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Club de París: Guzmán, con reuniones clave en Francia y Alemania, busca no pagar hasta 2023

La deuda en este caso alcanza los u$s2.400 millones y hay un vencimiento en mayo. Se buscará un nuevo acuerdo.

ECONOMÍA 01/04/2021 Carlos Burgueño*
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Martín Guzmán planifica ya otro viaje, nuevamente central. El ministro de Economía volará el viernes de la próxima semana a Europa para lograr otro objetivo difícil: que el Club de París acepte prorrogar los vencimientos del pago de los aproximadamente u$s2.400 millones que se le deben a los integrantes de ese organismo. Y que la extensión de los plazos del nuevo acuerdo alcance a 2023. Guzmán quiere explicar el problema de la deuda argentina y la imposibilidad de cumplir en tiempo y forma con el vencimiento de mayo con sus colegas de Francia, Alemania, Italia y España, quienes tienen la llave de un potencial acuerdo. Y, según lo que le prometieron desde Buenos Aires al economista, países en los que encontrará buena predisposición para hacer una propuesta, siempre que sea de buena fe y con compromisos de pagos. Lo que ya sabe Guzmán que no podrá conseguir, son quitas de capital o interés; dado que los acreedores son, en este caso, países y no fondos de inversión o bancos.

Con el primero que el funcionario argentino buscará audiencias privadas es con el ministro de Economía y Finanzas francés, Bruno Le Maire, que por su rol tiene además la presidencia formal del Club de París. Será con este colega con quién deba Guzmán explayarse en sus argumentos, todos amparados en la Pandemia. Luego intentará un encuentro con el hombre fuerte de la economía europea: el alemán Peter Almaier, ministro de Economía y Energía de Angela Merkel y hombre de tendencia dura. Se sabe en la delegación que si se consigue su apoyo, el resto de las conversaciones podrán basarse en la diplomacia. Están también en agenda reuniones con el italiano Roberto Gualtieri y la española Nadia Calviño; con quienes las posibilidades de un guiño parecen ser mayores.

La visión que se tiene desde Buenos Aires en la preparación del viaje, es que el Club de París está tan interesado como Argentina en cerrar un acuerdo. Y que, a diferencia de las discusiones con los acreedores privados y el Fondo Monetario Internacional (FMI), en este caso el gobierno de Alberto Fernández siempre consideró esta deuda como 100% legítima en sus reclamos y desvinculada de circunstancias políticas de otorgamiento. Sin embargo, el oficialismo criollo que su tratamiento debe ser el mismo que el resto de los acreedores, con lo que también debe ser renegociada; dado que, siguiendo los dictámenes de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, hoy no se puede pagar. Guzmán tiene la intención además de completar el año con las reservas del Banco Central intactas, para poder tener poder de fuego cambiario lo suficientemente importante para garantizar una política monetaria tranquila hasta, al menos, después de las elecciones de octubre.

La Argentina mantiene su deuda con el Club de París en nivel de default desde el 5 de julio del año pasado, lo que implica un caso inédito (por lo negativo) en la breve historia moderna del país con la entidad; y luego de haber dejado de pagar los compromisos en 2001 tras la declaración de default generalizado de Adolfo Rodríguez Saá del 22 de diciembre de ese año. Bajo la gestión del entonces ministro de Economía Axel Kicillof, el país regularizó en mayo de 2014 la relación con la negociación de un nuevo y ambicioso plan de pagos. En aquellos días, Argentina soñaba con volver a los mercados internacionales, y buscaba una alternativa cerrando el default directo con este grupo de países. Sin embargo, en mayo de 2019 volvió a incumplir, ya con el Mauricio Macri en el poder, al no liquidar la totalidad de un vencimiento a la espera de mejores vientos financieros en 2019. Estos nunca llegaron, y finalmente el Gobierno de Alberto Fernández con Martín Guzmán como ministro de Economía oficializaron la situación el 5 de mayo del año pasado. Ese día Argentina directamente dejó vencer la anteúltima cuota; y, dos meses después (pasados los 60 días hábiles reglamentarios) se oficializó el default. Se deberían haber girado unos u$s2.102 millones, correspondientes al pago final del acuerdo que había negociado Kicillof como ministro de Cristina de Kirchner, cerrando, en ese momento, el penúltimo foco de deuda impago que mantenía el país desde fines de 2001. Sólo restaba terminar con el juicio con los fondos buitre, que recién se cerró en abril de 2016 con Alfonso Prat Gay como ministro.

El organismo ya sabía desde febrero del 2020 que Argentina no cumpliría con el compromiso. El 5 de ese mes Guzmán declaró desde Roma, con el papa Francisco y la titular del FMI como testigos directos, que “la Argentina pagará tasas de interés del 9% de la deuda de 2020 a 2021 con el Club de París, y eso no sólo es insostenible, sino que también marca un anclaje muy importante para el resto de la reestructuración. Definitivamente, no es pari passu lo que estamos tratando de hacer; entendemos las complejidades del Club de París, pero si vamos a hacer las cosas bien, también necesitamos cooperación”. Guzmán se quejaba abiertamente por las condiciones del acuerdo que había negociado Kicillof en mayo de 2014, cuando por una deuda de unos u$s9.700 millones, el Club de París le aplicaba una tasa de interés de 9% para el nuevo plan de pagos, un nivel considerado muy elevado contra el 4% de promedio para créditos de países emergentes en aquellos tiempos. Esa tasa de interés se aplicó en realidad desde mayo de 2019. Decidió en su momento Mauricio Macri, con Nicolás Dujovne como ministro, no pagar aquel vencimiento, y ahorrar unos u$s1.900 millones, dinero clave para sostener el plan cambiario en momentos de corridas.

 

 

* Para www.ambito.com

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