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Dólar en baja: que hay detrás de la caída de la cotización libre

ECONOMÍA 12/04/2022 David FRENKEL
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El dólar libre cayó esta mañana a $195 por unidad, su valor más bajo en casi 6 meses, en medio de la expectativa por un dato de inflación de marzo que promete sacudir al Gobierno y genera incertidumbre respecto de la capacidad oficial para estabilizar el frente macro. A pesar de este escenario negativo, el frente cambiario se mantiene calmo. Y los especialistas ensayan sus explicaciones para el presente del billete y las expectativas que se pueden entrever para el futuro inmediato.

El “blue” pierde $27,50 desde su máximo de enero pasado, cuando alcanzó un pico en medio de las dudas respecto al pago de un vencimiento ante el FMI que debía enfrentar la Argentina. Desde entonces, y programa con el organismo internacional mediante, la cotización no ha parado de caer. Y más aún en términos reales, ya que la baja se dio a la par de algunos de los peores datos de inflación mensual de la administración de Alberto Fernández.

 
La baja del dólar en el mercado informal fue acompañada por movimientos similares entre los tipos de cambio financieros. El dólar MEP, que es el costo implícito por dólar de comprar un bono para luego revenderlo a cambio de dólares en el mercado local, pierde más de $33 respecto de aquél pico de incertidumbre de enero y ronda los $190. Y el dólar contado con liquidación, una operación similar a la del MEP pero en la que la reventa del bono a cambio de dólares se hace en el mercado externo, perdió más de $41 para caer por debajo de los $190 en la actualidad.

¿Qué es lo que está hundiendo a las cotizaciones paralelas?
En lo inmediato -y siempre con una visión de corto plazo ante un mercado financiero volátil- hay cinco motivos que pueden determinarse detrás de la baja reciente de los dólares alternativos:

1) Liquidación del agro. Este es un factor estacional. En el segundo trimestre del año se concentran las exportaciones de granos y derivados industriales. Una puntual abundancia de divisas produce una disminución de las expectativas de devaluación. Y esta distensión se traslada a todos los segmentos del mercado, incluso el informal.

Es de esperar que 2022 venga con un “pan bajo el brazo”, con registros máximos históricos de exportaciones para el sector agrícola, apuntalados por los elevados precios internacionales de estos productos.

La Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) informó que en marzo el sector liquidó USD 2.984 millones, el mejor registro para ese mes de los últimos 20 años. Y el ingreso de divisas acumulado de la agroexportación en el primer trimestre alcanzó los USD 7.926,08 millones, un 80% por encima del promedio histórico, según cálculos de Invecq Consultora Económica.

2) Altas tasas en pesos. Por efecto de una inflación que alcanzó el 4,7% en febrero, y se prevé por encima del 6% para marzo, el Banco Central ya aplicó en el primer trimestre tres alzas de tasa de Política Monetaria, ahora en el 44,5% nominal anual, que se transforma con la permanente renovación de los vencimientos en una tasa efectiva del 54,85% anual. Y el mercado especula con que en los próximos días se podría ver una más, la cuarta del año.

Esta tasa, que se aproxima a la inflación esperada, se traslada a todos los rendimientos del sistema financiero. Eleva las tasas de los depósitos a plazo fijo y tiende a converger con la tasa ofrecida por el Tesoro para sus colocaciones de deuda pública.

Si la expectativa de devaluación en los próximos meses es inferior a la tasa de retorno por inversiones en pesos, hay fondos que desarman posiciones en dólares para colocarlos en instrumentos en pesos, lo que se llama “carry trade”, un gran negocio de corto plazo, aún si se pierde contra la inflación, pues resulta en ganancia cuando se la mide en “moneda dura”.

En los últimos día, sin embargo, esa diferencia entre tasa de suba del dólar y tasa de referencia entró en problemas. El ritmo de avance del dólar oficial fue mayor al del premio que dan las colocaciones en pesos por lo que el Banco Central deberá tomar una decisión: o sube la tasa o reduce el ritmo de avance del dólar oficial.

3) Acuerdo con el FMI. La rúbrica de este entendimiento para postergar con cuatro años de gracia los voluminosos vencimientos de deuda con el organismo no solamente despeja los pagos y libera de estos compromisos a las reservas del Banco Central, también mejora el panorama financiero para los bonos soberanos y las acciones argentinas.

En este sentido, pesos sobrantes incorporan estos títulos bursátiles en cartera en vez de refugiarse en la tradicional cobertura del dólar. Esa merma de liquidez quita presión a la demanda de divisas e influye en la presente baja de precios.

4) Sobredolarización y falta de crédito. No pasa desapercibido que antes del anuncio del acuerdo con el FMI, el pasado 28 de enero, tanto los dólares operados a través de activos bursátiles como el dólar “blue” anotaron sus máximos históricos. El “contado con liqui” estuvo negociado a $231 y el dólar informal, a $222,50, debido a una demanda que se recalentó por la incertidumbre financiera.

Confirmado el acuerdo, después del trámite legislativo y la firma del propio directorio del FMI, muchos de esos dólares regresaron al mercado a través de operaciones bursátiles, que decantaron en una caída en un rango de 11% a 17% para las cotizaciones alternativas al “cepo”.

Más aún, según especialistas, la caída en el crédito al sector privado que se genera por la cada vez mayor dependencia del Tesoro de sus colocaciones en pesos en el mercado local para financiar la diferencia entre sus ingresos y sus gasots reduce el crédito disponible para privados, que se ven forzados a financiarse con dólares atesorados.

5) El real brasileño al rescate. Un indicador muy importante a tener en cuenta a la hora de prever el ritmo de devaluación del peso tiene que ver con la evolución del real brasileño. Si el real cae poco frente al dólar o se revalúa, habilita al Banco Central argentino a suavizar la suba del tipo de cambio oficial, que es el que se refleja en el precio del dólar mayorista. Esto se debe al peso relativo de Brasil en la balanza del comercio exterior argentino.

En 2022, el precio del dólar en Brasil se desplomó un 15%, desde los 5,70 reales el 30 de diciembre a 4,70 reales este lunes. Ese es el principal motivo por el cual el BCRA permitió una suba del dólar oficial del 9% en el transcurso de 2022, bien por debajo de la inflación doméstica (se estima por encima del 12% en el primer trimestre), pues la Argentina aún mantiene su competitividad respecto de su principal socio comercial, pese a la “apreciación real” del peso respecto del billete norteamericano.

“Poniendo el foco en los flujos comerciales, el tipo de cambio real multilateral de Argentina indica un nivel de competitividad cambiaria aceptable. La serie de Tipo de Cambio real Multilateral (TCRM) está actualmente en un nivel intermedio, entre el máximo registrado en junio de 2002 -mayor depreciación real- y el mínimo de noviembre de 2015 -mayor apreciación real-”, detallaron los expertos de Quantum Finanzas.

Fuente: Infobae

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