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Qué puede hacer el Gobierno para que el dólar blue no se escape de los $200 en la semana previa a las elecciones

ECONOMÍA 08/11/2021 Claudio Zlotnik*
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Será una semana crucial, y así lo entienden los ministros del gabinete económico. Después de la suba del "blue" hasta los $200, el Gobierno no quiere ninguna "sorpresa" adicional en las jornadas previas a las elecciones. Una disparada adicional del "paralelo" podría intoxicar las chances del oficialismo en su intento por dar vuelta el resultado electoral. Y así se preparan los funcionarios.

¿Qué puede hacer el Gobierno para frenar un recalentamiento adicional en el mercado del dólar informal? ¿Tiene margen de maniobra?

Los conocedores del mercado aseguran que esas chances son escasas. Que, llegado el caso, el Gobierno podría contar con las "manos amigas" para darle liquidez al mercado del "blue", que en los hechos -reconocen los especialistas- es un mercado pequeño.

Distinto es el caso del mercado formal (en blanco) y que no está intervenido por el Banco Central. Y en donde se encuentran cotizaciones superiores a los $200.

Se trata del CCL no intervenido, el mercado en donde se opera a través de bonos y acciones argentinas con cotizaciones en Buenos Aires y también en Nueva York. En esas operaciones, el dólar terminó la semana en torno a los $215 - $217. Bien por encima de los $199 del "blue".

En esa "brecha de la brecha" se encuentra hoy el principal problema para el Gobierno. Ya no se trata de un mercado pequeño, informal, poco transparente, sino más bien de un mercado en donde se dolarizan los fondos de inversión internacionales y también las empresas, que prefieren pagar el dólar más de $200 antes que quedarse en pesos, a la espera de las elecciones.

El "lío" no pasa sólo por las cotizaciones, obviamente, Una suba del "blue" o del "CCL" (no intervenido) antes de las elecciones podrían alterar al oficialismo. Pero la cuestión de fondo es otra.

Concretamente, que el Banco Central deje de perder reservas en el mercado cambiario. La ganancia del último viernes -compró u$s200 millones tras exigirle a los bancos que mantengan sus posiciones en dólares- ayuda a sostener la dinámica pero puede ser efímera.

Según el economista Gabriel Rubinstein, la intervención del BCRA en el mercado del "contado con liqui" llegó a los u$s44 millones en un solo día, al promediar la semana. Un escenario complicado por donde se mire.

Martín Guzmán tenía la idea de que el "blue" quedara por debajo de los $195 antes de las elecciones. Ese techo se perforó, pero lo más preocupante para el ministro no son los $4 que ahora diferencia su objetivo del precio real sino lo que pueda suceder en los próximos días.

Serán los últimos cinco días antes de las elecciones que podrían definir no la futura composición del Congreso sino -sobre todo- la futura gestión de la Casa Rosada.

¿Qué rumbo tomará Alberto Fernández? ¿Cuál será la reacción de Cristina Kirchner, que viene de implosionar el Frente de Todos, tras la derrota del 12 de septiembre?

¿Qué planes tiene el Gobierno para alcanzar el demorado acuerdo con el FMI?

¿Se concretará la convocatoria al diálogo político que pregona Sergio Massa y acepta el propio jefe de Estado?

Deberán resolverse, asimismo, las tensiones en el mercado cambiario. Es obvio decirlo. ¿Pero de qué manera?

Guzmán repite en privado lo mismo que en público. "No habrá una devaluación", un salto cambiario de una sola vez como sucedió en otros momentos, como en 2014 cuando fue Axel Kicillof quien no tuvo más remedio que asimilar una suba del dólar del 20% para frenar la salida de reservas.

Este momento es bien distinto. La inflación duplica la que la Argentina mostraba por aquel entonces. Y la situación económica y social también luce más complicada.

Por eso mismo habría que esperar una aceleración del "crawling peg". Aunque resta conocer la pretensión del FMI a la condición que le impone la Argentina: ir hacia un acuerdo entre las partes que excluya la chance de una devaluación.

Esa aceleración de las minidevaluaciones, sin embargo, traerán mayores presiones sobre la ya convulsionada inflación.

Parece más que claro que el Gobierno, como nunca antes, está obligado a presentar una hoja de ruta para los próximos dos años, con la que debería dar vuelta las expectativas, que hoy juegan en contra de la economía.

Son todas cuestiones que empezarán a jugarse apenas se abran las urnas en la noche del domingo que viene.

 

 

* Para www.iprofesional.com

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