Lo curioso sobre la evolución del pene humano es que, para algo que difiere de manera tan obvia en forma y longitud respecto al de nuestros parientes vivos más cercanos, los investigadores sólo han empezado a estudiarlo con detalle en años recientes. Las razones de esta negligencia no están claras, pero la razón más probable es el cachondeo intrínseco que lo rodea o, en relación con esto, la facilidad con la que agita e incomoda los sentimientos puritanos de algunos. Hace falta ser un tipo especial de científico psicólogo para decirle a la viejecita que se sienta a tu lado en un vuelo a Denver y te pregunta a qué te dedicas, que estudias cómo la gente usa su pene. Pero pienso que etiquetarla como un área de estudio “cruda” o “desagradable” dice más del crítico que del investigador. Y si piensas que solo existe una manera de usar el pene, que se trata meramente de un instrumento para la fertilización interna y que no requiere más pensamiento, o que el tamaño no importa, bien, esto sólo demuestra cuánto puedes aprender de los resultados de la investigación de Gallup.
El estudio de Gallup sobre el diseño del pene humano es un ejemplo perfecto de “ingeniería inversa” tal como se usa el concepto en el campo de la psicología evolutiva. Se trata de una investigación lógico-deductiva que pretende descubrir el objetivo adaptativo o la función de rasgos físicos existentes (o “extantes”), procesos psicológicos o predisposiciones cognitivas. Es decir, si empezamos con lo que podemos observar hoy en día – en este caso, la singular forma del pene, con su glande bulboso (lo que llamamos “la cabeza” en el lenguaje popular), su largo y rígido tallo, y la cresta en forma de corona que forma una especie de labio-paraguas entre estas dos partes – y miramos atrás, hacia cómo llegó a tener la forma actual, el ingeniero-inverso es capaz de postular un conjunto de hipótesis basadas en la función derivadas de la teoría de la evolución. En el caso que nos ocupa hablamos de penes, pero la lógica de la ingeniería inversa puede aplicarse a todo lo orgánico, desde la forma de nuestros incisivos, a la oponibilidad de los pulgares, al arco de nuestras cejas. Para el psicólogo evolucionista, las cuestiones candentes son, esencialmente, “¿por qué tiene esta forma?” y “¿para qué sirve?” La respuesta no es siempre que se trata de una adaptación biológica – que solucionó algún problema evolutivo y por lo tanto dio a nuestros ancestros un margen competitivo en términos de éxito reproductivo. A veces un rasgo es simplemente un subproducto de otras aplicaciones. La sangre no es roja, por ejemplo, porque el rojo es más funcional que el verde, el amarillo o el azul, sino sólo porque contiene hemoglobina, una proteína roja, que resulta ser un excelente transportador de oxígeno y óxido de carbono. Pero en el caso del pene humano, parece ser que existe una genuina razón adaptativa para que sea como es.
Si uno examinara el pene objetivamente – por favor no lo hagáis en un espacio público o sin el permiso de la otra persona – y comparamos la forma de este órgano con el de otras especies, notaría las siguientes características humanas únicas. Primero, a pesar de la variación del tamaño entre individuos, el pene humano erecto es especialmente largo comparado con el de otros primates, midiendo de promedio entre cinco y seis pulgadas de largo y cinco de circunferencia. (A menudo en esta columna relato la ciencia que tengo a mano, pero quizás esta pieza en particular será mejor escribirla sin mis generosas dosis de anécdotas). Hasta el chimpancé mejor dotado, la especie más cercana a nosotros, ni se aproxima a esto. No sólo eso, sino que después de corregir para masa total y tamaño del cuerpo, sus penes miden la mitad de los penes humanos tanto en longitud como circunferencia. Me temo que soy una fuente más fiable en este asunto que muchos otros. Habiendo pasado los primeros cinco años de mi vida académica estudiando la capacidad cognitiva social de los grandes simios, he visto tantos penes que mejor me callo. Una vez pasé un verano con un gorila de espalda plateada de 450 libras que tenía el paquete de una avispa (un gran tipo, a pesar de todo), comenta si te sirvio de algo