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Hugh Hefner tenía mansiones “en las sombras” donde explotaba mujeres que no llegaban a Playboy

ESPECTÁCULO 17/03/2022 Carola LEVI
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Detrás de la mansión de Playboy había un entramado oscuro que, poco a poco, va saliendo a la luz como nunca antes. El magnate Hugh Hefner tenía una red clandestinas de casas en Los Ángeles donde llevaba a mujeres que no lograban quedar seleccionadas para ser conejitas. Allí, muchas de ellas eran explotadas y abusadas.

La información se conoció en un nuevo episodio del documental Secrets of the Playboy Mansion a través del testimonio de Jennifer Saginor, la hija del médico personal del magnate, Mark Saginor.

Cómo era la red clandestina de “mansiones oscuras” que tenía Hugh Hefner
De acuerdo a Saginor, que habló en el episodio “The Shadow Mansions”, Hefner “traficaba mujeres” que llegaban a su mansión principal de Holmby Hills para intentar competir en la búsqueda de ser conejitas. Muchas de las que no lograban pasar los primeros filtros iban a otras casas, propiedad del magnate, que estaban construidas casi como un espejo de la principal.

“Era como un movimiento depredador en el que estas chicas que no lograban entrar a Playboy eran arrastradas a este sistema clandestino”, aseguró Saginor, cuya declaración fue ratificada por varias exmodelos, empleados y personas que fueron a esas fiestas.

Durante la etapa en la que Hefner estuvo casado con Kimberley Conrad, entre 1989 y 1999, el empresario dejó que se alimentara alrededor de él este sistema. En ese momento, las fiestas en la casa más grande frenaron la velocidad y las “minimansiones” se fortalecieron. “Eran como clones de la mansión de Playboy a menor escala”, agregó.

Cómo era el sistema para explotar mujeres en las “mansiones oscuras” que tenía Hugh Hefner
Una asistente habitual de las fiestas, Jennifer Hatten, comentó: “La competencia era muy dura para ser una conejita, por lo que solo un puñado lo lograba. El resto que se escapaba era aprovechado”.

   

Saginor explicó cómo era el sistema de Hefner y sus secuaces para atraer mujeres a esas casas. “Estos cazatalentos invitaban a estas chicas a estas minimansiones para fiestas de “agencia de modelos”. Después les ofrecían un lugar para vivir y contratos de modelaje”, afirmó.

Hatten aportó parte de su experiencia de lo que pasaba en esas fiestas. “Ni bien entrabas, todos los hombres se acercaban y te ofrecían líneas de cocaína o éxtasis. Si lo rechazabas, te tiraban en la cara champagne, quién sabe qué tenía adentro. Evidentemente, el espíritu que había no era el modelaje”, lanzó.

La hija del médico personal de Hefner recordó, incluso, que las figuras más importantes de Playboy también eran “descartables” como cualquier chica ignota. “Así es como funciona, incluso para alguien como Anna Nicole Smith. Se usan durante un cierto período de tiempo, luego son fácilmente desechables”, aseguró.

   Rachel Myers, otra mujer habitual en las fiestas de la casa de Hefner, remarcó que para ella “hubo un comportamiento aprendido en la mansión principal”. “Estos hombres sabían cómo manipular”, dijo. Saginor asintió y amplió: “Era una mentalidad. Las chicas eran otra forma de juego para ellos”.

Cómo eran las “noches de cerdos” que organizaba Hugh Hefner en la mansión de Playboy
El documental arrojó datos hasta ahora desconocidos sobre Hefner, desde que se estrenó hace más de un mes. De acuerdo a los testimonios que se vieron, el magnate convocaba una vez por semana a sus más íntimos para que “hicieran lo que quisieran” en lo que llamaba “noches de cerdos”.

A su vez, llamaba a varias trabajadoras sexuales que, según sus parámetros, “eran feas”. Después, se las “ofrecía” a sus amigos. Uno de los testimonios asegura que a Linda Lovelace, la estrella porno del film Garganta profunda, la trataban “como a un pedazo de carne”.

Una de las historias que supuestamente ocurrió con ella es aberrante: aseguran que la obligaron a darle sexo oral a un pastor alemán mientras todos los hombres festejaban.

Sondra Theodore, expareja de Hefner y que fue una de las conejitas de Playboy más conocidas en su momento, recordó que había sexo grupal cinco veces por semana, dentro de la mansión. “Me rompieron como si fuera un caballo”, lanzó.

Fuente: TN

   

   

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