El tiempo - Tutiempo.net

Último año de una "no" gestión

POLÍTICA 19/12/2022 Agencia de Noticias del Interior
2TNC2VXMDFBYJLIKJDY33VLXDA

A Omar Perotti le queda menos de un año de gestión, ya se consumió más del 74 por ciento de sus días al frente de la Casa Gris. Ahora ingresa en la etapa crítica, a la par de la planificación de su salida tiene que cranear la estrategia electoral para que el peronismo, y sobre todo el perottismo, continúe al frente del gobierno provincial. El posible armado de un gran frente opositor y la inseguridad y violencia, dos dificultades que lo acechan.

Con un aumento a los gremios públicos de un 30 por ciento desdoblado en diciembre y enero, Perotti dio la primera señal electoral de cara a 2023. El gobernador se enciende en los años impares, en los pares – en cambio – va al conflicto y la disputa. Parecen rasgos más de intendente que de mandatario provincial.

Con un calendario electoral sin definir, pero con la presunción de que el cierre de listas llegará a fines de abril, al gobernador le quedan poco menos de cuatro meses para definir su futuro. Tiene un esquema ideal: quiere un Alejandro Fantino candidato a gobernador, Marcelo Lewandowski en Rosario, Marcos Castelló en la ciudad capital y él a la cabeza de la nómina legislativa. Es su esquema de máxima, de ahí a que logre hay un trecho.

¿es el plan de Perotti o el plan del peronismo? Para responder alcanza con ver el comportamiento político del rafaelino durante su estadía en el Ejecutivo. Al gobernador nunca le interesó el partido y siempre priorizó los intereses de su sector, de Hacemos. Fue su decisión desde el vamos y no va a cambiar ahora.

Perotti considera que tiene elementos incontrastables para vender y ofrecer futuro. Su mantra de producción, trabajo y empleo lo posicionó fuerte en el interior de la provincia. Hasta la oposición lo admite. Pero en las grandes ciudades, especialmente Rosario, el gobernador tuvo grandes dificultades para hacer pie.

Vaya paradoja: Perotti se convirtió en el sucesor de Miguel Lifschitz gracias a Rosario, donde le sacó una ventaja irremontable a Antonio Bonfatti. La ciudad más poblada de la provincia lo votó porque prometió “paz y orden”, un eslogan contundente y seductor que terminó arrinconándolo. Rosario tiene hoy olor a descontrol y falta de autoridad, y el intendente Pablo Javkin tiene pocas herramientas. Se hace imperiosa la ayuda y presencia del gobierno provincial. Récord de homicidios y un espiral de violencia que no deja de asombrar, dos razones de base como para no desatenderla.

Perotti, como a cualquier dirigente o dirigenta que se abre de paso a una campaña, no va a querer dar malas noticias. Buscará concentrarse en inauguraciones, aperturas y anuncios. Dio la primera señal con el incremento paritario.

El otro aspecto que pone en alerta su futuro es el armado opositor. Esta semana se vieron las caras las referencias del PRO y el socialismo. Otrora enemigos políticos, ahora se permiten bucear la posibilidad de compartir un frente. Bonfatti dijo alguna vez que su “´límite” era el PRO. Evidentemente, ya no.

 

Si el frente de frentes finalmente se conforma, Perotti tiene un problema. Se convirtió en gobernador en 2019 gracias, en parte, a la postulación del radical José Corral por Cambiemos, que arañó los 20 puntos. Sin un tercio de peso que corte la polarización, Perotti y el peronismo la van a tener complicada. No perdida, pero complicada. Por eso hay quienes piensan, incluso en la Casa Gris, que el gobernador debería empezar a blanquear su estrategia electoral y compartirla con el resto del peronismo. Pero como se vio a lo largo de tres años y pico, para Perotti primero está el perottismo.

 Con información de Letra P, sobre una nota de Pablo FORNERO

Últimas publicaciones
Te puede interesar
Lo más visto

PERIODISMO INDEPENDIENTE