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Milei ordena cortar el diálogo con la CGT y enfrentarla con su "batalla cultural": podría haber un un paro de 36 horas

POLÍTICA 10/05/2024 Antonio D´Eramo*
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Patricia Bullrich fue de las primeras en ofrecer sus sensaciones acerca del sexto planteo sindical de la CGT y el segundo paro general que sufre el gobierno de La Libertad Avanza en cinco meses.

La ministra de seguridad afirmó: "Es el paro de la debilidad. No se puede hablar de acatamiento si la huelga se sostiene en el accionar de los gremios del transporte. Mientras los sindicalistas están cómodamente sentados haciendo sus cuentas, millones de argentinos, monotributistas, laburantes, pierden parte de sus ingresos porque no tienen como movilizarse. Pierden su dinero por los burócratas sindicales de siempre".

En la CGT, algunos líderes sindicales, expertos en negociaciones con los gobiernos de turno porque constituyen un poder económico cuyos líderes se han sentado con varios presidentes y sus funcionarios desde el retorno de la democracia en 1983, se agarran la cabeza.

Comienzan a tomar en serio la advertencia del ex candidato presidencial, Sergio Massa, cuando le pidieron su opinión por el primer paro realizado a un mes y medio de la asunción de Javier Milei.

Massa les marcó, en ese momento, sus diferencias por el "apuro" en declarar el primer paro general a tan poco tiempo de haber asumido el nuevo gobierno. Les dijo, "...claro, que hay malestar de la gente por el ajuste, pero si a 45 días le haces un paro general, después, a los 90 días, ¿qué haces? ¿Un bombardeo?".

Sin embargo, en el sector sindical, primó la intransigencia y la asociación con las dos CTA y las agrupaciones de izquierda para canalizar lo que en el kirchnerismo entienden que se manifiesta como "un malestar subterráneo de la gente" que las encuestas de imagen no miden y que, por el contrario, los relevamientos sustentan la idea de Milei de avanzar contra el sindicalismo e involucrarlos en la batalla cultural que ha decidido librar contra ellos.

Podría haber un un paro de 36 horas

Para los sindicalistas "gordos", aquellos gremios con más cantidad de afiliados, si sólo se tratara de la batalla cultural y de apariciones del presidente con una remera de "yo no paro" y declaraciones picantes contra ellos, no tendrían mayores problemas para la conducción de sus entidades sindicales, pero, también tienen responsabilidades. Y, saben que un diálogo cortado con el gobierno implicaría problemas para fondear obras sociales y una pérdida de entidad a la hora de validar las negociaciones paritarias que discuten en sede laboral con las cámaras empresariales.

O sea, cortar del todo con el gobierno no es la mejor opción. Pero, por el momento ganan los más intransigentes. Y, los sindicalistas tradicionales parecen ir detrás de las declaraciones de los más combativos como el "Pollo" Sobrero, de Unión Ferroviaria, que redobló la apuesta contra Milei y advirtió acerca de la posibilidad de convocar a "un paro de 36 horas" si el gobierno no entiende que están atentando contra los trabajadores.

Otros referentes sindicales entienden que la sexta acción de la CGT en los cinco meses de administración de Milei es contundente en su acatamiento y está justificada por el malestar creciente de la población por el ajuste, recesión y desempleo indisimulable que requiere de medidas contundentes.

Un referente del gremio de la construcción, UOCRA, que conduce Gerardo Martínez, explicó "no hay obra pública, casi no hay obra privada. Se toma nuestro fondo de desempleo como ejemplo, pero la gente no llega a fin de mes ni de por casualidad. La situación de los jubilados es de indigencia plena. El paro está justificado y el gobierno debería negociar", afirmó la fuente mientras esperaba la declaración oficial de la CGT en el histórico edificio de la calle Azopardo.

No todos los sindicalistas apoyan los paros de la CGT 

Hay sindicalistas que no ven bien lo que está sucediendo con los planteos de la CGT. No fueron sólo dos huelgas generales, también, hubo un planteo a fines de diciembre, a pocos días de asumir el presidente libertario, cuando marcharon hacia los Tribunales de Justicia de la calle Lavalle, para rechazar el DNU 70/2023 que desreguló la economía. Después, llegó el paro y movilización del 24 de enero, seguido por la participación en las movilizaciones del 24 de marzo, la marcha federal universitaria y la de la semana pasada en el Día del trabajador.

El dirigente sindical del gremio de los cítricos, Juan Carlos "Oso" Brite, tiene una postura definida sobre las medidas de fuerza, "se trata de extorsiones que están realizando al gobierno de Milei desde ámbitos políticos que no digieren la derrota de las últimas elecciones y utilizan al pueblo trabajador y a los jubilados como excusas para sus fines. Son una casta que no quiere abandonar el poder y están dando un espectáculo penoso. La gente quiere trabajar, tiene hambre de trabajo. Recorro el país y sólo esperan de Milei trabajo, inversiones, pueblos de pie. Estos que hacen huelga son extorsionadores que quieren voltear al Presidente, pero no lo lograrán ni lo permitiremos".

Para Marcelo Peretta, del sindicato argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos, "el paro no soluciona el problema que tiene la Argentina. Hay que hablar con los diputados y senadores, que son los representantes del pueblo y de las provincias, para convencerlos de una verdadera reforma sindical y laboral. Y al otro día del paro no cambia nada y se genera más grieta porque el Gobierno va a exponer aún más a los sindicalistas que no hicieron nada en el gobierno de Alberto y ahora salen a parar".

Al igual que Dante Caamaño de los Gastronómicos porteños, Peretta afirma que hay cosas para atender en este gobierno de Milei y no comprende cómo se entregó la "secretaría de trabajo al sector empresarial". Pero, una huelga feroz no parece ser la solución para estos referentes sindicales consultados.

La premonición de Peretta para el futuro parece camino de cumplirse. El día después del segundo paro general habrá más grieta con el sindicalismo.

Javier Milei ordena cortar el diálogo con la CGT

El presidente Milei, siguió la deriva de la huelga desde su despacho presidencial y ordenó escalar la confrontación con los sindicalistas a los que observa como los reyes de la casta de la Argentina que hay que vencer.

"Corten todos los canales de diálogo", ordenó la "Jefa", Karina Milei y vamos contra ellos con todo, "la gente nos banca" dicen cerca de los voceros de gobierno.

El primero en comprender que no hay más diálogo con el sindicalismo fue el ministro de economía, Luis Caputo: "Siento que el sindicalismo está cada vez más alejado de la realidad", tuiteó esta mañana Luis Caputo. "La gente ya abrió los ojos y tiene claro que de este desastre solo se sale con esfuerzo y sacrificio, no mal gastando la plata de los contribuyentes o imprimiendo pesos para que cada vez valgan menos. Sigamos confiando, estamos por el buen camino".

No todos los integrantes del gobierno son tan medidos y correctos del castellano como Caputo. Para graficar el enfrentamiento sin eufemismos, el diputado José Luis Espert, no se guardó nada.

"Sindigarcas que paran el país contra un gobierno que baja la inflación que destruye los salarios reales y propone leyes laborales para terminar con el trabajo precarizado de salarios miserables. Hijos de puta es poco". La grieta está servida.

 

 

* Para www.iprofesional.com

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