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Los cancilleres del Mercosur se reunirán hoy con dos temas en agenda que generarán fricción

Se trata de la XII Reunión Extraordinaria del Consejo Mercado Común, que se desarrollará a partir de las 11.00 en el Palacio San Martín, aunque de forma virtual

POLÍTICA 26/04/2021 Dante HERRERA
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Los ministros de Relaciones Exteriores del Mercosur se reunirán este lunes en un encuentro que tendrá como ejes de debate el arancel externo común (AEC) y la flexibilización comercial del bloque regional, y en el que la Argentina reafirmará su postura de negociar en unidad acuerdos comerciales con otros mercados.

Se trata de la XII Reunión Extraordinaria del Consejo Mercado Común, que se desarrollará a partir de las 11.00 en el Palacio San Martín, en Buenos Aires, aunque se llevará adelante de forma virtual, debido al fuerte avance de la pandemia del coronavirus.

Si bien el evento estaba convocado inicialmente para el jueves pasado, tuvo que postergarse ya que ese mismo día tuvo lugar la Cumbre contra el Cambio Climático, de la que participó el presidente Alberto Fernández, entre otros 40 líderes mundiales.

El encuentro se dará en un contexto en el que hay posiciones encontradas dentro del bloque sobre los acuerdos comerciales entre los cuatro países que lo integran como miembros plenos. Brasil y Uruguay promueven una apertura hacia otros mercados internacionales, Paraguay tiene puntos de coincidencia con esta posición pero con un poco más de moderación y Argentina, que ejerce la presidencia “pro témpore” hasta mediados de año, sigue con una actitud “proteccionista”.


Este lunes, el canciller argentino, Felipe Solá, en uso de la presidencia pro témpore del bloque por parte de Argentina, será el anfitrión de la cumbre de la que también participarán su par brasileño, Carlos Alberto Franco França; el uruguayo, Francisco Bustillo; y el paraguayo, Euclídes Acevedo. Todos ellos expondrán en forma virtual a través de una videoconferencia sobre sus estrategias dentro de un contexto pandémico.


La del brasileño Franco França será su primera incursión en estas reuniones ya que asumió a principios de abril en su cargo, en reemplazo de Ernesto Araújo. Su designación está emparentada con el cambio de mando que se produjo en Estados Unidos, tras el triunfo electoral del demócrata Joe Biden. Pareció un gesto de acercamiento, por más que en la reciente visita a Sudamérica, los enviados de Biden, Juan González y Julie Chung, solamente hayan elegido a Perú, Colombia y Argentina como escalas de su viaje. Diplomático de carrera, del conservadurismo brasileño, con una trayectoria dentro del Palacio de Itamaraty de 30 años, França tiene una visión es más moderada que Araújo en un tema clave de la agenda de Biden: la deforestación del Amazonas. Esto contribuyó para su arribo al cargo más alto de la diplomacia del vecino país.

Esto igualmente no implica un cambio significativo sobre la política económica en el Mercosur que pretende Brasil. Con el respaldo de Uruguay, Jair Bolsonaro impulsa una flexibilización con el objetivo de que los Estados socios puedan entablar acuerdos comerciales directos con otros países o con otros bloques del mundo. Y también una reducción del Arancel Externo Común (AEC), el impuesto que pagará cada mercancía al ingresar al Mercosur, un punto que ya lleva dos años de revisión.

Las diferencias quedaron expuestas en la Cumbre de Presidentes del Mercosur que se hizo el 26 de marzo cuando se cumplieron los 30 años de la firma del Tratado de Asunción, la piedra basal del bloque regional. Sobre ese punto, el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou afirmó no estar conforme con las condiciones actuales y dijo que le genera “frustración” la imposibilidad de avanzar en acuerdos extrarregionales. Sus palabras más fuertes fueron cuando expresó que esos límites son un “lastre” y un “corsé” para el desarrollo.

Esas definiciones de Lacalle Pou provocaron una notoria incomodidad en el jefe de Estado argentino Alberto Fernández, quien le contestó que el Mercosur no debe transformarse en una “carga ni un lastre para nadie” e invitó a quienes puedan sentirse disconformes a “tomar otro barco”. El episodio pareció superado con el correr de los días aunque desnudara las tensiones que conviven en el bloque. Fernández también aseguró durante ese encuentro que “no creemos que la reducción lineal del AEC sea el mejor instrumento; Argentina propone preservar el equilibrio entre sectores agrícolas e industriales, con justicia social, en un contexto de incertidumbre global absoluta”.


Apenas unos días más tarde, a principios de abril, Argentina hizo su propuesta para cambiar el AEC del Mercosur ante el Grupo Mercado Común (GMC) del bloque regional, y le pidió a Uruguay que si quiere flexibilizar presente una “propuesta concreta”. Se espera que el canciller Bustillo responda en la cumbre. Con la meta de favorecer al sector industrial, la Cancillería argentina impulsa una reducción del 2% al 0% del arancel para los insumos industriales, pero quiere que los bienes finales sigan bajo la protección actual.

En esta oportunidad, por el perfil económico que tendrá el cónclave, también fueron invitados a participar los representantes de las carteras económicas de los cuatro Estados partes del Mercosur. Por esta razón, junto a Solá estarán también los ministros de Economía, Martín Guzmán; de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra.

Acerca de la flexibilización hacia otros mercados ajenos al bloque como plantean brasileños y uruguayos, Argentina quiere que se avance con los acuerdos que están en marcha: con la Unión Europea (UE), con el bloque EFTA (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza) y con Canadá.

“Con respecto al Arancel Externo Común, creo que vamos a negociar mejor si partimos de un AEC alto y después decidir entre nosotros en conjunto qué aranceles bajar y cuánto bajarlos de una manera realista. Nosotros creemos que es el momento de unirnos más que nunca, de ir mirando con prudencia dónde podemos ayudar, no es el momento de cortarse solos. Esa es la idea que vamos a llevar el 26 a la reunión de cancilleres del bloque”, expresó el canciller argentino Felipe Solá el lunes pasado, durante un encuentro organizado por la Fundación Embajada Abierta, que preside el embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Argüello, y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).


El arancel máximo que se aplica desde el bloque regional es del 35%, pero el promedio aplicado es del 12%, frente a una media global de 5,5%. Brasil pretende una reducción arancelaria sustancial y amplia. Argentina es más proclive a rebajas más moderadas y selectivas, que no afecten a la producción de manufacturas nacionales. Solá fue claro sobre este tema en ese encuentro organizado por Argüello: “Pareciera que el mundo va hacia una regionalización, va a un cierre económico que no sabemos cuánto puede durar, con más prudencia con la cuestión arancelaria y más protección por la cuestión de la pandemia, y al mismo tiempo la posibilidad de acuerdos regionales más fuertes”.

El contexto particular que genera en el mundo la pandemia de COVID-19 es una cuestión que el gobierno argentino remarca con insistencia a la hora de sentarse a negociar. “América del Sur tiene estabilidad política, es una zona de paz, pero a la vez es la región más injusta del mundo. El Mercosur no se expande como debería expandirse, pero no solamente por falta de acuerdos comerciales sino por falta de convicción y problemas de crecimiento que en los últimos años que impactan sobre los gobiernos. Las posiciones internacionales empiezan a ser tomadas como posiciones locales, empiezan a dividirnos de afuera hacia adentro. Se toman los temas de otros países como elementos de división interna. Y eso condiciona e ideologiza las posiciones externas”, manifestó también el canciller argentino.

“Nosotros apostamos al desarrollo industrial”, manifestó esta semana el jefe de Gabinete de la Cancillería, Guillermo Justo Chaves, en declaraciones a la TV Pública de Tucumán, según consignó la agencia Télam y el funcionario agregó que “los argumentos de la Argentina son muy claros y transparentes. Brasil, Uruguay y Paraguay tienen sus intereses nacionales con sus propias realidades que muchas veces no son coincidentes con las nuestras”.

“La importancia de un bloque regional está dada justamente en la unidad y la fortaleza en que todos sus integrantes negocien en bloque; si los integrantes negocian en forma individual esa fuerza y esa razón de ser se pierden”, añadió Chaves.

Fuente: Infobae

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