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La pulseada por el dólar recién comenzó: ¿el Gobierno podrá garantizar la paz cambiaria hasta los comicios?

ECONOMÍA 14/07/2021 Claudio Zlotnik*
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Desde Venecia, en su última jornada de visita por la cumbre del G20 antes de la vuelta hacia Buenos Aires, y en medio de sucesivas reuniones, inclusive con funcionarios del Fondo Monetario, Martín Guzmán se hizo espacio para monitorear de cerca la reacción del mercado cambiario tras el debut de las últimas medidas de control del "contado con liqui".

Tras el cierre, desde el Banco Central destacaron que durante la jornada se habían comprado "casi" u$s200 millones para las reservas a través del canal oficial, y que "no hubo dificultades para los importadores con la nueva DDJJ y las operaciones se cursaron con normalidad''.

Había satisfacción oficial por el balance del "Día 1" de las nuevas regulaciones, más allá de la suba del "blue". De todas maneras, en el equipo económico están convencidos de que la pulseada con el mercado cambiario recién arranca. Y que habrá varios rounds de acá hasta las elecciones de noviembre.

El diagnóstico, en todo caso, es que las tensiones cambiarias se adelantaron en el almanaque. Y por esa razón hubo que aplicar medidas para cuidar las reservas. "Los dólares son escasos", plantea Marina Dal Poggetto, directora de la consultora Eco Go.

El Banco Central necesitaba dar la señal de que, al revés del año pasado, cuando las reservas eran huidizas, ahora se cuidarán al máximo. Y se van a preservar con el objetivo de no abortar una recuperación de la actividad económica, a la que de por sí le cuesta levantar.

En por lo menos un punto, la conclusión en el gabinete económico coincide con la de las consultoras: este semestre habrá menos dólares que en la primera parte del año por una típica cuestión estacional. Por eso mismo, el BCRA adquirió todos los dólares que pudo. De hecho, en lo que va de este 2021, ya compró algo más de u$s7.000 millones. Sólo la mitad se quedaron en las reservas.

El panorama comenzaba a complicarse: entre mayo y junio se duplicaron las ventas de reservas en el mercado del "contado con liqui", donde el BCRA interviene a través de la compra venta de bonos de la deuda.

En mayo había usado unos u$s85 millones pero esa cuenta saltó a u$s170 millones el mes pasado. Las primeras ruedas de este mes daban indicios de otra fuerte escalada. Ahí es cuando se tomó la decisión de reforzar el "cepo".

Otro dato clave para tener en cuenta: en las últimas elecciones, las ventas del BCRA durante el último semestre fueron en torno de u$s8.000 millones. En la actualidad, las reservas netas se encuentran entre u$s7.000 y u$s7.500 millones, de acuerdo a estimaciones privadas. Se entiende la preocupación por reforzar el "cepo" todo lo que se pueda.

La otra cuestión es que en este segundo semestre habrá una emisión de pesos superior a la de la primera etapa. Algo típico de los años electorales, la asistencia del BCRA al Tesoro se concentra en los meses previos al momento en que los argentinos van a las urnas.

¿Le alcanzará al Gobierno con el súper cepo, ahora reforzado, para garantizar la "paz cambiaria"?

Nadie, por ahora, observa un peligro inminente en el mercado cambiario "oficial". En el mercado de futuros, el BCRA redujo a cero su posición vendedora.

Sin embargo, los desafíos son enormes: por delante hay fuertes vencimientos de deuda en dólares, pero también en pesos.

"Aún después de la reprogramación del Club de París vencen US$6.300 millones hasta diciembre, de los cuales, u$s3.800 millones corresponden a los pagos de capital de septiembre y diciembre al FMI y sólo u$s149 millones a la deuda privada reprogramada", dice el último informe de la consultora Eco Go.

La situación de la deuda en pesos, también de acuerdo a Dal Poggetto, es la siguiente: "Vencen hasta agosto casi $1 billón de los cuales según nuestras estimaciones $736.000 millones están en manos del mercado y sólo $80.000 millones en manos de no residentes".

"Los riesgos están en el roll over de pesos considerado, la velocidad de circulación del dinero (en medio de la carrera electoral con un BCRA que deja de acumular reservas y empieza a perderlas) y una incertidumbre creciente sobre el día después", concluye la economista en su reporte mensual.

Hay dinámicas que no pueden preverse. Una es la de los depósitos. Los plazos fijos vienen cayendo levemente en términos reales, mes a mes. Una de las tantas preguntas es cómo se comportarán los ahorristas durante la campaña.

De ahí que el Gobierno no haya esperado demasiado a tomar más medidas en el plano cambiario. Quiere evitar males mayores en la ya de por sí agitada campaña electoral.

Una de las medidas que por ahora se evitó fue la suba de la tasa de interés, que explica la debilidad de los plazos fijos. Los depósitos rinden 37% anual, bien por debajo de la inflación interanual, que ya está en el 50%.

Así se explica que haya aumentado exponencialmente la deuda de pesos indexada en manos del mercado: en octubre 2019 alcanzaba a 16% del total, hoy representa casi el 54% de la deuda (75% cuando se adiciona la deuda dólar linked y la deuda a tasa variable), según Eco Go.

La agenda con el FMI, la otra clave

El regreso de Guzmán desde Italia comenzará también a definir la agenda de corto plazo con el Fondo Monetario.

El Gobierno, bajo este contexto de tensiones, debe decidir si habrá acuerdo antes o después de las elecciones.

O si existe la última alternativa explorada por Guzmán: que aquellos países socios del FMI que en las próximas semanas reciban desembolsos del organismo, por la ampliación de capital del organismo, le presten parte de esos fondos a la Argentina.

La Argentina recibirá alrededor de u$s4.400 millones a fines de agosto. Le alcanzarían justo para pagar los vencimientos con el FMI de este año, pero el Banco Central quedaría con escasas reservas.

Guzmán pretende que esos dólares sirvan para fortalecer las reservas, y no para utilizarlos en esos pagos.

Para poder refinanciar los vencimientos, antes debería firmar un acuerdo con el Fondo y aprobar ese convenio en el Congreso. A esta altura ya no sólo hay dudas sobre la vocación política de apurar un acuerdo sino -además- para algunos observadores parece quedar pocas semanas para cumplir con los tiempos burocráticos.

En este contexto, se entiende la búsqueda alternativa del ministro: lograr préstamos bilaterales de los países ricos, o simplemente de aquellos que no necesiten los DEGs que envíe el Fondo Monetario para robustecer las reservas.

Guzmán planteó la cuestión el último viernes en los sucesivos encuentros que mantuvo con los ministros de Finanzas de Japón, Alemania, Rusia y México. Antes había hecho lo propio frente al ministro de Corea del Sur.

Funcionarios del Palacio de Hacienda son cautos a la hora de hablar del resultado de esta gestión ya que -en definitiva- depende de decisiones políticas de máximo nivel de cada gobierno.

De eso se trata: dar certezas lo antes posible para que la zozobra en el mercado cambiario le dé lugar a la posibilidad de un esquema más previsible.

 

 

* Para www.iprofesional.com

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