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Suba de tarifas, impuestos y tasas de interés: llega el ajuste para el FMI

ECONOMÍA 15/01/2022 Daniel Fernández Canedo*
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A poco de asumir la Presidencia, Alberto Fernández aseguró que nunca presentaría un plan porque, a su entender, todos los planes habían fracasado y, hasta ahora, viene cumpliendo su palabra, aunque la Argentina está muy lejos de considerarse una economía exitosa. 

Pero, más allá del envoltorio, y de la forma descoordinada que es una característica de la gestión, el Gobierno comenzó a alinear algunas variables importantes de acuerdo a lo que pide el Fondo Monetario Internacional en la negociación para un préstamo para refinanciar los US$ 44.000 millones del crédito que el organismo le otorgó al gobierno de Mauricio Macri.

En su comunicado de tono amigable del 10 de diciembre pasado en el que reconoció el rebote de la actividad económica de este año, el FMI pidió:

1) Reducir el déficit fiscal "gradualmente y en forma sustentable" y una limitación del "financiamiento monetario".

2) Una reducción progresiva de la brecha cambiaria (sin decirlo, evitó hablar de una devaluación brusca que sabe que al Gobierno lo inquieta permanentemente por el bajo nivel de reservas en el Banco Central).

3) Un pedido expreso de subir la tasa de interés en pesos por encima de la inflación para favorecer el ahorro en moneda nacional y un sendero de acumulación de reservas en el Banco Central.

El "Consenso Fiscal" que acordó el Gobierno con la mayoría de los gobernadores (en realidad, solo Horacio Rodríguez Larreta no lo firmó por el conflicto legal por la coparticipación que mantiene la Ciudad de Buenos Aires con la Nación) abre la puerta a la suba de impuestos en las provincias, con lo que se podría aliviar la caja nacional.

Otro tanto pasó con la aprobación en el Senado de los cambios del impuesto a los Bienes Personales, que a la postre deja una mayor presión impositiva para unos 15.000 contribuyentes manteniendo una tasa elevada para los activos de los argentinos en el exterior.

Al capítulo impositivo le siguió la última licitación de bonos de 2021 (fueron ocho) por parte del Tesoro en la que el ministro Martín Guzmán mostró empeño en conseguir fondos para no tener que pedirle al Banco Central de Miguel Pesce que acelere aún más la emisión de pesos y dispuso una suba de la tasa de interés.

El Tesoro logró una cantidad importante de dinero ($ 334.445 millones) y el 53% del monto está colocado a cortísimo plazo (fin de febrero) y a una tasa fija de 41% anual. El resto se lo llevaron casi todos los bonos ligados a la inflación, sobre la que no reside mucha expectativa de baja para 2022.

Hasta acá va la suba de impuestos y de la tasa de interés, aunque sobre este tema en el Gobierno están trabajando en un sistema que permita atraer a los tenedores de pesos con la mira puesta en la mayor presión que puede tener el dólar sobre el fin de enero y febrero por la enorme cantidad de pesos que está dando vueltas por la economía.

Después, el Gobierno dejó trascender, por otra vía que no fue la de Economía, que las tarifas de gas y luz subirán entre 17 y 20% en el primer trimestre de 2022, descongelando así una situación que viene desde el inicio de 2021.

El anuncio fue entre telones y sin grandes precisiones sobre el impacto de la "segmentación" de los usuarios que busca el Gobierno y que podría desembocar, según los trascendidos, en subas de hasta 400% en algunas boletas.

Suben los impuestos, suben las tarifas (buscan bajar los subsidios y financiar el costo alto de las importaciones de combustible) y también las tasas de interés. El ajuste en marcha en forma descoordinada y a los manotazos. ¿Y el dólar?

La aceleración de la inflación en diciembre (el costo de vida subiría por encima del 3%) consolida la idea de que el Banco Central no tiene previsto por ahora avanzar en contra del atraso cambiario.

El cepo se consolida por el bajo nivel de reservas (las "netas" rondan US$ 2.300 millones) y la suba del dólar blue del fin de 2021 renueva el foco sobre lo que pide el FMI, que es reducir la brecha entre dólares que supera el 100% y constituye un atractivo poderoso para subfacturar exportaciones en las puertas del ingreso de divisas de los agroexportadores.

Enero será un mes de testeo fuerte para la táctica cambiaria del Gobierno.

 

 

* Para Clarín

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