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Guerra en Ucrania: ¿afectará el crecimiento de Argentina y la meta de déficit pactada con FMI?

ECONOMÍA 27/02/2022 Mirta Fernández*
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La guerra entre Rusia y Ucrania amenaza con pegar en la performance del PBI de Argentina. La economía en 2021 creció 10,3% según el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) difundido días atrás por el INDEC, mientras que en diciembre aumentó 0,9% contra noviembre, y se expandió 9,8% interanual.

Sin embargo, las estimaciones privadas de enero muestran una desaceleración en el ritmo de la actividad. Según el sondeo de la consultora de Orlando Ferreres, la actividad económica en enero "mostró una expansión interanual del 6%, marcando una desaceleración respecto a las cifras del cierre del año pasado"

Asimismo, el relevamiento reflejó que la economía tuvo en enero una contracción de 2,1% respecto a diciembre.

"Esto se explica por la dinámica de los sectores productores de bienes, y en particular por la trayectoria del segmento agropecuario y la industria", señaló la consultora.

En el primer caso, dijo que "influye la menor participación de aquellos cultivos que tuvieron una buena cosecha en la presente campaña, mientras que las manufacturas se vieron afectadas por la caída en la división de maquinaria y equipo y los alimentos".

Además, aclaró que la caída brusca respecto a diciembre "está influenciado por lo sucedido en la industria, un indicador que debe tomarse con cautela en sus primeras estimaciones por el impacto de las paradas técnicas".

Además de la guerra, la pandemia

También hay que tener en cuenta que en enero se produjo una ola de contagios de Covid que impactó.

Aún no se conoce cuál será la meta de crecimiento económico para 2022 y la de los dos años siguientes que contemplará el acuerdo con el FMI.

Según un borrador del acuerdo que trascendió, el crecimiento comprometido con el FMI para este año se fijaría en un rango de entre 3,5% y 4%.

¿Cómo puede impactar la guerra Rusia-Ucrania?

Las perspectivas de crecimiento para 2022 de algunas consultoras son menores a la perspectiva oficial. Y además, los analistas advierten por el efecto económico que puede causar el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.

Sebastián Menescaldi, director de Eco Go, comentó a iProfesional que en la consultora "seguimos con un crecimiento proyectado menor esperado al del gobierno, que según el borrador del memorándum que trascendió con el FMI sería de 4% este año".

"Nuestra previsión es de un crecimiento 1,2%, el arrastre que deja el último trimestre de 2021 es de 3%. Nosotros estamos previendo caída por el efecto de la sequía, y por el balance ajustado que tenes en los dólares", explicó.

De todos modos, Menescaldi aclaró que "ahora hay que ver qué ocurre con la guerra y si el impacto en los precios es duradero o no, y como pega tanto en las exportaciones como en las importaciones pero hay que esperar un poquito más para saberlo".

Por su parte, Andrés Borenstein, economista de EconViews señaló que estiman para este año una expansión de 3,5%.

Cómo la guerra impacta en precios de granos y energía

En cuanto al impacto del conflicto bélico, el economista sostuvo que "los precios actuales (de las commodities agropecuarias) que hay que ver si se mantienen obviamente ayudan por un lado con todo lo que tiene que ver con (la recaudación) de retenciones, y complican la importación de gas".

La consultora FMyA también proyecta un crecimiento de la economía argentina de 3,5% para 2022.

"A pesar del conflicto, el viento de cola hacia Argentina siguió soplando. La reciente escalada de la soja arriba de u$s 600 mejoran las exportaciones del agro para 2022 en u$s 5.000 millones.Esto sumaría 0.3% PBI más de retenciones al fisco, suponiendo que los precios de febrero se mantienen por todo 2022 y no hay más recortes en la cosecha", calculó.

Según sus estimaciones, ese canal aportaría más dólares "que lo que quitarían las mayores importaciones de energía (-u$s1.000 millones) y los subsidios (0.2%PBI)".

 Igualmente, FMyA previno que "si el conflicto escala, los costos siempre serán mayores que los beneficios".

"Si bien Argentina 'sale ganando' por la suba de granos, una guerra siempre es negativo para un país vulnerable como el nuestro. Con aversión global y los capitales volviendo al centro, las monedas emergentes se devalúan y esto presiona al BCRA y a los dólares paralelos", advirtió.

Por su parte, Eugenio Marí, economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, dijo que estiman "un crecimiento del PBI para este año se en torno al 2,5%, pero gran parte se debe al arrastre estadístico que deja el 2021".

"Con la inversión sin reaccionar y con la economía ya alcanzando los niveles pre-pandemia, será difícil ver que el dinamismo continúe", alegó.

En este entorno, el economista aseveró que la guerra entre Rusia y Ucrania genera "mayor incertidumbre global que no es una buena noticia para nuestro país".

"Más que nada porque significará una mayor depreciación de las monedas emergentes, incluido el peso. A esto hay que sumarle los propios desequilibrios argentinos, lo que seguramente se traslade a mayores precios y costos de financiamiento".

En este marco, Marí auguró que "para financiar el déficit, el Tesoro probablemente deba pagar una tasa mayor y la inflación también será más alta".

"Al mismo tiempo, la suba en el precio del petróleo que superó los u$s100 por barril, significará un mayor costo para las importaciones de energía de este año", explicó.

Al respecto, el analista dijo que "se espera que estas tripliquen a las de 2021, y esto podría ir en detrimento de la meta de acumulación de reservas del BCRA, salvo que se acelere la devaluación del tipo de cambio regulado".

Por su parte, un informe de LCG destacó que "la economía se recupera pero la inflación empieza a preocupar todavía más por la posibilidad cierta de que se amplifique a futuro".

"Febrero nuevamente parece cerrar en torno al 4% mensual, y sobre esto deberá sumarse la corrección de tarifas (20% inicial en gas residencial anunciado.

para marzo, que aporta 0,3 pp de inflación directa) y las presiones inflacionarias del aumento de combustibles y alimentos a raíz de los eventos desatados por el Kremlin".

La consultora pronosticó que "cada vez luce más probable" una inflación anual al orden del 60% para 2022.

Además, LCG prevé que "el crecimiento de la actividad en 2022 presentará ciertas dificultades y se verá condicionado por la corrección de varios desequilibrios (fiscal y tarifario), vulnerando el crecimiento del consumo".

"Esperamos cierta desaceleración en el ritmo de recuperación en el corto plazo y un crecimiento anual de la actividad más bien en línea con el arrastre estadístico que dejó 2021", pronosticó.

En este contexto, los analistas advierten que se necesita un crecimiento mayor al que se registraría este año para cumplir con la meta comprometida con el FMI de reducción del déficit fiscal desde el 3% del PBI registrado en 2021 a 2,5% del PBI este año y que simultáneamente haya un aumento real (esto es neto de inflación) del gasto público que es el escenario que pregona el ministro de Economía Martín Guzmán.

¿Cuánto debería crecer el PBI para cumplir con el escenario de Guzmán?

La consultora PxQ analizó que "en la situación actual, para que eso ocurra tiene que tener lugar un crecimiento de la economía y, al mismo tiempo, una expansión de los ingresos tributarios que acompañe ese crecimiento"

"Si se supone que los ingresos públicos (excluyendo de la base de comparación de 2021 el aporte extraordinario de las grandes fortunas que no estará presente en 2022) crecen en la misma proporción que el PIB real, entonces se necesitaría un crecimiento mayor a 5% en 2022 para que se cumpla de manera simultánea la meta fiscal y la premisa de crecimiento del gasto real en 2022", calculó.

La consultora planteó que "si por otro lado, se toma como dato la proyección de crecimiento real del PBI del FMI para Argentina de 3,5% -según el último informe de perspectivas del organismo- se necesitaría una mejora de por lo menos 0,3 puntos porcentuales de los ingresos totales del sector público para que el gasto real no caiga en 2022 y se cumpla la meta del FMI".

"Dado que la dinámica de los ingresos tributarios está vinculada a la performance de la actividad, cuanto mayor crecimiento real se logre será más probable cumplir la meta del FMI y que a la vez crezca el gasto real. Dado el arrastre estadístico que deja del PBI para 2022 (en torno a 2,7%), si el programa con el FMI contribuye a estabilizar la economía, tal situación sería factible", juzgó.

¿Se podrá evitar ajuste real del gasto?

Borenstein aseguró que en la actual coyuntura "no nos parece que el crecimiento de 2022 pueda ser suficiente para bajar el déficit, así que va a tener que hacer ajustes".

Marí concordó que por el panorama antes descripto "es difícil pensar un escenario donde Argentina se acerque a la meta de déficit fiscal del FMI sin realizar ajustes en el gasto real".

En sintonía, Claudio Caprarulo, director de Analytica, consideró que "no es factible" el escenario que promete Guzmán y proyectó que "sin una caída del gasto, el déficit primario para este año será del 3,5% del PBI".

"El escenario que plantea Guzmán no es posible porque para crecer más necesitas un nivel de importaciones que no es compatible con la acumulación de divisas que pretende el FMI y también con los dólares que puede conseguir hoy la Argentina", razonó.

A su vez, Menescaldi subrayó que "la reducción del déficit lo vemos desafiante por varias cuestiones, el arrastre que deja los salarios de 2021 y el dato de enero es muy elevado, va a crecer en promedio casi 80%, con lo cual hay un componente del gasto que va a crecer bastante"

Menescaldi acotó que "después está el tema subsidios, con las subas (de tarifas) que dio hasta ahora y con el incremento de costos con suerte mantiene los niveles de subsidios, no los baja".

"Con respecto a la reducción del gasto, ahí tienen algunos trucos, por un lado hablan del gasto neto de Covid, es algo indefinido, ahí pueden jugar con eso, y hablan en términos reales, es decir deflactado por los precios al consumidor, no en términos del PBI, puede llegar a cumplirse depende de cómo sea que armen el número", especuló.

Para Caprarulo, "el escenario donde no reducis el gasto real no existe".

El economista comentó que "nosotros veníamos planteando que es factible reducir el déficit primario a 2,5%, porque hay margen para recortar partidas de Covid 19".

"Pero proyectábamos que esa reducción de 0,5 puntos del PBI en el déficit vendría también de la mano de un ajuste de la tarifas de energía que permitiría reducir los subsidios energéticos", aclaró.

Al respecto, el economista enfatizó que "hoy ese escenario de reducción de subsidios energéticos lo ponemos más en duda principalmente porque la guerra entre Rusia y Ucrania va a hacer que sigan aumentando todavía más el precio del petróleo y gas, eso lo que va a implicar son mayores costos de importación para Argentina"

Ante ese panorama, Caprarulo sostuvo que "para que los subsidios energéticos caigan el aumento de tarifas deba ser todavía más alto del que se pronosticaba en un contexto en el que ya el gobierno, o al menos una parte del oficialismo presiona muy fuerte para que esa suba no sea más de 20% en el año".

Por su parte, Federico Moll, director de Ecolatina, sostuvo que por el conflicto bélico "los commodities sí van a afectar la dinámica local".

"Por un lado Argentina disfrutará de mayores precios de sus exportaciones, pero también pagará más caro el gas. Creemos que en el neto hay un beneficio que puede llegar a las cuentas públicas, ayudando a que el ajuste que deberá hacer Guzmán se reduzca levemente", manifestó.

De todas maneras, Moll fundamentó que "con un gasto previsional y salarial creciendo en línea con la inflación pasada solo una aceleración inflacionaria puede ayudar al gobierno a cumplir con las metas sin ajustar sobre las otras líneas del gasto".

 

 

* Para www.iparofesional.com

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