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El precio del dólar depende de este pacto: por qué se empantanó ahora la negociación con el FMI

Guzmán está, por estas horas, doblemente tironeado: por un lado está la negociación con el FMI y, por el otro, la presión del Instituto Patria

ECONOMÍA 14/04/2021 Claudio Zlotnik*
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Martín Guzmán tiene planeada para el resto de la semana su gira por Europa -de hecho hoy martes mantendrá reuniones en Roma-, pero hay un partido trascendente para su gestión que se está jugando en estos momentos en Washington. Se trata de la negociación con el Fondo Monetario, que se estancó en las últimas jornadas por una cuestión que es considerada estratégica por ambos lados, y que por ahora se mantiene el desacuerdo.

El cortocircuito existe sobre el tema de las tarifas. Básicamente porque el staff del FMI pretende que el Gobierno achique el volumen de los subsidios. Algo que la Casa Rosada se resiste. Aunque se trabaja en un plan de aumentos de luz y gas mucho más acotado de lo que quiere el staff del FMI para avanzar en la negociación.

La cuestión tarifaria es, hoy por hoy, la diferencia central entre la posición del Gobierno y los técnicos del Fondo Monetario.

Guzmán está, por estas horas, doblemente tironeado. Por las negociaciones con el Fondo Monetario y también por el Instituto Patria, que le ha hecho saber que los aumentos, en plena pandemia, deberían correr por debajo del ritmo inflacionario.

El ministro creía que había logrado un consenso interno sobre ese punto tras la aprobación del Presupuesto 2021. Allí se establece que los subsidios energéticos debían mantenerse constantes este año en relación al PIB. Lo que implicaría aumentos tarifarios unos puntos por arriba de la inflación de este año.

El oficialismo -inclusive los legisladores del Frente de Todos que responden al Patria- votaron a favor del Presupuesto, con la venia de Cristina Kirchner.

Sin embargo, esa posibilidad fue severamente cuestionada en las últimas jornadas por los funcionarios que responden a la vicepresidenta y que ocupan cargos estratégicos en la administración.

Sobre todo por parte del subsecretario de Energía, Federico Basualdo, que dijo directamente que las tarifas de electricidad podrían mantenerse congeladas este año.

Respecto del gas, el interventor del Enargas, Federico Bernal, un funcionario con diálogo directo con CFK, dijo en las últimas horas que las tarifas de gas se incrementarían entre 6% y 7% para los usuarios residenciales a partir del próximo mes. Mientras que la suba rondaría el 4% para las pymes.

Para el Fondo Monetario, estas subas son cuestionadas ya que resultan escasas para avalar un acuerdo con la Argentina.

Guzmán le hizo saber la cuestión a Alberto Fernández justo antes de subirse al avión que lo llevó a Alemania, donde inició su gira por el viejo continente.

El ministro interpreta que las últimas declaraciones de Alejandro Werner sobre el caso argentino pusieron en el freezer el avance que se había logrado durante su paso por los Estados Unidos, hace dos semanas.

Dijo el jefe del FMI para el Hemisferio Occidental: "Parece que hay diferencias significativas de opinión dentro de la alianza política del presidente Fernández sobre la dirección que deben tomar".

Werner se había hecho eco del contrapunto interno en la coalición de gobierno sobre lo que deberían ser los ejes de un acuerdo con Washington.

Por un lado, el discurso "amistoso" de Guzmán durante su gira por los Estados Unidos, que confrontaba con la postura más dura de la vicepresidenta, con la idea de alargar los plazos -a 20 años- de un eventual acuerdo por la deuda tomada por el gobierno macrista.

Wall Street sigue con suma atención estas tensiones y las idas y vueltas en el discurso público y las decisiones que se van tomando.

De hecho, los bonos de la deuda argentina -que habían repuntado alrededor de 10%- volvieron a perder valor después de que Cristina saliera públicamente a relativizar las negociaciones encaradas por el ministro de Economía.

Guzmán ya dijo públicamente que él estaba a favor de dar aumentos generalizados -a todos los usuarios de luz y gas- este año y que recién en 2022 habría una segmentación en base al nivel patrimonial de los clientes. Un estudio que, argumentan en los despachos oficiales, no podría terminarse durante este año.

Alerta por posible tensión con el dólar

El mensaje del "mercado" a Guzmán durante su paso por Nueva York y Washington fue que una demora imprevista en el acuerdo con el Fondo podría renovar las presiones cambiarias. Sobre todo, una vez que termine la liquidación de la cosecha. Y si, como se cree a esta altura, el Gobierno se verá obligado a lanzar más medidas de ayuda social en plena segunda ola de Covid.

Ocurrió durante el año pasado: la emisión monetaria para sostener tres rondas de IFE y el pago de salarios a través del ATP recalentaron el mercado cambiario: hacia fines de octubre, el dólar "paralelo" tocó un máximo de $195.

En el equipo económico repiten una consigna, como si fuera un mantra: "El gobierno anterior se apuró en cerrar y fue el peor acuerdo de la historia. Estamos negociando un acuerdo cumplible y sostenible, que va a extenderse a otros gobiernos. Vamos avanzando", dice la fuente consultada por iProfesional.

Desde Economía evitan hablar sobre la posibilidad de un acuerdo que exceda los diez años, tal como planteó la vicepresidenta. Sin embargo, dejan trascender que ahí no se descarta un acuerdo "excepcional" que habilite un acuerdo a más de 10 años de plazo.

El ministro dijo que en un escenario de acuerdo con el Fondo, con una lógica estabilidad financiera, sin sobresaltos y un manejo adecuado de la pandemia, la actividad económica tendrá este año un rebote superior al 7%.

Pero acaso tan relevante como eso, el ministro dijo que esperaba una recuperación de las reservas, una variable que al Gobierno le está siendo esquiva en medio de la desconfianza generada por la brecha cambiaria.

Guzmán mencionó que las reservas podrían incrementarse entre u$s6.000 y u$s7.000 millones este año. Contemplaba el ingreso de divisas por la casi segura capitalización del Fondo Monetario (por u$s650.000 millones), de los cuales a la Argentina le corresponderían unos 4.450 millones.

Para ver si estos planteos son cumplibles, habrá un test en el corto plazo. Será a fin de mayo, cuando caiga el vencimiento de unos u$s2.400 millones.

Para eso está Guzmán, ahora mismo, en Europa. Se espera que a su regreso haya alguna definición. Está claro que si vuelve con un visto bueno de los mandatarios europeos para refinanciar la deuda con el Club de París, eso significa que el acuerdo con el FMI avanza. De lo contrario, habrá que seguir esperando a que se desate el nudo con Washington.

 

 

* Para www.iprofesional.com

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