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Más argentinos que se sienten de clase media están a un paso de caer de la "pirámide" por la baja de ingresos

ECONOMÍA 16/08/2021 Cecilia González*
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¿Por qué una persona se sigue definiendo como clase media cuando para llegar a fin de mes tiene que recortar cada vez más gastos, capa por capa con un minimalismo pragmático, para seguir manteniendo lo básico?

La clase media no es única, es diversa; y más allá de los ingresos, todavía sobrevive esa identidad – ese "pertenecer a..." – que ha sabido resistir a las crisis económicas.

"Si tomamos los indicadores entre 2012 y 2020, el PBI cayó 13%; la inflación fue 1438%; la pobreza pasó del 26% al 42%; y el mercado de alimentos cayó 10%, medido en unidades, repasa Guillermo Oliveto, director de la Consultora W.

"Entonces, cuando uno toma los indicadores estructurales comprueba la degradación que viene transitando el país, y esto por supuesto impacta en la economía de la calle", completa. 

A pesar de la pandemia, sin embargo, alrededor del 45% de la población todavía se ubica en la mitad de la pirámide social. Por eso Oliveto rechaza la idea de que "la clase media se murió, desapareció, se destruyó y demás…". En todo caso, la define como "la reserva moral y ética del país, básicamente porque su valor central es creer que la plata se gana trabajando, y desde ese lugar es de donde se puede construir la recuperación", plantea.

Pero aunque el 75% de los argentinos se sigue identificando con ese ideario que definió al país décadas atrás, sólo el 17% sigue perteneciendo a él (en términos de ingresos) y la brecha entre las dos puntas de la clase media se agranda cada vez más.

"Claramente los consumos se diferencian cada vez más, porque la realidad económica es muy diferente entre esos dos segmentos. Hay deseos, en el fondo, que creo que son mucho más homogéneos que las posibilidades concretas de realizarlos. El punto es que la clase media baja o media frágil también está comenzando de alguna manera a reconfigurar sus deseos. Viajar es un gran objeto de deseo de la clase media: tal vez en alguno de los ciclos históricos de dólar barato viajó al exterior, pero hoy la clase media baja casi que lo sacó del mapa. O, en 2017 que había vuelto el crédito hipotecario, la clase media baja lo había puesto en su mapa como una posibilidad de tener un bien tan relevante para este país como es la vivienda propia. Eso hoy no existe más para la clase media baja o media frágil", distingue Oliveto.

"Lo que tenés es una clase media alta que expresa el arquetipo histórico de la clase media: poder irse de vacaciones, tener vivienda propia, vivir dentro del mundo de lo privado: la prepaga, el colegio, tener un auto, mandar a los chicos a la universidad... Ahora, eso hoy lo expresa fuerte el 17% del total de la población", explica.

"El otro 28% es la clase media baja o frágil, que es hija del final de los '90, de la crisis de 2001-2002, de los períodos históricos de crisis, con devaluaciones y momentos de alta inflación. Es decir, que se viene resquebrajando hace años y que el golpe de la pandemia más la cuarentena lo sintió mucho, porque es la que necesita salir a la calle para poder generar su sustento. En muchos casos ahí hay autónomos, cuentapropistas, gente que trabaja en el comercio, independientes, también hay informalidad... Hay mucha menos red de protección y de contención", agrega.

"Esa gente cuando no pudo trabajar durante tantos meses, lo primero que hizo fue consumirse los ahorros. Pero el golpe lo terminan sintiendo más fuerte este año, con la segunda ola. Porque en la primera estuvo el IFE, el ATP… Durante la primera parte dura de la cuarentena un 40% de los gastos que no se hicieron porque estaba todo cerrado. Pero cuando la gente sale de la cuarentena, se encuentra con un alto nivel de inflación y empieza a percibir el deterioro del poder de compra natural de una caída del PBI que es la segunda peor de la historia", contextualiza Oliveto.

"Esto es de otro orden, no se parece a nada –afirma Oliveto–. Podés juntar pedacitos del 2002, la híper, lo que quieras, pero esta configuración no se dio nunca". Se refiere a la combinación de la crisis económica-social -sanitaria, el "ruido político", y el componente emocional derivado de todo eso.

"Nosotros sostenemos que en la Argentina no ha habido una explosión porque el Gobierno tiene capacidad de poner dinero y alimentos muy rápido en los sectores más frágiles. Y eso funcionó muy bien: estuvo el IFE, el ATP, etc... Pero sí están habiendo implosiones intramuros, silenciosas, pero están: divorcios, conflictos, peleas, chicos que pierden maduración, conocimiento, todo lo que implicó no ir a la escuela", agrega.

Corazón de clase media, bolsillo de clase baja

Si bien dice que el país todavía posee una clase media fuerte en términos cuantitativos e identitarios, el dilema es que "la Argentina sigue teniendo un corazón de clase media, pero en muchos casos ya está teniendo bolsillo de clase baja".

"En realidad lo que hay es 'me tengo que esforzar para no caer', que es muy diferente a 'me tengo que esforzar para subir' y eso es lo que tiene tan triste a una buena parte de la clase media y a sus hijos", reflexiona.

"La realidad es que entre una clase media y la otra se está armando un muro y cada día le ponés un ladrillo nuevo", reflexiona. Pero a pesar de todo, Oliveto dice que la brecha no es insoluble y que los valores de la movilidad social ascendente y el no depender del Estado, siguen uniendo a ese 17% y 28%. En ese sentido, un factor esencial para acortarla será la creación de empleo.

Si bien aquel arquetipo forjado décadas atrás sigue interpelando a la mayoría de los argentinos, ¿es posible que en el mediano plazo se reconfigure lo que hoy entendemos por clase media? "Espero que no. Me parece que ahí hay una respuesta interesante que es el escalón que viene inmediatamente después de la clase media, que todo el mundo cree que es la pobreza pero no es así. Hay una clase baja no pobre (18,4% estima la Consultora W, en base a datos de Saimo, AAM, CEIM y el Indec) que cuando le preguntás cómo se autoperciben, también se suben a la idea de la clase media. Entonces yo creo que son valores que se han mostrado muy sólidos a lo largo de las décadas, a pesar de todas las crisis que atravesó la Argentina. Creo que si se rompiera eso, probablemente la Argentina estaría, en un punto, empeorando parte de su ADN".

 

 

* Para www.iprofesional.com

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