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Vicentin: Un Perotti siempre tibio no se anima a decir aún lo que piensa

POLÍTICA 25/06/2022 Agencia de Noticias del Interior
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La causa Vicentin volvió a politizarse. Tras un 2020 atravesado por los tironeos de la política nacional, minado de simbolismos y usado por la dirigencia para sacar rédito, el caso vuelve a coquetear con el arte de lo posible. Todo se convirtió en una remake desde que Alberto Fernández amagó con meterse de nuevo a partir de una intervención y una salida estatal. Sin embargo, el descrédito del Presidente no logró convencer demasiado, y la dirigencia no activó resistencia ni tampoco acompañamiento. Es el caso del gobernador Omar Perotti, quien se muestra expectante en un tema en el que no quiere quedar salpicado, pero que bien podría servile en términos personales.

“Esperemos qué dice la Corte. Dejemos que ocurran los hechos”, transmitió el gobernador a algunos allegados en el tema. El presidente de la Corte Suprema de Santa Fe, Rafael Gutiérrez, le dio pulso a la suspensión del concurso y en breve el máximo tribunal deberá decidir el destino concursal. Perotti se luce habitualmente en no apurarse con definiciones políticas y en este delicado tema, mucho menos. En el gobierno provincial creen que es un delirio volver a insistir con intervenir y constituir a Vicentin en una empresa mixta testigo en el mercado de granos, aunque, por ahora, cuidan las formas y no abren la boca.

También recuerdan que muchos proyectos del Presidente dieron marcha atrás. De hecho, aquel intento de expropiación de la cerealera tuvo ese destino. Según comentaron jugadores del mercado de granos que tantearon la situación con funcionarios nacionales, nadie en el Gobierno sabe por qué dijo lo que dijo Fernández. Es decir, no tiene mucho apoyo más que el Banco Nación, que es acreedor, y algunos dirigentes sueltos. Si era un guiño al kirchnerismo, no parecen haberlo registrado. 

Perotti ahora tiene la alternativa de negarse a acompañar un posible proceso estatizador o interventor. En 2020 no podía. Luego de la frustrada expropiación, Fernández, todavía con la imagen por el techo producto de los primeros meses de cuarentena, le encargó a Perotti un plan más racional, aunque con intervención por medio. El gobernador aceptó a regañadientes y optó por negociar durante meses con una firma empoderada y sin ganas de acordar nada. No hubo caso y el rafaelino terminó aliviado cuando se frustró todo y bajó la espuma política de la novela.   

Si bien se ahorraría varios problemas en tanto el caso no se vuelva a politizar, también puede ser una oportunidad para desmarcarse aún más de algunas posturas del Gobierno que lo incomodan, como ya hizo con el cierre de exportaciones de carnes, retenciones y el caso biodiesel. En el fondo, le serviría para blanquear algo que siempre pensó pero la circunstancia política se lo impedía: decir que lo privado se arregla entre privados.

Su perfil de centro, productivista y cuidadoso de no irse a los extremos, encaja con quienes no quieren la mano del Estado en el asunto. Hay todo un electorado al que Perotti quiere conquistar y siempre tuvo a tiro, sobre todo en estos momentos de una evidente aspiración personal para jugar en la política nacional, como cuenta desde hace tiempo Letra P. Vale recordar que la novela Vicentin logró poner un senador en el Congreso: Dionisio Scarpin. 

El Círculo Rojo santafesino que se dedica a la actividad agroexportadora salió rápidamente a rechazar la idea. La Cámara Aceitera y de exportadores (Ciara - CEC) avisó que no acompañarán “medidas que ya han demostrado ser ineficientes e inconducentes” y le pidió al Gobierno que ponga el mismo “ímpetu” en aprobar la ley de exportaciones que le vienen cajoneando.

 

Todo concurso es político 
El caso, por definición, parece ser el arte de lo posible y quedó demostrado luego de que, a dos semanas de terminar el proceso concursal y con todo presuntamente encaminado para un acuerdo, Gutiérrez aceptó una presentación del Grupo Grassi, máximo acreedor, para que se frene el concurso. “Gutiérrez está firme”, sostuvo un operador judicial . El presidente consideró parar la pelota, suspender los términos, y que el juez responda los cuestionamientos. Una vez que estén esos elementos, la Corte determinará qué hace. “Lo que corresponde es que haya una solución en el menor plazo posible”, sostuvieron a este medio cerca de la Corte. Por eso la intención es pronunciarse la semana que arranca o a lo sumo la posterior; ésta última opción gana terreno ya que el juez Fabián Lorenzini aún no se expidió. 

 

“Las irregularidades que denuncian tienen que ver con dilaciones o permisiones del juez del concurso. La idea de la Corte es darle mayor objetividad”, sostiene un operador judicial. “Hay que ver si se bandeó”, agregaron. Dirigentes que estuvieron encima del tema Vicentin entienden que en el último tiempo el juez terminó siendo “útil” a la firma. El camino del magistrado fue zigzagueante, con momentos en que fue bien considerado y, en otros, señalado. El concurso puede derivar en un pase a José Zarza, titular del otro juzgado civil y comercial de Reconquista, y también en sanciones disciplinarias para Lorenzini. ¿Vuelve el ‘si lo tocan a Lorenzini nos tocan a todos’? Pasto asegurado para las fieras.  

Mientras, la cerealera dice continuar con lo pendiente en el concurso ya sin depender del reloj de arena del concurso, pero con la guillotina que puede significar una decisión de la Corte. Por eso apuran la conformidad por parte de la banca extranjera a la propuesta de pago que es clave para lograr el acuerdo. Entienden, de manera algo forzada, que el acuerdo listo para homologar puede incidir en la definición judicial. Todos esperan que mueva la Corte para ver qué tan posible es el arte de la política.

Fuente: Letra P, sobre una nota de Facundo BORREGO

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