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El riesgo de profundizar la crisis para dar vuelta el resultado de las PASO

ECONOMÍA 21/09/2021 Roberto CACHANOSKY
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Según la carta pública de la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, una de las causas del resultado adverso de las elecciones primarias de medio término para el Frente de Todos fue el ajuste fiscal que hizo el gobierno que ayudó a formar.

No se entiende muy bien qué quiere decir con que hubo un “ajuste fiscal”, porque si bien hubo algunos ítems del Presupuesto 2021 que cayeron en términos reales, otros subieron muy por encima de la tasa de inflación. En primer lugar, no es comparable el gasto de este año con el del 2020, cuando se mantuvo encerrado durante meses a todo el país, paralizando la economía y generando una fenomenal caída del PBI.


Lo concreto es que en 2020 los gastos destinados a Covid-19 sumaron 1,76 billones entre programas de subsidios a personas como los IFE, ATP, Bono a Jubilados y Pensionados, etc.; postergación de pagos de impuestos, créditos a empresas y apoyo a las provincias que, al paralizarse la economía, no recaudaban impuestos provinciales ni recibían recursos por coparticipación porque la recaudación nacional caía como piano de piso once.


El Presupuesto de este año tiene previsto destinar al Covid-19 recursos por $417.187 millones, donde solo $91.034 millones son para comprar vacunas, el resto corresponde a partidas para programas sociales ligados al Covid-19. Es decir, mucho menos que el año previo.

Por otro lado, cuando se observa la evolución del gasto público primario total, sin incluir los intereses de la deuda, en los primeros 7 meses del año surge que el aumento interanual del 34% se ubicó por debajo de la tasa de inflación -cayó 8% en términos reales-. La Vicepresidente podría argumentar que ahí está el famoso ajuste al que hizo mención. Pero, hubo rubros que aumentaron bien por arriba del promedio general de precios al consumidor, como los subsidios económicos: casi 75% nominal, equivalente a poco más de 20% en términos reales.


 

Precios reprimidos

Entre 2006 y 2015 el kirchnerismo gastó la friolera equivalente a US 161.000 millones en subsidios económicos para tener tarifas artificialmente bajas.


En 2014 Cristina Fernández de Kirchner llegó a gastar 5,13% del PBI en subsidios económicos generando un fenomenal despilfarro de recursos, al punto tal que transformó a la Argentina de exportador de gas, en importador de gas licuado para abastecer el mercado interno a un costo mucho mayor que si se hubiese permitido seguir produciendo al costo argentino.


Dejando de lado los precios internacionales, los datos de exportaciones de combustibles y energía en volúmenes revelan el fenomenal crecimiento que tuvieron a partir de las privatizaciones, sector que tuvo uno de los mejores marcos jurídicos para operar.

Pero como puede verse en el gráfico previo, desde 2003, con la llegada del kirchnerismo al poder y sus políticas populistas retrocedieron las ventas de hidrocarburos y energía eléctrica al resto del mundo hasta los niveles de principios de los 90, y además hubo que importar energía. Peor no lo podrían haber hecho.

Agreguemos a este dato los 10 millones de cabeza de ganado que se consumieron por las restricciones que impuso a las exportaciones, equivalentes a una pérdida de USD 30.000 millones.


La Vicepresidente cree que estas son políticas expansivas, cuando en realidad son generadoras de pobreza porque destruyen stock de capital, reducen los puestos de trabajo, la productividad de la economía y hacen caer el salario real.

 

Relación con provincias

Volviendo brevemente a gasto público de este año, también hay que descontar el apoyo a las provincias que el año pasado le dio el gobierno nacional. Claro que todo eso fue fruto de una fenomenal expansión monetaria que empezó a tener impacto ni bien se comenzó a flexibilizar la brutal cuarentena que impuso el gobierno al que pertenece Cristina Fernández de Kirchner.

Por el contrario, cayeron los ingresos reales de los jubilados, pensionados y planes sociales. El ajuste pasó por esos rubros. Pero la Vicepresidente pretende que no haya ningún ajuste en ningún rubro y se emita moneda como si nada fuera a pasar.

La tasa de inflación ya supera el 51% anual, aun con las tarifas de los servicios públicos “pisados” y el tipo de cambio oficial aumentando solo 1% mensual contra una inflación promedio del 3,6% promedio mensual entre enero y agosto de este año. Y, para peor, la deuda del BCRA ya supera los $4 billones generando un déficit cuasifiscal de casi 5 puntos del PBI.

Sobre estos datos de altísima inflación, atraso de las tarifas de los servicios públicos y del tipo de cambio y un déficit cuasifiscal desbordado, un sector del Gobierno pretende hacer política fiscal expansiva financiada con expansión monetaria, pese a que las reservas en divisas caen día a día, y nadie quiere tener pesos como reserva de valor.


Cristina Fernández de Kirchner pretende apagar el incendio con un balde de nafta y no parece interesarle que se incendie el país. Su prioridad se limitaría dar vuelta el resultado de las PASO para solucionar los problemas judiciales que tiene. En otras palabras, todo parece indicar que la Vicepresidente está dispuesta a incendiar el país con tal de dar vuelta un resultado electoral que, aparentemente, ya es irreversible.

Todo este destrozo económico posiblemente la gente lo termine pagando luego de las elecciones, sino no es que se manifiesta antes. En definitiva, han puesto la economía al servicio de un resultado electoral. Si falla no les importa.

Todo el país bailando al son de los problemas judiciales de un grupo de personas que pretenden tener el poder absoluto para salvarse ellas, aunque queden hilachas de una Argentina que lleva más de una década que no crece.

Fuente: Infobae

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