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Estuvo a punto de dejar el fútbol y apeló a la meditación y al yoga para llegar hoy al arco de la Selección

DEPORTES 09/09/2021 Fernando TAVEIRA
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Juan Musso será el arquero de la Selección en el encuentro correspondiente a la décima fecha de las Eliminatorias rumbo al Mundial de Qatar frente a Bolivia. Con el único antecedente del amistoso frente a Marruecos en Tánger (el 26 de marzo de 2019 ingresó a los 22 minutos del segundo tiempo en lugar de Esteban Andrada en un duelo que concluyó con victoria 1 a 0 por el gol de Ángel Correa), el hombre del Atalanta será el encargado de defender la valla nacional en el Monumental.

“El arquero será Juan Musso, viene jugando bien y es muy querido en el grupo. Se le abre la oportunidad y esperamos que la trate de aprovechar”, deslizó Lionel Scaloni en la conferencia de prensa previa al compromiso con el elenco del altiplano; y remarcó: “Tiene un poder físico increíble. Ahora ataja en un club importante como Atalanta, pero antes venía de buenas labores en Udinese”.


El presente del joven de 27 años es notable. En tiempos de pandemia, en donde los clubes deben afrontar profundas crisis financieras, la entidad de Bérgamo invirtió en él, en una operación cercana a los 20 millones de euros para incorporarlo. “Es increíble y me llena de orgullo. Sabía que había otros clubes interesados, pero no lograban ponerse de acuerdo en los montos. Y que venga el Atalanta y concrete la transferencia por esa cifra me genera una felicidad enorme”, analizó el ex Racing en diálogo con Infobae.

Sin embargo, antes de figurar en la marquesina extraordinaria que expone a los mejores jugadores del momento, el nicoleño atravesó una etapa de introspección en la que estuvo a punto de abandonar el fútbol.

Fue en los tiempos de juveniles, cuando se formaba en la cantera de la Academia. En plena adolescencia, el nicoleño había decidido dejar atrás la pensión para regresar a sus pagos y llevar una rutina ajena a los entrenamientos. “En ese momento era muy chico y ni siquiera me ponía a analizar lo que quería para mi vida. Tenía 15 años y estaba en una situación complicada, porque extrañaba mucho a mi familia y a mis amigos. Cuando me fueron a buscar de Racing yo ni sabía si quería ser futbolista. Estaba lejos de jugar en Primera, aunque ya tenía algunas convocatorias en las selecciones juveniles. Eso me daba una sensación de profesionalismo que me gustaba, pero se estaba dando todo muy rápido. Sentía que estaba quemando etapas. Necesitaba divertirme y estar cerca de mis seres queridos. Después me di cuenta de que el fútbol era mi verdadera pasión”, explicó tiempo después.

Las palabras de su padre Guillermo, de quien heredó su amor por los guantes, y la insistencia de Adrián Fernández, dirigente de la entidad de Avellaneda, fueron determinantes para que Musso se reincorporara al predio Tita Mattiussi y aguardara por un lugar en Primera. “Como todos los chicos, tuvo momentos de incertidumbre hasta consolidarse. Juan había decidido volver a San Nicolás porque no estaba cómodo en la pensión. Jugó un tiempo en la Liga Nicoleña y después lo vinieron a buscar de Racing para que regresara. Tuvo que esperar mucho las oportunidades y trabajar ese aspecto”, detalló su papá en una entrevista brindada al programa radial Como te va de Radio Colonia.


La paciencia es un don que trabajó desde chico. Además de sus notables producciones bajo los tres palos, Musso demostró a lo largo de los años una extraordinaria fortaleza mental. Una muestra de ello fue cuando le tocó debutar en el Cilindro. La etapa de Agustín Orion ya estaba desgastada en la valla académica y la presión popular exigía la titularidad del pibe de inferiores. Aquel 27 de mayo de 2017 marcó el punto de partida para la trayectoria del arquero. Bajo la conducción de Diego Cocca, Racing se impuso por 2 a 1 y la prometedora figura fue clave con tres intervenciones para mantener el triunfo para los de Avellaneda. Y con un puñado de minutos en Primera, desde las populares comenzaron a corear su nombre.

“Durante toda esa experiencia en Racing entendí de muy chico que a veces hay que esperar para que se den los resultados. Es como una ley de vida, porque más allá de lo que uno se esfuerce, lo que uno piense que se merece y lo que cada uno labure para alcanzarlo; hay veces que las circunstancias se dan de una manera distinta a las que pensaba. De muy joven me di cuenta de que no hay excusas para renunciar a nada. Siempre traté de buscar ejemplos de referentes que han logrado superar adversidades. Muchas veces pasa que uno se esfuerza, está dando todo y piensa que su momento es ese y la vida le pone alguna traba para bajar los brazos. Yo siempre me mantuve convencido de dar el 100% de todo lo que dependa de mí, porque con los factores externos no se puede hacer nada”, reflexionó.

El primer referente que tuvo en su largo proceso fue su papá. “Juan no tuvo la oportunidad de verme jugar, pero encuentro similitudes en la personalidad y la forma de encarar las cosas. El puesto de arquero cambió mucho en el tiempo”, aseguró Guillermo. En cambio, para su hijo la admiración va más allá de cualquier aspecto que hubiera podido observar en su infancia: “Él andaba muy bien en el arco. Es una de las personas que más me conoce. Nunca se perdió ni un partido, sea en la cancha o por televisión. Por cómo entiende del puesto y cómo me conoce en profundidad, se da cuenta cuando estoy bien, cuando estoy concentrado o cuando no estoy tan metido. Sabe cuándo podría haber hecho algo más en algún gol o cuándo no podía hacer nada. Entiende mucho de fútbol y hablamos un montón del juego. Nunca me corrigió nada, pero me interesa su opinión porque sé que me conoce como nadie”.

Otro de los personajes que marcaron el camino de Musso fue Sebastián Saja. Con el Chino compartió el plantel cuando el nicoleño estaba dando sus primeros pasos en Primera y la voz de su capitán le sirvió para su futuro. “Fue muy importante. Cuando uno es muy joven y está entrando al mundo del profesionalismo, es clave tener a un referente como él en el grupo. Además, en el mismo puesto. Fue un líder muy positivo. Siempre se mostró muy profesional con una regularidad increíble. Le daba importancia a las cosas que realmente valían la pena. No siempre te encontrás con personas así y la realidad es que me ayudó mucho. Tuvo gestos impresionantes para conmigo y le voy a estar agradecido siempre, porque fue muy genuino. Tuve mucha suerte de arrancar a su lado”, describió en diálogo con Infobae.


Desde 2015, cuando todavía no había conocido el sabor de las mieles que entrega la Primera División, el joven arquero apeló a los recursos del yoga para abstraerse de las presiones. “Me encanta su filosofía y la manera con que se encara la vida y los desafíos. Es la búsqueda de la felicidad, que es lo que todos buscamos en el mundo. A mí me cambió la vida. Empecé con un profesor cerca de mi casa en Palermo (Buenos Aires) y me cambió la manera de pensar y de ver un montón de cosas que me generaban demasiado estrés. Antes tenía enojos innecesarios. Con el tiempo fui estudiando un poco más, recurrí a la meditación y lo hago como un camino ajeno al fútbol, que también se relaciona a todos los aspectos de la vida”, subrayó.

Si bien no tuvo participación dentro del campo de juego, Juan Musso fue uno de los integrantes de la delegación argentina que terminó con la sequía de los 28 años sin alegrías en el mítico Maracaná. Él cree que “la unión del grupo fue fundamental para alcanzar el objetivo”, aunque también hubo una reunión especial que marcó a fuego la fraternidad del plantel: “Cuando nos reunimos por primera vez, nos propusimos ganar la Copa América para eliminar a todos los fantasmas del pasado. El fútbol le debía un título a Leo (Messi) con la Selección y nos mantuvimos enfocados en esa meta”.

Durante esas concentraciones también disfrutó de los partidos de truco contra el astro rosarino. “Yo jugaba con Agustín (Marchesín) y con el Dibu (Martínez). No sé si se carteaban. No puedo decir mucho, porque no tengo pruebas”, recordó entre risas sin olvidar las victorias y las derrotas que se dieron durante aquellos desafíos. “Nos divertíamos mucho, porque ellos juegan muy bien y se conocen hace un montón de tiempo. A veces no podían descubrir lo que teníamos o dudaban si les estábamos mintiendo. Lo tomamos con mucho humor”, agregó.

Sin tantos partidos de PlayStation, porque se focalizaban más en “las cartas y el pool”, el arquero se reconoce un gran gamer en el FIFA. “Soy bueno en serio, pero no jugamos mucho”, aclaró en la conversación con Infobae, sin omitir que en sus partidas también elige a Juan Musso para que defienda su arco: “A veces, no siempre. La realidad es que me gusta cambiar y jugar con muchos equipos. Dependiendo a quién tenga que enfrentar”…

La del jueves por la noche será su oportunidad para dar otro paso rumbo al Mundial de Qatar, un destino que lo obsesiona. “Es mi motivación principal. Participar de una Copa del Mundo con la Argentina sería el sueño ideal. Algo fantástico. Es un motor que le da a mi carrera una motivación especial. Me esfuerzo día a día para poder estar en la lista. Me ilusiona tener la posibilidad de jugar y me motiva a seguir creciendo profesionalmente. Todo lo que sea motivación, me hace muy bien. Estoy convencido de que puedo estar ahí y voy a hacer todo lo posible para poder estar”, confesó.

Consciente de lo que le espera en su debut oficial como titular en el once del representativo nacional, Musso confía en sus capacidades para reemplazar a la perfección al Dibu Martínez: “Estamos todos en un nivel similar, más allá de los gustos del entrenador. Nunca me pondría en el lugar egoísta de enojarme y bajar los brazos si no me toca jugar, sino que seguiré luchando, entrenando y preparándome para cuando me toque el momento”, reveló. Y su momento llegó.

Fuente: Infobae

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