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Dura interna en el Gobierno por puestos clave: los elegidos por Alberto que Cristina "pisó" en el Senado

POLÍTICA 12/07/2021 Pablo Sieira*
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Desde su llegada a la Casa Rosada, el presidente Alberto Fernández envió diversas propuestas al Senado para cubrir lugares centrales de la estructura del poder, como la Procuración General y el directorio del Banco Central, y para enviar a distintas embajadas a los funcionarios de su entorno que fueron desplazados de sus puestos.

Sin embargo, ninguno de esos pliegos fue sometido a votación en la Cámara alta, donde la vicepresidenta Cristina Kirchner maneja los tiempos y las formas y el bloque del Frente de Todos goza de una amplia mayoría, a diferencia de lo que ocurre en Diputados.

El caso más conocido es el del juez federal Daniel Rafecas, propuesto por el Presidente como nuevo procurador General de la Nación, es decir, jefe de los fiscales. Su pliego fue enviado al Senado el 10 de marzo de 2020 pero desde entonces está "pisado".

Peor es la situación del presidente del Banco Central, Miguel Pesce, cuyo pliego fue uno de los primeros en ingresar al Senado, en diciembre de 2019, y tampoco se trató. Todos los miembros del directorio de la máxima autoridad monetaria están "en comisión", es decir, sin el acuerdo de la Cámara alta y, por lo tanto, pueden ser removidos por decreto.

La inocultable demora del Senado con mayoría oficialista para poner a votación deja en evidencia la interna que el Gobierno, lógicamente, trata de disimular. Hay una constante puja entre el sector más leal a la vicepresidenta y el jefe de Estado en torno a los puestos clave o a los nombres que cuentan con el aval de Fernández.

Pliegos freezados

El caso de Rafecas es el más obvio de todos porque diputados y senadores el kirchnerismo ya reconocieron que no abrirán el procedimiento para tratar su pliego sin aprobar primero la reforma de la Ley Orgánica del Ministerio Público Fiscal, la que cual propone entre otras cosas, que el procurador ya no sea designado con los dos tercios del Senado, sino con una mayoría absoluta de 37 votos.

La paradoja es que el propio Rafecas afirmó en dos oportunidades que si se modifica esa mayoría declinará su candidatura al puesto. Y una segunda paradoja es que el Frente de Todos ahora sí tiene los votos para aprobarlo, porque Juntos por el Cambio propuso públicamente acompañar el nombramiento de Rafecas si el kirchnerismo retira el proyecto de reforma de la Procuración.

Pese a ello, el pliego de Rafecas duerme en el mismo cajón que el de Pesce y los demás directores del Banco Central. La diferencia entre ambos es que el primero no puede ejercer sin acuerdo del Senado y el segundo sí, aunque en una posición inestable. A "tiro de decreto".

Un senador del PRO contó a iProfesional que el caso de Pesce tiene más que ver con elementos del sistema, comunes a este Gobierno, al anterior, y tal vez al que venga. Y señaló: "En un país normal hay que tener un Banco Central con un directorio con acuerdo del Senado, pero acá, con una política monetaria y económica tan cambiante, nadie quiere tener atornillado a un director".

Más allá de eso, la puja entre el kirchnerismo del Senado y el Gobierno se observa en el congelamiento de otros pliegos enviados por Fernández, como el de su ex ministra de Seguridad, Marcela Losardo, a quien le prometió la embajada ante la UNESCO, con sede en París, que ocupaba el fallecido Fernando "Pino" Solanas.

Losardo fue una de las ministras resistidas por la ex presidenta y su núcleo más duro, que le reprochaba una supuesta inacción en temas judicial y, especialmente, ante las reformas propuestas sobre esa área. Fernández la respaldó hasta que Cristina Kirchner habló públicamente de "funcionarios que no funcionan".

Tras ese episodio, Losardo presentó la renuncia al Gabinete y en su lugar asumió Martín Soria, que gozaba de mayor simpatía por parte del ala kirchnerista del Gobierno. Fernández quiso darle a su ex ministra y ex socia en el ámbito privado la salida elegante de una embajada. El Senado le dio ingreso formal a su pliego en abril pasado -un mes después de que el Presidente lo enviara- pero nunca se votó.

Otro caso idéntico es el del ex presidente de YPF, Guillermo Nielsen. Resistido por La Cámpora dentro de la petrolera nacional, se alejó del puesto en enero pasado con la promesa de ser designado embajador ante Arabia Saudita, pero su pliego tampoco fue tratado por la Cámara alta. Su lugar en YPF, en tanto, lo ocupo Pablo González, ex vicegobernador de Santa Cruz e integrante del ala kirchnerista.

Todos los pliegos, sea el del procurador o el de un embajador, pasan por la Comisión de Acuerdos del Senado, que preside actualmente la mendocina Anabel Fernández Sagasti, una de las espadas más afiladas de Cristina Kirchner en el Congreso, que este año buscará su reelección.

Si bien mantiene también una relación fluida con Fernández, la senadora, cuadro de La Cámpora y nueva presidenta del PJ de Formosa, nunca llamó a la audiencia pública para empezar a tratar la designación de Rafecas ni sometió al debate de la comisión los pliegos enviados por el Presidente.

Esa comisión también tiene pendiente el pliego de Cristina Caamaño como directora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Caamaño es actualmente la interventora del organismo por orden del Presidente, quien igualmente envío al Senado el 22 de junio de 2020 su pliego para designarla oficialmente.

A pesar de ser una dirigente de buena relación con Cristina Kirchner, el nombramiento de Caamaño está trabado desde entonces, lo que obligó a Fernández a prorrogar en dos oportunidades la intervención de la AFI.

La semana pasada, la Comisión de Acuerdos convocó a una reunión para avanzar finalmente en el tratamiento de la designación de Caamaño como nueva "Señora 5", pero la convocatoria se suspendió sin mayores explicaciones.

El motivo de esa suspensión pareció quedar claro días después, cuando la jueza federal María Servini citó a Caamaño para tomarle declaración indagatoria por la filtración de varias identidades de agentes inteligencia en un expediente donde se aportó documentación.

La jueza investiga la presunta responsabilidad de la interventora y postulante a directora de la AFI en la filtración del libro de actas del organismo, documentación que había sido aportada en los tribunales de Lomas de Zamora donde tramitaba la causa por espionaje ilegal contra el macrismo.

Así, Caamaño pasó a integrar la lista de los dirigentes elegidos por Fernández que no cuentan con el visto bueno de la presidenta del Senado y sus legisladores más cercanos que son, dentro del bloque del Frente de Todos, mayoría.

La interna por los lugares más importantes de la estructura del Estado podría trasladarse, con las elecciones legislativas, al corazón mismo del Gabinete, donde ya se especula con supuestas candidaturas de ministros que, eventualmente, deberían ser reemplazados.

 

 

* Para www.iprofesional.com

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