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Lo más bajo de la política y la justicia en la designación de Rosatti

POLÍTICA 24/09/2021 Agencia de Noticias del Interior
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En medio de los entretelones tormentosos de la reunión de acuerdo de la Corte hoy, Ricardo Lorenzetti propuso, a último momento, votar la reelección del binomio Carlos Rosenkrantz-Elena Highton como presidente y vicepresidente de la Corte por tres años más, como una forma de bloquear la candidatura de Horacio Rosatti.

 
Pero a medida que pasaban las horas, Lorenzetti se sorprendió con la “dureza” de Juan Carlos Maqueda y el presidente saliente ante sus propuestas, en medio de operaciones cruzadas y un clima de enorme desconfianza. No solo hubo diálogos informales, sino un mail con esas ideas.

Pero del otro lado dicen que ese un mail interno clave que envió a sus colegas no había propuestas sino “solo un aviso de que tenía que hablar en un foro internacional”. Ni siquiera “pidió adelantar o postergar la reunión de hoy” para presentarse y aunque fuera abstenerse. La forma en que se terminó votando “fue el camino que Lorenzetti eligió”, se dijo de ese lado.

En forma oficial, Lorenzetti informó que estaba “imposibilitado” de concurrir porque debía exponer ante el Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado (también conocido como UNIDROIT) pero, en realidad, su ausencia fue una forma de manifestar su disgusto.

 
Incluso, fuentes que caminan los tribunales afirmaron que Lorenzetti “daba por saldado” la maniobra que “le hicieron en el 2018 sus colegas y Elisa Carrió para sacarlo de la presidencia”, luego de doce años.

Por otro lado, la victoria de la oposición en las PASO aflojó los temores en la Corte de que viniera una nueva embestida de la vicepresidenta Cristina Kirchner.

Sin embargo, en forma sorpresiva el nuevo cuadro político dejó aflorar tensiones entre los miembros del máximo tribunal que quedaron expuestas en la forma en que se eligió presidente a Horacio Rosatti.

El clima de desconfianza de ambas partes de esta fractura se observó en los últimos días hasta mínimos detalles como, por ejemplo, la orden de todos los miembros de sacar las cámaras de seguridad del cuarto piso. ¿La razón? Un ministro acusaba a otro de filtrar sus reuniones a los periodistas.

La dupla Lorenzetti-Highton intentó negociar y buscar consensos anoche y hoy hasta las 10 de la mañana. Manifestaban estar “sumamente molestos” por la forma “manu militari” en que Rosenkrantz convocó a la reunión extraordinario para hoy. De otro lado, afirmaron que “se sabía hace meses que la reunión iba a ser antes de fin de mes”.

“Un empleado entregó la convocatoria a la reunión extraordinaria en un sobre ayer luego de la entrega de los premios ADEPA”, afirmó una fuente judicial. Esta, también, se queja porque “hace dos años” que los cinco ministros no dialogan informalmente cara a cara. A lo sumo, se ven en quince o veinte minutos en un Zoom antes de votar un fallo.

Incluso, ese dúo pidió -por lo menos- postergar la decisión hasta el martes próximo porque el mandato de actual presidente vencía el 30 del corriente. “Queríamos dar una señal de consenso y estabilidad hacia afuera”, dijo una fuente que conoce a Lorenzetti, aunque admiten que Lorenzetti “nunca iba a votar a Rosatti”. Lorenzetti insistió ante Rosenkrantz en que postergar, pero “Carlos le dijo que no había marcha atrás“.

Esta negativa hacia Rosatti llevó a que, por ejemplo, Lorenzetti “estudie con lupa los votos de su co-provinciano con un equipo especial de abogados”.

En el palacio de Justicia llamó la atención el alto perfil que Maqueda –un ministro que vota sin estridencias- jugó en esta elección. Interlocutores y mensajes circularon desde ayer por todos los despachos de los supremos y se encontraron con una negativa del cordobés a las propuestas de Lorenzetti.

“Maqueda se cansó de los modos políticos de Lorenzetti”, afimó una fuente que conoce al trío ganador. Finalmente, no hubo negociación alguna y se llegó a esta inédita reunión de hoy que expuso la fractura. Por esas paradojas, Maqueda que votó contra Rosenkrantz hace tres años, hoy fue el que propuso a Rosatti.

La forma en que fue elegido Rosatti obstaculizará la futura construcción de una mayoría para votar temas sensibles que hacen cola en la Corte y quebró el llamado trípode peronista Lorenzetti-Rosatti-Maqueda.

La pelea favorece los planes de Cristina Kirchner que presiona para que la Corte decida quejas o recursos extraordinarios en la mayoría de los siete procesamientos que tiene. En el sector ganador no se habla de “fractura”. “Hubo diferencias en un tema institucional pero lo que importa es los votos sobre las causas que tiene la Corte como se demostró en los casos De Vido, Milagro Sala o Blaquier”, agregaron las fuentes.

La vicepresidenta tampoco quiere que el máximo tribunal vote sobre, por ejemplo, los reclamos económicos de San Luis, Santa Fe y CABA, más pedidos de actualización de haberes de jubilados. A esos recursos se suman juicios de cientos de militares y policías que aducen cobrar “un 30 por ciento en negro”. 

Hacia finales de la segunda presidencia de Cristina, el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, pidió embargar cuentas del gobierno nacional por 20.000 millones de pesos, y Santa Fe tiene un reclamo parecido.

Se trata de descuentos indebidos por la coparticipación impositiva federal por parte de la ANSES. Las provincias ya ganaron el juicio en el máximo tribunal y ahora quieren cobrarlo. Si la Corte ordena pagarlos se agravarán los problemas económicos del Gobierno.

De la misma forma, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, pidió un per saltum contra el decreto presidencial que le quitó 60.000 millones de pesos de coparticipación a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Pero lo más grave es que de acá a las elecciones de noviembre, la vicepresidenta podrá aprovechar esta división para avanzar contra la Corte, el último garante del sistema institucional.

Hasta antes de la PASO, el kirchnerismo amenazaba con crear un tribunal de sentencias arbitrarias por debajo de la Corte para sacarle poder, avanza con la “colonización” de la Justicia y quiere votar el polémico proyecto de reforma del ministerio público fiscal.

Incluso, el diputado ultracristinista Leopoldo Moreau amenazó con juicios políticos a Lorenzetti y otros miembros de la Corte por sostener que participaron del supuesto lawfare, a través de la oficina de escuchas (DAJUDECO) contra Cristina en los juicios que aún tiene abiertos.

Para colmo, Rosatti tiene una vieja pelea con el presidente Alberto Fernández por su renuncia como ministro de Justicia en el 2005 cuando se negó a firmar contratos para construir cárceles con sobreprecios y renunció al gabinete.

El flamante presidente de la Corte las dio por saldado ese choque, pero le molestó la carta de diciembre pasado de Cristina Kirchner en que despotricó contra cada uno de los supremos.

Fuente: Diario Tiempo

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