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Guzmán le puso techo al precio del dólar blue: el ministro no quiere que rompa esta barrera

ECONOMÍA 04/08/2021 Claudio Zlotnik*
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El fin de semana, Martín Guzmán fue concreto respecto del dólar blue: "Hoy tenemos los instrumentos para poder mantener estable la brecha cambiaria entre el oficial y el paralelo", dijo durante una entrevista televisiva. El ministro no lo expresó públicamente pero tiene en la cabeza cuál es el límite para dejar mover esa cotización.

"No más de $190. A lo sumo $195; no más", asevera un funcionario clave del equipo económico a iProfesional desde su despacho. Ese es el techo que Guzmán no quiere que se supere de acá hasta que pasen las elecciones.

Se trata de una especie de "barrera psicológica", según define el funcionario del equipo, en diálogo "off the record" con iProfesional. "No queremos que pase la línea de lo que fue el descontrol del año pasado", agrega el mismo funcionario.

La historia reciente es recordada: el dólar paralelo registró un precio récord a fines de octubre del año pasado. Ahí la cotización trepó a $195.

Recién después de que el Gobierno desarmara algunos de los controles sobre el mercado cambiario, el dólar blue bajó a unos $140/$145 hacia fines de febrero. Desde entonces, la cotización fue recuperando terreno hasta los $181 actuales, a los que llegó ya en medio de un repunte en el nivel de dolarización de empresas e individuos, de cara a la campaña electoral.

A valores de hoy, aplicada la inflación que corrió desde noviembre del año pasado, aquella cotización de $195 de octubre equivaldría a unos $270 (alrededor del 38,5% de inflación).

El consenso del mercado es que así como los $195 de octubre de 2020 era un valor de "overshooting" también lo sería ahora una cotización de $270.

Para Guzmán y el resto del equipo económico, los $195 del año pasado quedaron instalados como una barrera "psicológica" . "Una cotización de descontrol, que no queremos que llegue durante la campaña. Es el precio del miedo", define el mismo funcionario en su diálogo con iProfesional.

A diferencia del anterior gobierno kirchnerista, donde el precio del "blue" era menospreciado por las autoridades económicas, y también por Cristina Kirchner, ahora la visión es bien diferente.

Los máximos responsables del área económica admiten que el "blue" genera expectativas. Y no sólo eso. El salto de los dólares "alternativos" provocó faltantes de productos en distintos rubros y, además, presionó sobre los precios de los bienes aun cuando esos mismos artículos -o los insumos para fabricarlos localmente- pudieron ingresar al país mediante el canal "oficial".

El agrandamiento de la "brecha" -asumen en Economía- también juega como un verdadero incentivo a sacarle dólares "baratos" al Banco Central. Y las reservas caen aun cuando haya un "súper cepo".

Por otra parte, y como publicó iProfesional ayer lunes, las empresas exportadoras ponen en marcha distintos mecanismos para dejar las divisas que cobran en el exterior. O bien demoran su ingreso todo lo que pueden.

El Banco Central vino haciendo esfuerzos en dos direcciones:

1. Por un lado, intervino con ventas de dólares de las reservas en el mercado del contado con liqui a lo largo de todo el mes de julio. El cálculo del economista Amilcar Collante es que el Banco Central utilizó alrededor de u$s350 millones para evitar que el CCL supere los $170.

Se trata del mayor volumen de venta en ese mercado desde enero de este año.

De hecho, los operadores se dan cuenta que todas las jornadas, hasta el mediodía, el valor del CCL trepa a alrededor de $171. Y que a partir de ese momento, las "manos oficiales" lo bajan entre $2 y $4. 

2. Por otro lado, el Banco Central empezó a vender divisas de sus reservas en el canal oficial. Entre martes y viernes de la semana pasada vendió alrededor de u$s315 millones.

De todos modos, julio cerró con compras oficiales por unos u$s730 millones.

La alarma, en todo caso, refiere a que se adelantó el proceso de dolarización, tan típico de años electorales.

Las reservas netas del BCRA superan los u$s7.000 millones y ahora se esperan los u$s4.350 millones del FMI que llegarán por la ampliación del capital del organismo. Con estas divisas, el Gobierno podrá hacer frente a los próximos vencimientos de deuda, con el propio Fondo y con el Club de París.

Y también servirán para atender la dolarización preelectoral.

El Gobierno, convencido de un acuerdo con el FMI

La Argentina tuvo que pagar unos u$s346 millones por un vencimiento de intereses con el Fondo, a los que se añadirán otros u$s230 millones hacia el Club de París. El vencimiento más grande ocurrirá el 23 de septiembre, cuando haya que desembolsar nada menos que u$s1.900 millones por el primer vencimiento con el FMI.

En el equipo económico están convencidos de que ése será el último pago "cash" al FMI. Y que habrá acuerdo con el organismo antes del siguiente vencimiento, que cae justo antes de fin de año.

En el gabinete económico, los propios ministros descuentan que habrá una decisión política de acordar apenas pasen las elecciones generales de noviembre. Que Cristina Kirchner ya dejó en claro que no habrá default, y que se firmará. 

Guzmán viene trabajando arduamente para eso. Pero hasta ahora no contó con el plafond para firmar el acuerdo, a pesar de que prácticamente no hay diferencias críticas entre su postura y el organismo.

"Cristina dialoga con la historia; no con el futuro", comenta un ministro del área económica. Lo hace de manera crítica: en el gabinete hubiesen preferido avanzar en un acuerdo con el Fondo Monetario, con el objetivo de dar una potente señal al mercado y estabilizar el escenario cambiario y financiero.

Desde la mesa chica del Ministerio piden "prestar especial atención" a la próxima cumbre de presidentes del G20, en Roma, el 30 y 31 de octubre.

"El arreglo con los acreedores privados llegó después de que Alberto Fernández recibiera el respaldo político en una cumbre del G20. Esta vez podría suceder algo así", dice un funcionario del equipo económico a iProfesional, sin dar más precisiones.

Enfrente, en la Casa Rosada, otro funcionario admite la preocupación por las tensiones en el mercado cambiario.

A esta altura, a 40 días de las PASO y a 109 de las elecciones generales, el Gobierno parece sólo aspirar a que no estalle el mercado cambiario.

Una disparada del dólar blue -al estilo de octubre 2020- podría dejarlo sin chances de triunfo. Un cimbronazo de ese tipo no sólo genera incertidumbre y riesgos de una corrida bancaria. Ya quedó claro que también rompe la dinámica de precios: hay faltante de mercadería y desabastecimiento de productos, inclusive de la canasta básica, como aceites y harina.

Por eso ahora todo el énfasis está puesto ahí: en el mercado cambiario.

Aunque en el propio equipo advierten una cosa: que el verdadero problema de la economía argentina no es el cortísimo plazo -como está planteado hoy en día- sino en lo que viene.

 

 

* Para www.iprofesional.com

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