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Argentina y el FMI: qué sería alcanzar un buen acuerdo y qué impacto tendría en la economía local

ECONOMÍA 09/12/2021 Daniel BLANCO GOMEZ
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La delegación de técnicos argentinos que llegó a Washington a inicios de semana continúa las negociaciones con el staff del Fondo Monetario Internacional (FMI) encargado de ajustar la propuesta que, luego, subirá a los estamentos políticos de la multilateral que culminarán las negociaciones con el gobierno de Alberto Fernández para la reestructuración de la deuda y el pago de los USD 43.000 millones con el que la Argentina debe cumplir.

En ese marco, economistas consultados por Infobae dieron cuenta de lo que significaría “un buen acuerdo” para el país y qué implicancias tendría esa negociación para la economía local. Coincidieron al afirmar que en la negociación se debería lograr “el mayor plazo posible de repago” que le permita volver a crecer a la economía argentina.

Cabe destacar que el programa anterior del acuerdo stand by prevé el pago de vencimientos muy concentrados, de alrededor de USD 19.000 millones en 2022 y otros USD 19.000 millones en 2023. En ese sentido, la Argentina busca reprogramar dichos vencimientos en un nuevo programa de facilidades extendidas, de 10 años de duración.

El objetivo final del Gobierno es poder sellar un acuerdo con el FMI que sea sustentable antes de marzo de 2022, para cumplir también con los plazos acordados con el Club de París.

Para Nicolás Zeolla, economista de FIDE, el Gobierno debe avanzar sobre un acuerdo que permita llegar a una solución al problema actual que es que Argentina no tiene capacidad de pagar los vencimientos del año 2022 y 2023.

“El acuerdo debería lograr el mayor plazo posible de repago, no debe aceptar ningún tipo de reforma de seguridad social, flexibilización laboral, un salto brusco en el tipo de cambio, la exigencia por el levantamiento de control de cambios, una compresión veloz del déficit fiscal que ponga en riesgo la recuperación, y condiciones sobre el financiamiento del déficit fiscal que implique no usar el financiamiento del Banco Central”, dijo el economista a Infobae.

Y agregó: “Luego la letra chica indicará otros detalles relevantes, en especial, que el nuevo acuerdo no tenga pagos en el corto plazo, ni de interés ni capital. Y que los vencimientos actuales se cancelen, no que se calcen con nuevos desembolsos, porque eso indicaría revisiones periódicas que sacarían capacidad de maniobra a la política económica”.

Respecto a las implicancias sobre la economía argentina de un acuerdo con el Fondo, consideró que despejará la incertidumbre relaciona con “un volumen de vencimientos impagables”.

“Eso debería favorecer la estabilidad financiera externa que hoy en día está muy pesimista, ello traería consigo compresión riesgo país a valores más normales, aunque continúe a niveles muy altos para que sea posible emitir deuda en el corto plazo”, remarcó.

Para Sebastián Menescaldi, director de Eco Go, un buen acuerdo con el FMI sería aquel que permita encaminar al país y restaurar la confianza externa. “El país necesita repagar su deuda externa. Un buen acuerdo sería aquel que restablezca la confianza en la economía. Para eso es necesario plantear un programa e ir cumpliéndolo. El programa que se plantea hoy no sé si va a permitir restaurar la confianza. Eso lo vamos a ver con lo que pase con la brecha, y con la cotización de los bonos y la tasa de interés en dólares. En dos años hay que poner la tasa de interés en dólares en un valor aceptable para que se abra el mercado”, analizó.

Menescaldi dijo que un buen acuerdo hará subir los precios de los bonos y bajar la tasa de interés, algo que impactará en la brecha cambiaria.

A su turno, Gabriel Caamaño, de Eco Ledesma dijo a Infobae que un programa favorable será el que le permita a Argentina crecer sostenidamente. “Un acuerdo es mucho más que replantear los vencimientos vigentes. Hay que acordar un plan, un esquema de política económica con una agenda de reformas y de normalización del mercado de cambios”, afirmó.

“Un buen acuerdo es eso. Que además de replantear los vencimientos de capital, te permita acordar un esquema de política económica distinto al actual, que si el gobierno tuviera que hacerlo hoy con la crisis de credibilidad que tiene le costaría más”, agregó.

Respecto a las consecuencias de una buena negociación con el organismo multilatetal de crédito, dijo: “Las expectativas hoy están muy desancladas. Un acuerdo con el Fondo sería expansivo para los activos. Después hay que ver cuánto dura. Pasó con el acuerdo con los bonistas en 2020. Al principio ayudó a descomprimir pero después se fue diluyendo el efecto positivo porque no atacó el problema de fondo”.

“Deberían recuperar el precio de los activos, descomprimir los diferenciales de riesgo y también la brecha cambiaria. La inflación va seguir alta un tiempo, porque las cosas que hay que hacer implican más inflación en el corto plazo (por tarifas y normalización cambiaria) y ya hay mucha liquidez con lo que ya se emitió”, remarcó.

En otro orden, el economista liberal Agustín Etchebarne, dijo a este medio que ningún acuerdo con el Fondo alcanzará para solucionar los problemas que tiene el país. “Hay que tener claro que los acuerdo con el FMI se firman pero no se cumplen. De los últimos veinticuatro, no se cumplió ninguno. El acuerdo se firma para que se posterguen los pagos de intereses y de capital el mayor tiempo posible”, destacó.

Para el economista de la Fundación Libertad y Progreso, el FMI va a exigir que haya algún tipo de programa que demuestre que se va resolviendo el problema del déficit fiscal en Argentina.

“Seguramente van a terminar en coincidir con un aumento de las tarifas de servicios públicos y tal vez algún impuesto nuevo. Para el país es bueno diferir los pagos para no caer en default. Pero el hecho de aumentar tarifas e impuestos no sería la solución correcta. Lo correcto sería reducir el gasto público para bajar impuestos y reactivar al sector privado”, afirmó.

Según Lorenzo Sigaut Gravina, de la consultora Equilibra, el acuerdo debe ser pragmático en el sentido que encare los problemas de fondo de la economía, pero que tampoco genere una crisis política y social. “El acuerdo puede generar mejora de expectativas, caída de riesgo país y reducción de la brecha cambiaria. Pero no creo que baje la inflación porque alguna corrección cambiaria va a pedir el Fondo”, consideró.

Cabe destacar que antes de la evaluación del préstamo otorgado al gobierno de Cambiemos, el directorio del Fondo Monetario debatirá -el lunes 13 de diciembre- la política de sobretasas que aplica el organismo, otro de los pedidos formulados por la Argentina que sumó el respaldo de los países que integran el G20 y de otros foros multilaterales.

La importancia de esta cuestión radica en que una disminución en las sobretasas podría ayudar a la Argentina a disminuir en el futuro el costo de financiamiento del nuevo programa que alcance con el FMI.

Por último, Claudio Caprarulo, director de Analytica Consultora analizó qué sería alcanzar un buen acuerdo con el Fondo y dijo: “Dentro de los acuerdos posibles, hoy el mejor es aquel que ponga objetivos realizables y sostenibles de acumulación de reservas y reducción del déficit fiscal. Un sendero lento pero sostenido para revertir los desequilibrios que persisten en la economía. Que den el apoyo para hacer cambios estructurales por ejemplo en la regresiva estructura tributaria”.

Mientras que Federico Moll, de Ecolatina, afirmó que unas negociaciones fructíferas para el país son aquellas que “obliguen a los distintos grupos a definir políticas de largo plazo que tengan que ver con el sendero de política fiscal y monetaria, cambios estructurales en mercados particulares y algún mecanismo que los fuerce a atarse a ese compromiso”.

Fuente: Infobae

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