SALUD - CORONAVIRUS LUCAS DE LA CAL* 29/12/2022

El mundo se cierra ante la salida de viajeros chinos por miedo a una nueva gran ola de Covid

Hay un virus que se expande en el país más poblado del mundo en el peor momento posible: a las puertas del Año Nuevo chino, cuando cientos de millones de personas vuelven a sus hogares para celebrar en familia la festividad. También hay otras muchas que ya han comprado el billete para visitar a sus familiares en el extranjero o que van a aprovechar las vacaciones para pegarse un gran viaje internacional por varios países.

Esto está pasando a finales de diciembre de 2022, pero el párrafo está sacado de un artículo que publicó este periódico de principios de 2020. Hay otras varias similitudes entre aquellos primeros días de pandemia, cuando el coronavirus explotó en la ciudad de Wuhan, con la situación que se ve ahora en muchos rincones de China: hospitales colapsados, falta de medicamentos y ausencia de cifras creíbles de contagios y muertos por la alergia a la transparencia que tiene el régimen de Pekín.

Incluso la respuesta de algunos países a la ola de Covid en China recuerda a lo que pasó hace casi tres años: más controles en aeropuertos, exigencia de pruebas negativas a los viajeros que llegan desde el gigante asiático y cuarentenas para los positivos. Recuperar algunas de estas medidas es lo que ya han decidido en Estados Unidos, Japón, Malasia, Taiwan, India e Italia. En este último, en un vuelo que aterrizó en el aeropuerto de Milán el 26 de diciembre, el 52% de los pasajeros dieron positivo.

China, a la inversa de lo que hizo a principios de 2020, ha anunciado que sus fronteras, después de más de 1.000 días selladas, se reabrirán a partir del 8 de enero. Pero ahora está probando de su propia medicina. El país que ha pasado tres años restringiendo vuelos internacionales, prohibiendo la entrada a turistas y obligando a hacer largas cuarentenas a sus nacionales y extranjeros con permiso de residencia, se encuentra con que son otras naciones las que ahora levantan barreras a los vuelos que salen de China por miedo a que aparezcan nuevas variantes del virus.

"La falta de transparencia sobre el Covid es preocupante porque no sabemos qué variantes están circulando allí en este momento y si esas variantes son diferentes en términos de su respuesta a la vacunación", ha advertido el virólogo australiano Dominic Dwyer, uno de los expertos que participó en el viaje que la OMS organizó a Wuhan a principios de 2021 para investigar los orígenes de la pandemia.

La respuesta internacional a la primera gran ola de contagios sin control en China no ha hecho ninguna gracia en Pekín. El miércoles, Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, acusó a los países occidentales y a los medios de "exagerar" y "distorsionar los ajustes de la política de Covid de China".

Además, señaló que las respuestas de todos los países deberían estar "basadas en la ciencia". Parece que a Wang se le ha olvidado todas las veces que salió a la rueda de prensa de Pekín para avivar teorías nada científicas sobre que el virus lo soltaron por Wuhan militares estadounidenses o que llegó a China a través de productos congelados y paquetes importados de otros países.

El portavoz ha pedido que las medidas que están tomando los países sean "proporcionales" y que "no afecten al intercambio normal entre personas". Retrocediendo apenas unos meses atrás, era el Gobierno chino el que había dictado la orden de no aprobar solicitudes de emisión de nuevos pasaportes por "razones no esenciales" como parte de la campaña de la política nacional de Covid cero. Incluso a muchos nacionales con el pasaporte en vigor se les echaba para atrás cuando estaban a punto de embarcar si trataban de salir con una visa de turismo.

El Covid cero terminó de golpe y ahora Pekín demanda que el resto del mundo abra los brazos a los viajeros chinos, quienes antes de la pandemia, en 2019, realizaron 155 millones de viajes dejando un gasto de 250.000 millones. O lo que es lo mismo: el 20 % de todo el gasto en turismo internacional, según la Organización Mundial del Turismo.

Los medios chinos han explicado que se han disparado las búsquedas de destinos en el extranjero en las principales páginas de viajes, como Trip.com y Fliggy, desde que se anunció el levantamiento de las estrictas restricciones de control fronterizo. Aunque los precios de los vuelos siguen por las nubes, un 60% más de media cada billete en comparación con los niveles previos a la pandemia.

Japón fue el primero esta semana en anunciar que se limitarán los vuelos hacia y desde China a partir del 30 de diciembre, además de pedir una PCR negativa a todos los viajeros que procedan del vecino asiático. El viejo requerimiento de la prueba también la va a recuperar Estados Unidos a partir de enero.

El departamento de salud estadounidense acusó además a China de no proporcionar datos "adecuados y transparentes" sobre la situación de las infecciones masivas que se están reportando. "Hay una creciente preocupación en la comunidad internacional sobre los aumentos repentinos de Covid en China y la falta de datos transparentes, incluidos los datos de secuencias genómicas virales", dijeron.

Una preocupación que ya trasladó a Pekín hace unos días Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. "Para realizar una evaluación integral de riesgos de la situación sobre el terreno, la OMS necesita información más detallada sobre la gravedad de la enfermedad, los ingresos hospitalarios y los requisitos de apoyo en la UCI", solicitó. A punto de cumplirse exactamente tres años desde que el Covid fuera notificado por primera vez en Wuhan, el mundo vuelve a mirar con temor a China.

*Para El Mundo de España