Con disidencias internas y bloques separados, la UCR calienta motores de cara a las elecciones de 2023
La Unión Cívica Radical se siente renovada. Desde que encontró un candidato competitivo para la provincia de Buenos Aires como Facundo Manes, no para de ocupar espacios dentro de Juntos por el Cambio para la pelea que buscan dar de cara al 2023.
Por estos días sus autoridades nacionales se movieron en dos niveles. Uno tenía que ver con un posicionamiento público, en donde buscaron diferenciarse del PRO en la discusión respecto del Fondo Monetario Internacional. Así, mientras la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, decía que si la totalidad del Frente de Todos no votaba le acuerdo JxC deberían “derogarlo”, su par de la UCR, Gerardo Morales, decía que la deuda la habían tomado ellos y que ahora había que acompañar al gobierno nacional.
Por lo bajo, Morales la cruzaba a Bullrich y le aclaraba que no quiere que sigan marcando la cancha en los programas de televisión. “No hablás por todos, no sos la dueña de Juntos por el Cambio”. Esto también molestaba a la Coalición Cívica y decantó en que al término del encuentro de la Mesa Nacional la semana pasada la propia Bullrich aclarara que las posiciones de Juntos por el Cambio se comunicarán de manera formal “y lo que cada uno dice son opiniones personales”.
Pero mientras el centenario partido mira, estudia y pone en marcha un camino y una estrategia con la que entienden se acercan al Sillón de Rivadavia para el 2023, aún tienen que solucionar varios conflictos internos entre los diferentes lineamientos de la UCR.
El más visible y que muestra las internas que aún persisten es el de la Cámara de Diputados, en donde hay dos bloques conformados por militantes radicales. Por un lado, el sector en donde se encuadra la línea interna que hoy comanda Morales y que en la Cámara dirige Mario Negri. Por el otro, los que están con Martín Lousteau y su sector denominado Evolución, que preside Rodrigo de Loredo.
El acuerdo interno que terminó por impulsar a Morales como presidente de la UCR tenía un capítulo que incluía la unión de los bloques que tienen como presidente a dos cordobeses. Sin embargo, casi no hubo avances.
“Hubo charlas informales, pero hasta ahora no hay muchas chances de tener un bloque unificado para las ordinarias -que comienzan el 1 de marzo-”, señaló una fuente que sigue de cerca las conversaciones. “Ni ellos ni nosotros nos mostramos muy interesados en que estemos todos en un mismo bloque, no hay tantas ganas de convivir”, explicaron desde uno de los dos sectores.
Tanto es así que hace una semana atrás, en la reunión de bloque que hizo la UCR, se escucho a un diputado con votos propios que, frente a la posibilidad de la unidad, planteó una duda que quedó flotando en el salón: “¿Para qué queremos diputados que no van a militar por un presidente radical y lo van a hacer por Horacio Rodríguez Larreta?”.
Desde Evolución desmienten esa situación y aseguran que en realidad el recelo tiene que ver con el “crecimiento” que está teniendo esa línea del radicalismo en todo el país. “Evolución tiene candidatos, intendentes, legisladores, en todo el país y tiene un bloque propio en Diputados”.
Un viejo militante radical que observa de manera equidistante de ambas líneas internas hace una analogía con el peronismo. “Esto es como con Cristina Kirchner: en algún momento todos entendieron que sola no llegaba pero que sin ella tampoco. Ahora hay que ver cuándo se llega a ese entendimiento. Hay todo un año para discutir, pero si queremos pelearle la centralidad al PRO la resolución tiene que llegar”.
Esta situación también está complicando algunas resoluciones del interbloque de Juntos por el Cambio, como por ejemplo la definición del presidente. Casi nadie duda que el elegido para ese lugar es el diputado del PRO Cristian Ritondo. Sin embargo, la definición aún no se ha dado porque están a la espera de que la UCR resuelva su situación.
“Pidieron esperar para ver si pueden resolver su interna y eso está atrasando todo. Si hubiéramos tenido sesiones extraordinarias, en este escenario, todavía no tendríamos presidente de bloque. De todas formas, hay que avanzar rápido porque nosotros no estamos para resolver las internas de ellos”, explicó un legislador del PRO.
Campamento y recorridas
Pero si hay algo que al radicalismo le gustan son las internas. Las disfruta y las dirime. Y empieza nuevamente. Las últimas elecciones le devolvieron vigor al partido que mostró músculo. En especial en la provincia de Buenos Aires con Facundo Manes, y quieren seguir desarrollándolo de cara al 2023.
En los últimos días más de 500 miembros de la Juventud Radical se reunieron en Villa Urquiza, Entre Ríos, donde se desarrolló el décimo campamento de la Juventud Radical. Y ahí también estuvo presente la interna.
Entre fogones y banderas rojas y blancas, llegaron los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes), los diputados Facundo Manes y Mario Negri y los senadores Carolina Losada y Luis Naidenoff. El discurso fue motivador, pero con un mensaje claro: la UCR pertenece a Juntos por el Cambio, pero quiere hacerlo “con mayor protagonismo”.
Las autoridades radicales se hicieron presentes para bajar una línea desde la conducción, pero a nadie se le escapa que también lo hicieron para apoyar a la correntina Valeria Pavón, la nueva presidenta de la Juventud quien en diciembre ganó la interna a Cantera Popular, la agrupación de jóvenes de Evolución que llevaba 18 años presidiendo la agrupación.
En ese encuentro, según publicaron medios locales, Morales dejó en claro cuáles son los objetivos del radicalismo. Frente a los jóvenes señaló que se mantendrán dentro de la coalición pero “no como furgón de cola”. Y sentenció: “Somos una fuerza importante, a la que nos deben respetar, porque queremos volver a ser gobierno. Es tiempo de cambios en Juntos por el Cambio”
Morales quieren impulsar a la UCR como un partido de gobierno y para eso busca apalancarse en las tres gobernaciones -Jujuy, Corrientes, Mendoza- y en los más de 400 intendentes -sobre un total de poco más de 1300 municipios en todo el país- incrementando su presencia y la de varios dirigentes nacionales en todo el país.
Esto sucederá una vez que se resuelva otra de las internas que tiene la UCR entre Morales y Lousteau: la elección de las nuevas autoridades de la Convención Nacional. Este órgano, junto al Comité Nacional, son las máximas autoridades del partido pero tiene una particularidad muy importante de cara al 2023 porque es quien define las alianzas y la estrategia electoral del partido.
Un total de 347 convencionales deberán definir a las autoridades y, principalmente, al presidente del órgano. La fecha será definida a mediados de marzo y Morales es el encargado de convocarla.
* Para www.infobae.com
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