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Rusia ataca el puerto de Odesa un día después de firmarse el pacto para exportar el grano ucranio

INTERNACIONALES 23/07/2022 Cristian SEGURA |María R. SAHUQUILLO
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Rusia ha lanzado este sábado un ataque con misiles contra el puerto de Odesa, según la comandancia militar ucrania de la región. La agresión se ha producido menos de 24 horas después de que Kiev y Moscú firmaran en Estambul sendos pactos auspiciados por Turquía y Naciones Unidas por el que se comprometen a respetar corredores navales seguros para la exportación del grano ucranio bloqueado en sus puertos del mar Negro desde la invasión lanzada por Rusia el pasado 24 de febrero. Odesa, a orillas de este mar, constituye la principal salida por vía marítima de las exportaciones ucranias, especialmente de cereales, de los que el país era el cuarto exportador mundial antes de la guerra a gran escala iniciada por Vladímir Putin. El bombardeo siembra enormes dudas de que pueda ponerse en marcha el pacto para rescatar el grano bloqueado que, unido a la reducción de exportaciones de cereal y fertilizantes de Rusia, está avivando una crisis alimentaria global. El Gobierno de Zelenski ha recalcado que continúan con las preparaciones para sacar el grano, marcadas por el pacto, y que el Kremlin no logrará que descarrile por completo. Según ha informado el ministro turco de Defensa, Hulusi Akar, Moscú ha asegurado “no tener nada que ver” con este ataque.

El ataque se ha realizado con misiles de larga distancia y de precisión Kalibr; dos fueron derribados por las fuerzas de defensa aérea y dos alcanzaron infraestructuras del puerto. Una ciudadana de Odesa ha filmado cómo las baterías antiaéreas interceptaban dos de los cohetes. Las autoridades ucranias no han precisado los daños provocados por la agresión rusa, pero fuentes locales citadas por The Wall Street Journal aseguran que han sido destruidos un andén de descarga de grano y un almacén. El Ministerio de Agricultura ucranio ha confirmado que en el puerto había silos con toneladas de cereales listas para ser embarcadas.

Los bombardeos de este sábado pueden socavar el pacto firmado en Estambul, construido tras varios meses de intentos diplomáticos para desbloquear a través de varias vías el grano ucranio, y se produce cuando fuentes de inteligencia occidentales y analistas especializados señalan que las fuerzas del Kremlin está perdiendo algo de potencial en el este de Ucrania y se han colocado en posiciones defensivas en las zonas ocupadas del sur. “Rusia ha tardado menos de 24 horas en lanzar un ataque con misiles contra el puerto de Odesa, incumpliendo sus promesas y socavando sus compromisos ante la ONU y Turquía en virtud del acuerdo de Estambul. En caso de incumplimiento, Rusia asumirá toda la responsabilidad por la crisis alimentaria mundial”, ha incidido Oleg Nikolenko, portavoz del Ministerio de Exteriores ucranio. Moscú, dijo, “ha escupido a la cara” al secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, y al presidente Recep Tayyip Erdogan de Turquía. El titular de

Sin embargo, el ministro de Infraestructura ucranio, Oleksander Kubrakov, ha recalcado que el ataque contra Odesa no logrará romper por completo el pacto para exportar el cereal y que Kiev continúa con los “preparativos técnicos” para sacar el grano.

Un portavoz de Guterres emitió un comunicado en el que “condena inequívocamente” el ataque. El máximo responsable de la diplomacia de la Comisión Europea, Josep Borrell, también censurado los ataques: “La UE condena enérgicamente el ataque ruso con misiles contra el puerto de Odesa. Golpear un objetivo crucial para la exportación de grano, un día después de firmarse el acuerdo de Estambul, es particularmente reprochable y de nuevo demuestra el completo desdén de Rusia por el derecho Internacional y sus compromisos”. Mientras, la embajadora de Estados Unidos en Ucrania, Bridget A. Brink, lo ha calificado de “ataque inaceptable” y ha denunciado que Rusia “continúa utilizando los alimentos como arma”.

El Kremlin no ha comentado el ataque contra el puerto de Odesa de este sábado, aunque ha asegurado que sus tropas han alcanzado “objetivos militares” en las regiones de Dnipro y Donetsk. El ataque sucede un día antes de que el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, inicie una gira por África, donde un buen número de países han abrazado la retórica difundida por el Kremlin de que la culpa de la crisis alimentaria global es de las sanciones impuestas por Occidente a Rusia, frente al bloqueo de cereales ucranios por la invasión y la reducción de exportaciones de grano y fertilizantes rusos ordenada por Moscú.

El pacto, en riesgo

El viernes, sendas delegaciones rusas y ucranias rubricaron dos acuerdos separados con Turquía, uno firmado por Rusia y otro por Ucrania, para desbloquear 22 millones de toneladas de grano ucranio, atrapadas desde la invasión rusa por el bloqueo de los puertos del país. Los representantes de Kiev y Moscú evitaron así estampar su firma en el mismo documento y, sobre todo, cruzarse en ningún momento. Sin embargo, Ucrania y sus socios occidentales se habían mostrado escépticos ya el viernes con respecto a las intenciones rusas de respetar las disposiciones del acuerdo, una desconfianza que aumenta tras el ataque de este sábado, con el que Moscú deja claro la fragilidad del pacto; aunque sobre el papel no está claro si Rusia lo ha incumplido antes de dar tiempo a que la tinta se seque o lo ha vadeado.

Tras semanas de negociaciones diplomáticas, con el acuerdo firmado en Estambul Moscú se compromete a no atacar la infraestructura portuaria ucrania que se use para exportar el cereal ni los buques que deben transportarlo. El memorándum prevé la llegada de barcos de carga a puertos ucranios por corredores marítimos seguros, identificados por las autoridades de Kiev para evitar las minas de sus aguas territoriales, instaladas por sus fuerzas armadas poco después de la invasión rusa con la intención de evitar un ataque anfibio del Kremlin, fundamentalmente contra Odesa, una ciudad estratégica en el mar Negro. El tratado recoge un complicado procedimiento para permitir la exportación del grano a partir de tres puertos clave, de los que el más importante es el de Odesa. Los otros dos son los de Chernomorsk y Yuzhni. El pacto prevé que navíos al mando de pilotos ucranios guíen los barcos a mar abierto, sin escolta militar y tras someterse a una inspección de equipos turcos y de Naciones Unidas —junto con inspectores de ambas partes, rusos y ucranios—, una exigencia rusa destinada a garantizar que no se utilizarán para transportar armas a la antigua república soviética.

Escepticismo

Si la actitud de Ucrania hacia el cumplimiento del pacto por parte del Kremlin ha sido de desconfianza, la de Rusia ha consistido en restar gravedad a la crisis alimentaria provocada en gran parte por el bloqueo de los cereales ucranios y las propias políticas de exportación rusas. De acuerdo con los datos del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, la escasez y carestía de los alimentos ha empujado al “hambre aguda” a 47 millones de personas en todo el mundo.

Países como Egipto, el mayor importador de trigo del mundo, obtienen la mayoría de los cereales que consumen de Rusia y de Ucrania —en el caso egipcio, el 70%—, al igual que el Líbano. Turquía, más del 80%. Según datos de la Cruz Roja, los precios de los alimentos han aumentado en los últimos seis meses un 187% en Sudán, un 86% en Siria, un 60% en Yemen y un 54% en Etiopía. Mientras tanto, el Kremlin insiste en que el problema, que puede empeorar la grave hambruna que ya padecen muchos países, lo han causado las sanciones occidentales contra Rusia por la invasión. Las autoridades ucranias han acusado además a Moscú de robar grano en los territorios que ha ocupado —como mostró una investigación de EL PAÍS— y de bombardear deliberadamente los campos ucranios para prenderles fuego y espolear así la crisis alimentaria global.

Antes de la guerra, Ucrania exportaba mensualmente unas cinco millones de toneladas de granos —trigo, pero también maíz, cebada y aceite de girasol, entre otros—. El acuerdo del pasado viernes debería abrir la puerta a que las autoridades ucranias pudieran exportar un volumen similar, lo que contribuiría a la reanudación de la cadena de suministros alimentaria global, cuyo bloqueo ha tenido ya serias consecuencias en esos países en vías de desarrollo que dependen en buena parte de la importación de cereales ucranios y rusos.

Fuente: El País

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