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El Ministerio de Economía prepara más anuncios y debuta el nuevo sistema para controlar importaciones

ECONOMÍA 17/10/2022 David FRENKEL
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A su regreso de Washington, el ministro de Economía, Sergio Massa, retomó su ritmo de trabajo y anuncios.

Ayer, domingo, anticipó el alivio del impuesto a las Ganancias mediante el aumento, a no menos de $ 330.000, del mínimo no imponible (esto es, la parte exenta) del tributo a partir de noviembre, teniendo en cuenta los aumentos salariales negociados en las últimas paritarias o las mejoras de ingresos por otras vías (como una mayor cantidad de horas extra).

También confirmó el programa “Precios Justos”, que negocia con un grupo de grandes empresas para que fijen por 90 días los precios finales estampándolos en el packaging de sus productos, de modo de cortar la inercia inflacionaria, y una batería de anuncios, desde un “refuerzo de ingresos” para los sectores más vulnerables.

La batería de medida se completó con el plan de financiación en 30 cuotas y tasas de interés bajas para la compra de televisores, acondicionadores de aire y celulares con el objetivo de movilizar niveles de actividad que habían empezado a mostrar signos de agotamiento.

Resta por verse si el aumento del mínimo no imponible (de un 17,5% por sobre el valor vigente, si se confirma la cifra que mencionó el ministro) se acompaña de cambios en las escalas de aplicación del impuesto, lo que determinará con precisión sus efectos finales, algo que ocupará a contadores y liquidadores de sueldos en las próximas semanas.

La CGT está feliz

Los anuncios fueron celebrados anoche por Héctor Daer, cosecretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT). “Desde #CGT recibimos con agrado la decisión del compañero ministro de economía @SergioMassa de subir el piso del impuesto a las ganancias a partir del 1° de noviembre”, expresó el dirigente gremial en su cuenta de la red social Twitter. Y completó, con extrema corrección política: “Lxs trabajadorxs son el motor fundamental de la economía, cuidar su salario tiene que ser prioridad”.

Este lunes, además, empezará a regir el nuevo “Sistema Importador de la República Argentina” (SIRA), en reemplazo de los trámites SIMI (por Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones), basado en la creación de una “cuenta única de comercio exterior” en el Banco Central, un sistema de trazabilidad, fecha cierta de acreditación de dólares a los importadores, creación de “perfiles de riesgo” y un tablero de control con los que el gobierno pretende emprolijar la administración de importaciones.

El nuevo sistema reemplaza al engorroso esquema de las SIMI y sus categorías A, B y C y si bien un análisis de la consultora Abeceb reconoce mejoras en términos de trazabilidad y previsibilidad para los importadores, una mirada integral revela que el objetivo es un mayor control (léase, disminución) de la salida de divisas.

De hecho, dice el análisis, la entrada en vigencia del nuevo sistema, mientras los importadores todavía repasan la letra de la más reciente circular (7622) de acceso a divisas del Banco Central significará de hecho un parate de importaciones, tanto por aprendizaje y adaptación como porque la norma anula las SIMIs que tenían estado “oficializado” u “observado” y esos casos los importadores deberán registrarse nuevamente en un sistema que empezará a regir el lunes.

Entender los cambios, dice Abeceb, requerirá no menos de 5 días hábiles, sin contar con cambios adicionales a la publicación de la letra chica. Por eso, calcula, “habrá un importante freno en las importaciones durante los próximos días de octubre, que podría rondar los USD 1.500-2.500 millones según estimaciones muy preliminares”.

Lo que para los importadores es un incordio, trámites más lentos y menor ritmo de ingreso de mercadería, para Economía tal vez no sea tan mala noticia, teniendo en cuenta que tras el tsunami de entrada de dólares de septiembre gracias al “dólar soja”, la voz de orden pasó a ser “cuidar los dólares”.

De perfiles y capacidades

Otras dos características del nuevo sistema apuntan en el mismo sentido. Por un lado, además de la incorporación del “perfil de riesgo” del importador, se mantendrá la evaluación de “Capacidad Económica Financiera” por parte de la AFIP, con un nuevo y secreto algoritmo. Esto “sin dudas aumenta la potencia de control y la posibilidad de ejercer acciones discrecionales que deriven en mayores trabas”, dice el estudio. La otra cuestión es el acceso al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC): el importador deberá informar un plazo estimado de acceso (algo que no requerían las SIMI), tras lo cual la secretaría de Comercio y el BCRA evaluarán el pedido e informarán a la empresa cuándo podrán hacerlo, luego de nacionalizados los bienes.

Es cierto que, al haber fecha cierta, se reduciría la incertidumbre, pero los importadores seguirán sin conocer los motivos por los que sus pedidos –si así sucede- no son validados, abriendo mayores chances de judicialización, dice Abeceb. Por otra parte, la posibilidad de importar con “dólares propios” (blanqueo de dólares para importar) de modo inmediato, es otro reconocimiento de tipo de cambio múltiple, práctica que en el caso del dólar soja el FMI “dispensó” por un mes por considerarla una medida “necesaria y transitoria”, pero que vuelve travestida como “facilidad” para importar a un dólar cercano a los $ 300, lo que otros disponen a la mitad de ese valor.

Fuente: Infobae

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