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Los cuatro obstáculos políticos que pueden trabar la sanción del acuerdo con el FMI y causar otro default en la Argentina

POLÍTICA 07/03/2022 Román Lejtman*
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Alberto Fernández pondrá a prueba su capacidad de negociación política durante el tratamiento y debate parlamentario del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que permite refinanciar la deuda de 44.000 millones de dólares que contrajo Mauricio Macri en 2018. Si el Presidente falla en su intento de lograr que ambas cámaras aprueben el Staff Agreement, su gabinete implosionará, la economía se transformará en un acontecimiento distópico y la Argentina -otra vez- caerá en default con el Fondo.

Para evitar este escenario verosímil, Alberto Fernández debe superar cuatro obstáculos políticos que ya están a la vista:

1. La Cámpora o el fuego amigo

Un miércoles a la noche, en pleno verano, Alberto Fernández y Máximo Kirchner cenaron a solas. Fue una comida rancia, cruzada por acusaciones mutuas, que el líder de la Cámpora contó en detalle a militantes y aplaudidores de probada supervivencia.

Durante el cónclave, Máximo cuestionó la lógica macroeconómica que negociaba Martín Guzmán con Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI. Y con el plato principal servido disparó sin respeto político ni institucional: “Te aclaro que yo no estuve de acuerdo con tu candidatura”, le enrostró el diputado nacional.

Máximo es fiel a sus ideas y maneja la estrategia política como el Vietcong antes de la ofensiva del Tet. Acumula fuerzas, se mantiene en silencio y ataca con sorpresa cuando nadie lo esperaba: así escribió la carta anunciando que renunciaba a la jefatura del bloque de diputados y explicitando que no compartía la negociación que ejecutaba Guzmán bajo órdenes presidenciales.

En este contexto de ofensiva plena contra el jefe de Estado, no sorprendió que La Cámpora posteará en las redes sociales un vídeo con discursos de Máximo Kirchner criticando al Fondo, y por elevación, al gobierno peronista.

El clip apareció en las redes sociales cuando se anunció oficialmente que se había firmado el Staff Agreement.

La cena a solas con Alberto Fernández, su carta de renuncia y el vídeo de La Cámpora son señales que exhiben la posición de Máximo frente al debate del acuerdo en la Cámara Baja. El diputado Kirchner no tiene intenciones de prestar su organización política a favor del Staff Agreement que logró la Casa Rosada.

En el clip posteado el viernes, hay una frase de Máximo que muestra su caracter y su mirada sobre la trayectoria histórica que los dirigentes deben respetar en momentos claves.

El hijo del presidente peronista mira a la cámara y apretando los dientes dice: “Nosotros entramos a Olivos cuatro, y nos fuimos tres. Y con la esperanza firme de que estas políticas no iban a volver”.

Alberto Fernández tiene la bancada de diputados partida, y esta contingencia política implica una fuerte condicionalidad al acuerdo que pretende sancionar antes que venza -hacia fines de marzo- un pago de 2.800 millones de dólares que comprometió Macri durante su presidencia.

2. Juntos por el Cambio o la crisis de Los Balcanes

El Gobierno envió al Congreso un proyecto de ley que tiene 140 páginas, divido en cinco secciones: el mensaje presidencial, la norma de cuatro artículos, un exposición de motivos y dos adjuntos (memorando de políticas económicas y financieras y memorando Técnico de Entendimiento).

El mensaje de Alberto Fernández contiene una crítica furibunda al programa acordado por Macri con el FMI, solicita el tratamiento urgente del Staff Agreement, defiende su plan negociado con Kristalina Georgieva y recuerda los vencimientos que no se podrán pagar sin el aval del board del Fondo.

La línea argumental del mensaje presidencial atenta contra la posibilidad de lograr un acuerdo con el PRO, que tiene peso propio en la coalición opositora.

Alberto Fernández escribió:

“El acceso bajo el acuerdo Stand-By más grande de la historia del FONDO MONETARIO INTERNACIONAL ascendió, después de un aumento posterior a su firma, a una suma de Derechos Especiales de Giro (DEG) equivalente aproximadamente a DÓLARES ESTADOUNIDENSES CINCUENTA Y SIETE MIL MILLONES (USD 57.000.000.000) lo que representaba el MIL DOSCIENTOS SETENTA Y SIETE POR CIENTO (1277 %) de la cuota de la REPÚBLICA ARGENTINA en el Organismo.

Como producto del proceso de endeudamiento público, mayormente en moneda extranjera y a corto plazo, la situación financiera pasó a ser especialmente crítica. El proceso de endeudamiento público combinado con la fuerte devaluación del peso de los años 2018 y 2019 disparó la ratio de deuda pública a PIB, la cual pasó del CINCUENTA Y DOS COMA SEIS POR CIENTO (52,6 %) en el año 2015 al OCHENTA Y OCHO COMA OCHO POR CIENTO (88,8 %) a finales de 2019, alcanzando una carga de vencimientos en moneda extranjera insostenible en función de la capacidad de repago de la REPÚBLICA ARGENTINA.

Con todos los indicadores macroeconómicos deteriorados, el propio FONDO MONETARIO INTERNACIONAL, en su evaluación ex post del acceso excepcional en el marco del Acuerdo Stand-By de 2018, reconoció el fracaso de las políticas implementadas, admitiendo que no se logró alcanzar ninguno de los objetivos que se habían planteado, tanto en la esfera económica como en las esferas social y financiera.

Este programa de 2018 partió de 3 (TRES) grandes errores en su concepción:

(i) No planteó una reestructuración de la deuda insostenible en moneda extranjera con acreedores privados;

(ii) No definió un esquema de regulaciones de los flujos de capitales entre fronteras para evitar que el préstamo se utilizara para formar activos externos y se financiara así la formación de capitales en el exterior, generando daños a la sostenibilidad de la balanza de pagos

(iii) En su diagnóstico, la inflación era un fenómeno puramente monetario y, en consecuencia, el gobierno nacional no planteó la construcción de una agenda cooperativa entre el sector público y el privado para poder implementar políticas de precios e ingresos que contribuyesen a que las expectativas que movilizan los precios tuvieran un comportamiento más estable.

Por todo lo expuesto, apelando a la responsabilidad institucional de cada uno y cada una de los diputados y las diputadas, de los senadores y las senadoras, se solicita el tratamiento urgente de este proyecto de Ley por el cual se aprueba el Programa de Facilidades Extendidas a efectos de refinanciar la deuda existente entre la REPÚBLICA ARGENTINA y el FONDO MONETARIO INTERNACIONAL.

Como resulta de su contenido, se han tomado las mejores opciones disponibles dentro de las limitadas herramientas previstas en el portafolio de programas del FONDO MONETARIO INTERNACIONAL, de modo que se evite que la REPÚBLICA ARGENTINA incurra en atrasos con el Organismo, lo que generaría un daño inconmensurable a la recuperación del país post crisis económica y en el marco de la pandemia en la que aún estamos inmersos”.

Los principales dirigentes del PRO, con Macri encabezando, cuestionaron el análisis político y económico que planteó Alberto Fernández en su mensaje previó al texto de la Ley FMI. Pero las críticas llegaron hasta el infierno cuando leyeron la exposición de motivos del acuerdo con el Fondo que escribió y firmó Guzmán.

En su exposición de motivos, el ministro de Economía planteó:

“La REPÚBLICA ARGENTINA está transitando un camino de recuperación que debemos consolidar. Los indicadores de la industria, el empleo y la inversión comienzan a superar los niveles previos a la pandemia, lo que nos permite proponernos el objetivo de una segunda etapa de recuperación en 2022, reparando las heridas de la crisis macroeconómica de 2018-2019 y la crisis sanitaria de 2020.

Para tener dimensión de lo que significó este acuerdo, en el año 2020, en el marco de la pandemia que sufría toda la humanidad, el FMI asistió a más de 80 países realizando desembolsos netos por aproximadamente USD 50,0 miles de millones en todo el mundo. El esfuerzo del organismo para todos estos países en el contexto de una de las peores crisis de la historia reciente de la humanidad, fue equivalente al programa sin precedentes acordado con la REPÚBLICA ARGENTINA en 2018.

El monto total desembolsado finalmente alcanzó cerca del 1.000% de la cuota de Argentina en el FMI. Argentina recibió el mayor préstamo de la historia del FMI, incluso superando experiencias anteriores como la de GRECIA en 2013 o la de la REPÚBLICA PORTUGUESA en 2014. La exposición a un solo país también fue inédita: a fines de 2019, el préstamo otorgado a Argentina representaba el 47,6% de la cartera del FMI.

Al revisar la evaluación inicial de Acceso Excepcional, el diseño del Programa y sus cuatro revisiones iniciales, queda claro que el foco del Programa 2018 era buscar la manera de continuar financiando las prioridades políticas de la administración anterior. El análisis de la naturaleza de la crisis de la balanza de pagos que enfrentaba Argentina, junto con el diagnóstico y las políticas, fueron entonces ´orientados a resultados´.

Esto implicó que la estructura del Programa estuviera mal armada.

No se trataba de que se evaluara la forma más eficaz de abordar la crisis de la balanza de pagos con miras a superarla, sino que el objetivo real era mantener las políticas elegidas, es decir el “modelo económico y político” adoptado por la administración en ejercicio, a toda costa y con financiamiento del FMI. El resultado final fue que los recursos del FMI terminaron generando una deuda insostenible y financiando una fuga de capitales masiva”.

La mesa de conducción de Juntos por el Cambio debatirá hoy la posición política frente al acuerdo cerrado por el Gobierno con el Fondo. La UCR -conducida por Gerardo Morales- y la Coalición Cívica -monitoreada por Elisa Carrió-, consideran que la oposición debe facilitar la aprobación del Staff Agreement en el recinto de Diputados.

Macri, Patricia Bullrich y Los Halcones piensan lo contrario. No se conoce aún la posición definitiva de Horacio Rodríguez Larreta y de sus aliados propios -María Eugenia Vidal y Diego Santilli, por ejemplo-.

Si el PRO decide no dar quórum en la sesión del jueves, y votar en contra al final del debate, el acuerdo corre peligro de muerte.

3. La Ley FMI es un corset político

El proyecto enviado por el Poder Ejecutivo tiene cuatro artículos, y la crítica del PRO apunta a su artículo segundo.

“ARTÍCULO 1º.- Apruébase, en los términos del artículo 2° de la Ley N° 27.612, el Programa de Facilidades Extendidas a efectos de refinanciar la deuda existente entre la REPÚBLICA ARGENTINA y el FONDO MONETARIO INTERNACIONAL, correspondiente al Acuerdo Stand By suscripto en el año 2018.

ARTÍCULO 2°.- A los fines del artículo 1°, se acompañan el “Memorando de Políticas Económicas y Financieras” y el “Memorando Técnico de Entendimiento”, como Anexos IF-2022-20313101-APN-SLYA#MEC e IF-2022-20313142-APN-SLYA#MEC, que componen el Programa de Facilidades Extendidas mencionado en el artículo precedente y que forman parte integrante de la presente ley.

ARTÍCULO 3º.- La presente ley entrará en vigencia en el día de su publicación en el BOLETÍN OFICIAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA.

ARTÍCULO 4°.- Comuníquese al PODER EJECUTIVO NACIONAL”.

Ciertas autoridades parlamentarias de la oposición, entre ellos Mario Negri (UCR) y Cristian Ritondo (PRO), solicitaron a Sergio Massa que los artículos de la Ley FMI no implicaran un aval político de Juntos por el Cambio al programa cerrado por Guzmán con el Staff del Fondo.

El Presidente de la Cámara de Diputados hizo su mejor esfuerzo, pero se trataba de una premisa de cumplimiento imposible. La refinanciación de la deuda contraída por Macri se logra por la promesa de cumplir determinadas metas económicas y financieras, y la sanción de la Ley FMI significa votar un paquete completo.

No hay manera de habilitar la refinanciación de los 44.000 millones de dólares concedidos a Macri sin apoyar el Memorando de políticas económicas y financieras y el Memorando Técnico de Entendimiento.

Así lo establece el artículo 2 del proyecto que tratarán los diputados el próximo jueves.

“Ahora algunos dicen yo quiero el financiamiento, pero no me hagas votar las políticas. No existe. A ver si se entiende: el financiamiento está asociado a un acuerdo de políticas económicas y financieras. Es una sola cosa”, explicó Guzmán ante una consulta periodística.

Entonces, Alberto Fernández deberá encontrar un punto de contacto entre su necesidad de sancionar la Ley FMI, y la flexibilidad que ofrece la Coalición Cívica y una alicuota del radicalismo para lograr un acuerdo político que satisfaga los intereses de ambas partes.

A este acuerdo no se sumarán los diputados del PRO, que dudan de Massa y desconfían del Presidente.

Si el jefe de Estado logra los votos de su bloque menos La Cámpora, y suma la adhesión de Carrió y Morales, la iniciativa del FMI podría obtener media sanción de Diputados durante la mañana del viernes 11 de marzo.

4. La Vicepresidente y su jugada secreta

No hay un sólo integrante de la clase política que conozca el funcionamiento legal del Congreso como Cristina Fernández de Kirchner. Ella fue diputada y senadora, y la exégesis parlamentaria es el núcleo duro de su estrategia frente al acuerdo que Alberto Fernández cerró con Kristalina Georgieva.

CFK no quiere ser Carlos “Chacho” Álvarez ni Julio Cobos, pero tampoco adelantó al Presidente que hará todo lo necesario para sancionar la ley FMI antes que comience el otoño en la Argentina.

Cristina sabe que entre el 21 y 22 de marzo hay que pagar 2.800 millones de dólares. Y sin Ley FMI no hay acuerdo del directorio del Fondo, que permitiría acceder a un desembolso de 9.800 millones de dólares en Derechos Especiales de Giro (DEG´s).

Ese desembolso, tras la sanción de la ley y el okey del board, evitaría que Argentina caiga en default.

La media sanción de Diputados de la Ley FMI llegaría al Senado el viernes 11 de marzo. Si CFK tuviera voluntad política -que aún no demostró- se podría sancionar el jueves 17, y permitir que un día después el directorio del Fondo apruebe el programa argentino.

En este caso, el desembolso del FMI por 9.800 millones de dólares llegaría en tiempo y forma a las reservas del Banco Central. Y el 21 y 22 de marzo se podría cancelar la deuda de 2.800 millones de dólares que acordó Macri en 2018.

Es decir: la Vicepresidente controla la disyuntiva política de apoyar a su Gobierno o poner al país en default. Alberto Fernández, el Presidente, aún no sabe qué hará.

 

 

* Para www.infobae.com

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