden ayudar en el corto plazo a atenuar la inflación, pero, por supuesto, con mayores costos en el largo plazo", resume Geretto.

Estos costos a futuro pueden ser, por ejemplo, una caída en las inversiones y empobrecimiento de la calidad de los servicios públicos.

Plazo fijo y tasa ideal 

Para tener una idea de la situación actual, un plazo fijo minorista tradicional otorga una tasa de interés nominal de 37% anual, lo cual claramente se ubica por debajo de las expectativas de inflación.

"En término teóricos, lo ´ideal´ sería que, al menos, la tasa compense la inflación esperada, dando así como resultado que la tasa de un plazo fijo a 30 días debería ubicarse en una tasa nominal de 41,24% anual, dando una tasa efectiva (TEA) del 50% anual, equivalente a la inflación esperada", detalla Geretto a iProfesional.

Es decir, debería subir unos 4,24 puntos porcentuales respecto a lo que hoy están pagando por un mes de plazo.

Adicionalmente, completa que si se busca que la tasa de los plazos fijos tradicionales se equipare con la que ofrecen los plazos fijos UVA, que se comportan como inflación más 1%, la tasa nominal anual (TNA) del plazo fijo tradicional debería aumentar a 42,27%. Es decir, una TEA de 51,50%.

"Hay que aclarar que la comparación no es lineal, ya que un plazo fijo UVA exige inmovilizar el dinero por 90 días, mientras que uno tradicional se puede realizar a 30 días", advierte Geretto.

Respecto al plazo fijo UVA, para este economista se trata de la "opción natural" que se tiene, ya que ofrece como garantía una cobertura respecto a la inflación.

"Suponiendo que resulta que hay un escenario de 50% de inflación para el 2021, tal como indica el REM, el retorno medido en tasa nominal anual (TNA) para el plazo fijo UVA sería del 51,5%, muy superior al plazo fijo tradicional", concluye Geretto.

A tener en cuenta, es que en lo que ocurra mes a mes, aún con las actuales tasas, no necesariamente un plazo fijo UVA otorgará un mejor rendimiento que un plazo fijo tradicional.

Por ejemplo, si la inflación mensual es menor al 2,66%, se tendrá como resultado que el plazo fijo tradicional le sacará algo de ventaja al ajustado por UVA en dicho mes, ya que hoy paga 3,1% mensual.

¿Inflación o dólar?

En este intento por ganarle a la inflación, también surge la clásica comparación respecto a saber si conviene invertir en un plazo fijo ajustado por UVA (por el índice CER), o si es mejor apostar por el dólar.

Para analizar esta disyuntiva, se toma un escenario base intermedio, es decir, donde no hay un caos económico, ni salto en el precio del dólar, y tampoco un excelente desempeño macro que genere que el tipo de cambio se atrase por una gran demanda de pesos.

Es este escenario, los economistas estiman que el dólar va a seguir a la inflación.

"En dicho caso, el plazo fijo ajustado por inflación no perdería valor en dólares, sino que, por el contrario, sería aconsejable tener una proporción de la cartera invertida en este instrumento, para obtener un retorno real en pesos y diversificar la cartera de inversiones", concluye Geretto a iProfesional.-

 

 

* Para www.iprofesional.com

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