“Me violenta que me toquen la axila”, el trauma de Analía Franchín por un duro momento vivido en la infancia

Analía Franchín se muestra como una mujer muy fuerte y decidida, pero en su interior tiene temores y angustias del pasado que se reflejan en sus acciones aunque nadie lo note. Invitada al programa Podemos Hablar, la actriz y panelista reveló sus secretos más íntimos.

“Casi no pude ser niña”, comenzó su relato, acerca de sus problemas infantiles que aún hoy la atormentan. “Desde muy chiquita tuve que ser grande, siempre tuve que ser adulta”, definió. Y explicó los motivos: su madre sufrió una tremenda depresión que la marcó a fuego: “Me tocó encontrarla a mí, fue una situación muy ‘heavy’ para mi cabeza de 11 años”, detalló.

Consultada por Andy Kusnetzoff, Analía Franchín contó que siempre fue muy miedosa: “Yo salía al patio de mi casa a ver si venía el hombre gato”, reveló, porque su madre lo usaba como latiguillo para asustarla. “Siempre a través del miedo”, agregó.

Y eso explica su situación actual: “Gran parte de todos mis miedos o mis fobias vienen de ahí”, admitió. Y reveló que en la actualidad tiene algunas conductas obsesivas. “Tengo (tocs); algunos se exacerban con el tiempo otros se te disparan cuando tenés un hijo”, analizó.

La participante de MasterChef La Revancha dio un claro ejemplo: “Empiezo a flashear: ¿Y el día que mi hijo salga? ¿Y si le pongo un chip, lo duermo y le pongo un chip?”, conto que llegó a plantearse. Pero afortunadamente está muy bien contenida por su psicóloga, a quien mandó un cariñoso saludo, que le está enseñando a “soltar” a su hijo, a respetar su crecimiento e intimidad.

Luego reveló otra conducta extraña, que tiene que ver con el contacto corporal: la altera que le toquen las axilas. “Me genera un nivel de angustia y violencia, la axila. Vos me tocás la axila y yo te puedo llegar a lastimar no puedo ver que vos te toques la axila ni yo tocársela a mi hijo”, aseveró.

Andy le preguntó cómo hace con el desodorante (“pregunta tonta, admitió”), al o que Analía Franchín explicó que se lo pone de lejos, sin tocarse, y que hasta tiene problemas para depilarse.

Pero luego admitió que el problema con al axila es uno de los menos importantes, y reveló, por ejemplo, que necesita controlar permanentemente que no haya dejado las hornallas encendidas. “Todas las noches, como veinte minutos, hago un raid”, afirmó. Pero también se mostró feliz y orgullosa de estar superándolo paulatinamente: “En los últimos meses mi coreografía de las hornallas duró un poco menos”, celebró, y contó cómo se mueve de una forma específica cuando controla el gas.

La actriz habló también del “toc del pensamiento”, que considera más violento. Es cuando se instala una idea en el cerebro y no se puede pensar en otra cosa, y siempre está relacionado a los miedos con los seres queridos. Y pidió: “Hay que hacer algo urgente con la ley de salud mental”.

Fuente: la100.cienradios.com