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Crecen las perspectivas a la baja en el precio de la soja: ¿una oportunidad para el Banco Central?

ECONOMÍA 24/06/2022 Virginia PORCELLA
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En un jueves negro para los mercados del mundo, que asestó también un duro golpe a los activos argentinos, se consolidó otra mala noticia para la Argentina que, paradójicamente, podría entreabrir en el corto plazo una ventana de oportunidad para el Banco Central.

En medio del temor a un enfriamiento de la economía y una caída de la demanda a nivel mundial, el precio de las commodities, tanto granos como petróleo, comenzó a moderarse. En el caso puntual de la soja, cerró ayer en USD 585 la tonelada con una baja de 3,6% y acumula casi 10% de caída desde su pico hace menos de 15 días, cuando cotizó a USD 647. Nada que festejar, en principio, para la economía local.

Sin embargo, ávido de los USD 2.500 millones en granos que los exportadores están reteniendo según las declaraciones del titular del BCRA, Miguel Pesce, la baja actual y, tal vez, la perspectiva de una tendencia bajista, sea el incentivo que los funcionarios no terminaban de encontrar para animar a los productores a vender esas tenencias. La brecha cambiaria y la expectativa eterna de devaluación hace que ese eventual estímulo no sea tan contundente pero lo cierto es que hay un cambio en el panorama.

Hasta hace pocas semanas, había consenso en el mercado en cuanto a que los precios de las commodities transitaban un ciclo de precios altos que sería largo, lo cual funcionaba como reaseguro para los productores agropecuarios. No se descartaba, incluso, que los precios registraran subas aún mayores ya que, por ejemplo la soja, alcanzó los niveles récord de 2012 pero, en términos reales, ese precio estaba muy por debajo del de hace 10 años. Es decir, ajustados por la inflación global, se presumía que los precios de los granos aún tenían recorrido alcista. Pero ese escenario cambió. El endurecimiento de las políticas monetarias en Estados Unidos y también en Europa instalaron el miedo a una inminente recesión que se reflejó rápidamente en una corrección de precios. Dicho de otro modo, tal vez los productores argentinos que aún conservan, según Pesce, parte de su cosecha sin liquidar, no obtengan en el futuro precios mejores a los actuales.

“Las materias primas siguen en modo ajuste, reflejando los temores por el nivel de actividad futuro. También las materias primas agrícolas”, detalló el último informe diario de Delphos Investment. Así, podría darse la paradoja de que una caída en el precio de la soja resulte en un beneficio transitorio para el Banco Central, acuciado por la imposibilidad de acumular dólares en las reservas.

Con todo, la oportunidad es difusa. Retórica al margen, en el Gobierno reconocen que el contexto no favorece una liquidación aún mayor. El atraso del tipo de cambio y la brecha cambiaria amplia son el principal factor de desaliento. Como única herramienta y sin grandes expectativas, el Banco Central relanzó ayer el “plazo fijo chacarero”, mejorando las condiciones de renovación. Podrán constituirlos tanto personas como empresas con actividad agrícola y su rendimiento está relacionado al valor de los cereales u oleaginosas y del dólar. Su monto no podrá superar hasta dos veces el valor total de las ventas registradas en el año.

“Si los productores observan una tendencia bajista es probable que haya una parte que se liquide buscando precios más altos. Pero del otro lado tenés el efecto brecha, que juega en sentido contrario. El punto es que el atraso cambiario se profundizó, hay un boom de importaciones por lo que no creo que el volumen de los próximos meses le permitan comprar muchos dólares”, sostuvo el economista Amílcar Collante, quien consideró que la suma “no mueve el amperímetro”.

En esta línea, desde el sector exportador aseguran que los productores están vendiendo menor volumen soja que en otros tres razones determinantes. En primer lugar, señalan la volatilidad cambiaria a la que suman, ahora, el agravamiento de la crisis del gasoil. “No se levanta la cosecha y tampoco llegan los camiones a los puertos”, afirman. Las protestas por la falta del combustible agravaron la situación. La Bolsa de Comercio de Rosario difundió en las últimas horas datos alarmantes que indican que llegaron apenas 20% de los camiones respecto del día anterior.

Finalmente, la última suba de retenciones al harina y aceite de soja que las volvió a ubicar en la alícuota máxima bajó el precio del cereal, lo que repercutió en una fuerte baja de la molienda entre enero y mayo que, de acuerdo a CIARA, la entidad que reúne al complejo sojero, equivale a una pérdida de divisas por USD 1,200 millones y “una merma de USD 400 millones en el ingreso por aumento de retenciones”.

Fuente: Infobae

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