Leonardo Viotti cumple un año como Intendente de Rafaela. El joven dirigente radical que surgió como concejal de la mano de la ola amarilla que en 2015 Mauricio Macri instaló en Argentina, finalmente logró su objetivo y desbancó a un peronismo que gobernó Rafaela por más de 30 años, tiempo en el cual el perfil de los diferentes intendentes que pasaron por calle Moreno terminó cansando a los rafaelinos y llevaron a buscar un cambio.
Ya sabemos que cuando los gobernantes se quieren eternizar en el poder, salvo que gobiernen casi en forma dictatorial, como es el caso de Gildo Insfran en Formosa, los períodos tan largos terminan cansando a la gente y estos buscan cambios aunque las gestiones no sean para nada malas.
Luis Castellano se fue con la vara bastantante alta, dejó una ciudad ordenada en casi todos los aspectos, y salvo algunos puntos discutibles, se podría decir que hizo en su paso por la intendencia. Esa vara alta por lógica le jugó en contra a un Viotti que llegó el pasado 10 de diciembre bastante dubitativo, que al principio le costó y mucho desempeñar el cargo de jefe político máximo de la ciudad.
Todos esperamos que el período que todo gobernante requiere para poder "asentarse" de tres meses sea el trampolín de un despegue necesario, pero los meses fueron pasando y ese trampolín no fue más que un pequeño mojón, no se vieron cambios y hoy la ciudad sigue estando sucia y desprolija, sus veredas en las arterias principales imposibles de transitar y la higiene de la ciudad deja aún, pese a que algo se intentó, mucho que desear.
Rafaela no puede solucionar el problema de la "caca" de las aves que convierten al micro centro en una cloaca lisa y llanamente. Es cierto que Castellano tampoco pudo darnos una solución, pero un año es tiempo suficiente para dejar de mirar por el espejo retrovisor y comenzar a mirar para adelante. Mirar para adelante no es otra cosa que trabajar y hacerlo en serio, quizá ese sea el mayor déficit de un gobierno que sigue sin rumbo.
La iluminación en Rafaela es deficiente, hay barrios en los que por la noche no se puede directamente transitar y ya sabemos que la oscuridad es un aliado fundamental del delito. Hace unos días el Intendente anunció la compra directa de luminarias, permiso que le dio el Concejo por pedido del Ejecutivo para acelerar la colocación de iluminación, pero por ahora todo sigue igual y nada cambió.
La inseguridad en Rafaela es otro factor preocupante, somos conscientes que la misma es responsabilidad de la provincia, pero también que desde la Municipalidad se pueden tomar acciones para colaborar. La pelea existente entre el poder político y judicial es un factor determinante que no se puede aceptar en una ciudad en donde el delito crece día a día más allá de dudosas encuestas difundidas para contestarle al Fiscal Regional que dijo en forma concreta y sin medias tintas que el delito en Rafaela y la región aumentó exponencialmente con respecto al año pasado.
El año entrante va a ser electoral y ya sabemos lo que pasa cuando los políticos están en campaña. Viotti se tiene que abstraer y trabajar por Rafaela y los rafaelinos, una derrota en la compulsa de medio término sería lapidaria para sus próximos años de gobierno.
La gestión no es buena, tampoco se puede decir que es pésima, es mediocre. Si hay que ponerle una nota la misma araña el 4. Todos pensamos que Viotti daba para más, si hace un año nos pedían un pronostico, la respuesta no bajaba del 8, la realidad es otra.
Viotti debe ampliar sus horizontes de consultas, se debe rodear de los mejores y abandonar su pequeño circulo que no le permiten ver más allá, debe caminar mucho más la ciudad y hablar con la gente, como lo hacía en campaña, cuando iba a buscar el voto de la gente y escuchaba. Aún está a tiempo, es una lastima lo que se perdió, pero se puede revertir, solo de él depende levantar ese 4 que no lleva a ningún lado, ni a él ni a los rafaelinos.