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Día de la Lealtad: el peronismo vuelve a las calles para sumar fuerzas ante un clima político adverso

POLÍTICA 17/10/2021 Juan Piscetta*
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El peronismo celebrará este domingo su primer Día de la Lealtad callejero durante el gobierno Alberto Fernández. Esta vez no habrá actos virtuales ni caravanas espontáneas forzadas por la pandemia de COVID-19. Aunque tendrá un formato particular: será una doble fecha de conmemoración, después de días con vaivenes, cancelaciones e indefiniciones hasta que el propio Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner pusieron fin a las dudas organizativas.

Fiel a la tradición, este 17 de octubre a tendrá la Plaza de Mayo como el escenario donde los miles de militantes, adherentes y votantes del Frente de Todos que se acerquen a participar del clásico ritual peronista. “El domingo 17 es el día de la familia. Celebremos. Y por la tarde, a partir de las 16, ahora que podemos, movilicémonos a todas las plazas para conmemorar esa gesta popular extraordinaria que fue el 17 de octubre de 1945″, fue la invitación de Alberto Fernández en calidad de titular del Partido Justicialista (PJ).

Pero el clima político no es el ideal para una demostración de fuerza popular. Después del revés electoral en las PASO del 12 de septiembre, el oficialismo está arrinconado y a la defensiva. En un mes puede perder una importante cantidad de bancas estratégicas en el Congreso, en caso que la oposición mantenga o ensanche su victoria. La sorpresa electoral se manifestó por un heterogéno conjunto de necesidades que van desde el el agotamiento social de la pandemia, la inseguridad a los altos niveles de inflación y de pobreza que se mantienen en registros similares a los de comienzos de siglo XX.

A ello se le suma la fuerte tensión interna en el Gobierno, con una fractura expuesta entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández que no está todo dicho, después del relanzamiento del gabinete con el tucumano Juan Manzur a la cabeza. Si el el sinceramiento público del malestar sobre la marcha de la gestión impacta “en las alturas” del poder, en la base del Frente de Todos esa percepción se manifiesta las formas variopintas que eclosionaron el 12 de septiembre: fuga de votos, abstencionismo electoral y desánimo.

Con todo, el 17 de octubre opera como el ritual en el que el peronismo tiende a refugiarse, aún en tiempos de confusión generalizada y errores de gestión que impactan ahora en apoyo social. Alberto Fernández intentó definir esa alquimia en la convocatoria a la plaza: “Que los músicos lleven su música, los poetas sus poemas, los protagonistas de las luchas sus recuerdos. Transformemos este encuentro en una verdadera fiesta de la democracia”. Aún se desconoce si el Presidente tendrá algún tipo de participación en la jornada.

Además del Partido Justicialista, la asistencia a la jornada del domingo confirmaron su participación agrupaciones como La Cámpora, el Movimiento Octubres, la Corriente Martín Fierro, el PJ porteño, Miles y además dirán presente sindicatos de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) Capital. Las Madres de Plaza de Mayo llevarán como consigna el “No al pago de la deuda”. En ese grupo aparece la agrupación radical “Los Irrompibles”, que lidera el primer candidato a diputado porteño, Leandro Santoro.

La segunda fecha tendrá lugar el lunes 18. La Confederación General del Trabajo (CGT) y otros espacios gremiales confederados en la central obrera, como la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) y el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) se movilizarán el lunes a las 14 hacia el Monumento al Trabajo, ubicado en Paseo Colón e Independencia, en la Ciudad de Buenos Aires. A ese acto se iba a sumar Alberto Fernández inicialmente, cuando había cancelado cualquier tipo de actividad oficial.

El 18 es una fecha importante desde lo histórico, porque fue el día elegido por la CGT en 1945 como el día para realizar una huelga general en apoyo a Perón. Con el tiempo, Perón y “el pueblo” empezaron a cobrar relevancia en los relatos oficiales del 17 de octubre, mientras que el rol de los sindicatos se perdió paulatinamente.

En su primera gran movilización sindical de la pandemia, de la que también participarán el Movimiento Evita y los trabajadores de la Economía Popular (UTEP), las organizaciones sindicales marcharán desde el mediodía y se leerá un documento político en respaldo del Gobierno y en defensa de los derechos adquiridos bajo el lema “Desarrollo, Producción y Trabajo”, en sintonía con el debate sobre la reforma laboral que decidió impulsar Juntos por el Cambio (JxC) en el marco de la campaña electoral. Como toda manifestación, la actividad tendrá una cuota de demostración de poder propio, después del malestar interno que le significó a la CGT ser marginada de lugares en las listas electorales.

La liturgia por el Día de la Lealtad comenzó un día antes de la fecha señalada. Arrancó con un acto de la candidata a diputada nacional por la provincia de Buenos Aires, Victoria Tolosa Paz, junto a mujeres sindicalistas y el gobernador Axel Kicillof en Berisso, el “kilómetro cero del justicialismo”. La referencia apunta a que en 1945, una de las mayores columnas hacia la Casa Rosada partió desde allí para pedir por la liberación del entonces coronel Juan Domingo Perón.

Sin embargo, la centralidad del sábado estuvo más tarde, en el Encuentro Nacional de Jóvenes de La Cámpora en la ex Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA).

Ante un auditorio juvenil, la vicepresidenta Cristina Kirchner apareció con un discurso que recuperó el carácter conciliador de clases de la vieja doctrina de Perón. No se habló de la “oligarquía” contra el pueblo, ni “corporaciones” o “grupos concentrados”. Echó a mano la capacidad histórica del justicialismo para garantizar gobernabilidad y derechos sociales, sin que el sistema económico pueda verse comprometido.

“Cuando mañana vayamos a la plaza, no lo hagamos con aire de nostalgia. Necesitamos una refundación del pacto entre trabajadores y capital en Argentina”, dijo en su intervención. Antes, había subrayado su preocupación porque un “tercio del electorado” se fue “a los extremos”. “O votaron a los que quieren quemar el Banco Central o a los que siguen sosteniendo que hay que expropiar todo a todos”. Los dirigentes del Frente de Todos habían desplegado la misma táctica de acercamiento al poder económico en toda la semana. Lo hizo con reuniones junto a la cúpula empresaria del país, donde Francisco de Narváez fue uno de los protagonistas del encuentro; con el viaje de Juan Manzur a Nueva York para convencer a los inversores internacionales, o el mensaje que dio Alberto Fernández en el 57° Coloquio de Idea.

Un día antes de las elecciones que dieran paso a la victoria de la fórmula Perón-Quijano de 1951, Enrique Santos Discépolo recitó: “La verdad: yo no lo inventé a Perón, ni a Eva Perón, la milagrosa. Ellos nacieron como una reacción a los malos gobiernos. Yo no lo inventé a Perón ni a Eva Perón ni a su doctrina. Los trajo, en su defensa, un pueblo a quien vos y los tuyos habían enterrado de un largo camino de miseria”. La victoria del Frente de Todos de 2019, como aquella de 1951, fue una “reacción” a los magros resultados del gobierno precedente. La mitología del peronismo persiste, aunque retorna en esta crisis inédita con horizontes difusos y enemigos menos precisos.

 

 

* Para www.infobae.com

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