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Pablo Javkin, el Radical que está dispuesto a jugar en primera

POLÍTICA 21/11/2021 Agencia de Noticias del Interior
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Uno hizo las inferiores en la UCR, pero para jugar en primera tuvo que cambiar de club. Otro sigue jugando en el equipo en que se formó y los dos otros llegaron para reforzar un plantel alicaído. Pablo Javkin, Franco Bartolacci, Martín Lousteau y Facundo Manes tienen recorridos personales y políticos distintos, pero además de cultivar un vínculo fluido hace años expresan versiones de un radicalismo revitalizado y con hambre de poder. Concentrado cada uno en su juego, el futuro podría encontrarlos a algunos de ellos peleando por un mismo puesto.
Integrantes de una generación formateada en democracia, que orilla los 50 años y apuesta a liderar la primera división de la política local, provincial y nacional, los cuatro tienen incorporado un chip similar.

“Todos muestran un apego a determinadas formas y modos, diría que la característica central es la mesura”, dijo un miembro de la mesa chica del javkinismo.

“Pablo es el más alfonsinista, y Lousteau tiene una mirada más socialdemócrata moderna del Estado”, distinguió un dirigente radical que los conoce bien a todos. “La combinación ideal sería la retórica de Pablo más la capacidad de laburo de Franco”, señaló.

Con 50 años cumplidos el viernes, Javkin empezó a escribir su historia militante en la Franja Morada, como estudiante secundario del Superior de Comercio.

Un militante de los comienzos de los ‘80, algo mayor que el alcalde y que todavía está activo en política, recordó: “Me dijeron que iba a venir un pibe de 13 años, y yo les decía a los responsables ‘no me lo mandés al pendejo que lo voy a tener que cuidar’, porque recién salíamos de la dictadura y estaba el fantasma del golpe. Qué lo voy a tener que cuidar, ya tenía una pasta bárbara, creo que en ese momento ya se imaginaba intendente”.

A partir de allí, vinieron la presidencia de la Federación Universitaria de Rosario y la Federación Universitaria Argentina, la fundación del ARI, el paso por el Concejo y el Congreso y la llegada a la Intendencia. En el medio, varias derrotas y un accidente automovilístico en la Patagonia que casi la cuesta la vida.

¿Cuáles son las diferencias entre ese Javkin y el actual? “Además de las obvias, como la constitución de una familia, está más obsesivo con el trabajo”, indicó una persona que camina junto al intendente desde hace más de dos décadas. “Él administra muy bien su tiempo, y sabe decodificar lo que sus interlocutores o su auditorio están esperando que diga, sin irse de la línea. Ha sido un tipo de hacer lo correcto, independientemente del costo que haya que pagar”, remarcó.

En esa línea ubica la renuncia a la dirección nacional de la Juventud Radical para irse a la Coalición Cívica y la ruptura con Carrió cuando empezó a tejer la alianza con el PRO. Más acá en el tiempo, destaca la incursión del intendente en la protesta en el Monumento por el asesinato de Joaquín Pérez. “Fue una apuesta que podría haber salido muy mal”, reconoció.

Bartolacci es otro ejemplo de ascenso político veloz: en 15 años pasó de dirigente estudiantil a decano de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, y de ahí al rectorado. Aún entre quienes les genera ruido la alianza con el peronismo le reconocen su muñeca política y su capacidad para gestionar. Género, extensión universitaria y obras han sido las principales marcas de sus gobiernos en la universidad.

Ambos han mostrado capacidad para reinventarse. “Tienen la habilidad de tomar el pulso de lo que está pasando y tomar las decisiones que hay que tomar”, observó el viejo compañero de Javkin en la Juventud Radical.

Mirada nacional
Mientras buscan consolidar su poder en sus reductos, Javkin y Bartolacci siguen con atención lo que sucede más allá de sus fronteras.

Después de la implosión de la Alianza, experimentos fallidos -la candidatura presidencial de Roberto Lavagna y el Frente Unen- y de haber sido poco más que un partenaire del PRO entre 2015 y 2019, el radicalismo sumó a su capilaridad territorial candidatos taquilleros como Martín Lousteau y Facundo Manes para disputar de igual a igual la conducción de Juntos por el Cambio.

Javkin tiene con Manes una amistad de años: cerca suyo recordaron que mucho antes de dar el salto a la política el neurocientífico vino a Rosario a apoyarlo en varios cierres de campaña. Con Lousteau, señalaron, también hay buena onda.

Como todo armado político, tiene su costado no tan luminoso. El principal de Lousteau es el diputado nacional Emiliano Yacobitti, que acumula un largo historial de denuncias en la UBA por amenazas y malversación de fondos públicos.

Otro ejemplo: el ex funcionario porteño durante el gobierno de Fernando De la Rúa Rafael Veljanovich fue denunciado en marzo de 2001 por haber desviado cerca de 2 millones de pesos de un programa para desocupados para presuntamente beneficiar a militantes de Franja Morada. Hoy Veljanovich es director en Barcelona de Ineco, la fundación de Manes.

Focos de tensión
Pero más allá de las luces y sombras de sus relaciones nacionales, el principal tablero en el que juegan Javkin y Bartolacci es el local.

Rápido de reflejos, al día siguiente de una elección que ganó con lo justo al peronismo Javkin subió a sus redes sociales una foto con el senador electo de Juntos por el Cambio Dionisio Scarpin y en una entrevista en Canal 3 planteó la necesidad de construir “nuevos frentes”.

Como principal referente territorial del no peronismo y, mucho más después de la muerte de Miguel Lifschitz, Javkin cuenta con un capital político interesante para poner sobre cualquier mesa de negociación.

En el camino a 2023, el intendente y su grupo evaluarán no sólo en qué campamento pondrán su fuerza, sino también si es el año para intentar el salto a la Casa Gris o esperarán otros cuatro años.

“Hay que ver si el proyecto que él pensó para Rosario está concluido, perdimos dos años y el gobierno no arrancó. Para dar ese salto necesitás una base más sólida de la que tenés, aunque a veces ciertas coyunturas te catapultan”, analizó un hombre de su entorno más cercano.

Desde algunos círculos radicales ven al rector con intenciones de construir una candidatura a partir de su rectorado. Igual, advirtieron: “A diferencia de lo que sucede en Santa Fe, donde el radicalismo tiene más unanimidad y la Universidad del Litoral mayor peso en la vida social, económica y política de la ciudad, por el tamaño de Rosario la UNR queda diluida”.

En un juego de mamushkas, Javkin y Bartolacci tienen sus propios espacios, que a su vez forman con otros partidos -como el GEN, de Margarita Stolbizer- Arriba Rosario, y todos integran el Frente Progresista.

Sin embargo, esa alianza que funciona -a la que habría que sumar a María Eugenia Schmuck, presidenta del Concejo Municipal rosarino, pareja y socia política de Bartolacci- podría tensionarse en un futuro no muy lejano.

En el primer anillo de Javkin creen que una pulseada entre ambos sería un error, pero entre los radicales que migraron del FAP a Juntos por el Cambio y tienen a Maximiliano Pullaro como referente proyectan: “Si a Pablo no le da el piné para saltar a la gobernación puede ser un tapón para Franco”.

“Ahí volveríamos a la disputa histórica de la Franja entre Derecho y Política: Pablo y el Facha (el diputado provincial Ariel Bermúdez) por un lado, y María Eugenia y Franco por el otro”, dijo entre risas el dirigente.

Fuente: La Capital de Rosario. Por Mariano D'Arrigo

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