OPINIÓN María Herminia Grande* 09/02/2024

La política de los memes

Cuesta a los periodistas que leen la política interpretar al presidente Milei. Esta cronista está acostumbrada a analizar la conducta de los protagonistas de la política racional. En este caso particular, estamos ante un personaje con una psicología política distinta a tener en cuenta. Algunos hasta se animan a emparentarlo con el síndrome de asperger.

Sí, es dogmático. Y parece que sólo le interesan los números. Debajo de la campera de cuero de rockstar, aparece la piel de ministro de Economía grabada a fuego con dos objetivos: déficit cero y bajar la inflación, para cuyo cumplimiento apelará a todo para sobrevivir. Aún no puso en marcha su gobierno. Gobierno que no tiene método –quedó evidenciado en el tratamiento en el Congreso de la ley Ómnibus-, clave a la hora de distinguir lo principal de lo accesorio.

Le cuentan a esta cronista que sus conversaciones con el ex presidente Macri empiezan y terminan en cuanto a su interés por lo económico. Cuando el ex Presidente encauza la conversación hacia otros temas, Milei lo deriva a su hermana Karina, al jefe de Gabinete, Posse. No le interesa. No le gusta hablar de otro tema.

Ante esto, es interesante la figura de Santiago Caputo, construyendo en el hoy presidente un candidato permanente para suplir la falta de infraestructura política que el propio Milei -según le consta a esta cronista-, no quiso construir. No le interesó tener gobernadores. Ni senadores. Porque, intuyo, no pensaba ser elegido Presidente en esta vuelta. Santiago Caputo lo necesita para la relación directa con los votantes besando enfáticamente a Fátima Florez, viajando a la Antártida, llorando en el Muro de los Lamentos y posando para las fotos cual rockstar. La política del gobierno del presidente Milei se sostiene a través de los memes.

Cuando en el balotaje la ciudadanía decidió convertirlo en presidente, Milei se encontró sin plan. Por eso adoptó como propio el elaborado por Sturzenegger. La centralidad de su supervivencia va a depender de tres temas: a) su batalla permanente contra la casta política, a la que insulta denodadamente; b) llegar a abril con la recaudación nacional aún sin paquete fiscal y abrazar los U$S 20 mil millones de la cosecha a los que Massa no pudo por la sequía; c) los tiempos de tolerancia, de paciencia social, que se achican cada vez más cuando se concurre a un supermercado. Abril resultará clave en este aspecto por la incidencia del aumento de tarifas, de las prepagas de salud, de colegios. Y los sueldos atrasados. Los paritarios perdieron en diciembre un 14%. No cuesta demasiado imaginar la situación de los trabajadores destutelados.

Cercanos al Presidente manifiestan que Milei aspira a terminar el año en curso con una inflación por debajo del 5%. Para ello intenta tener de rehenes a las provincias, sentarse en la caja de las retenciones y castigar –como acaba de hacerlo- a quienes él considera traidores. Por ejemplo eliminando los subsidios al transporte del interior, excepto AMBA, castigando a sus propios votantes. En Córdoba obtuvo en el balotaje el 74% de votos. En Santa Fe, casi el 63%. Ante esto, el gobernador Pullaro le dijo a Infobae: “Cuando no hay diálogo, hay agresividad por la incapacidad de escuchar los argumentos del otro. A Santa Fe siempre la han discriminado. Ahora le quitan $1500 millones por mes. Nosotros mantendremos nuestro subsidio al transporte, pero no podemos hacernos cargo de lo que Nación no manda. Nos vamos a arreglar, vamos a readecuar las tarifas y saldremos adelante”.

Si la postura del análisis político es sobre la política racional, miraríamos hacia el ex presidente Macri, esperando que éste lo asista con gobernabilidad. No parece por lo expuesto que esta sea la hoja de ruta de Javier Milei. Tal vez para autoconvencerme, me digo: “Si la postura en el análisis es la racional, no hubiera ganado Milei”.

En cuanto al ex presidente Macri, un hecho llamó la atención de esta cronista. Entendiendo que la política sin capital humano termina en default, la actitud que éste tuvo para con el hoy ex sub-secretario de Deportes de la Nación, Ricardo Schlieper: no lo defendió ante Milei.

Schlieper es un hombre honesto y conocedor del fútbol, cuarenta años en el oficio. Pero llegó sabiendo de la importancia del deporte amateur. Ante esto, se apoyó en la gente del CeNARD, ocupando muchas horas escuchando a los deportistas de trayectoria, a tal punto que cuando renunció en forma indeclinable ante la designación de Scioli, éstos le manifestaron de distintas formas su agradecimiento, al igual que la gente de su sector, muchos de carrera que no pensaban como él. Cuentan que Schlieper le dijo a uno de ellos: “Si soy liberal, debo respetar tus ideas”. Macri perdió así un cuadro leal.

Como dice Antonio Guterres, secretario general de la ONU, junto al Papa uno de los pocos líderes pensantes de esta actualidad, “el mundo está en la era del caos”. Graciela Camaño –se la extraña en la Cámara de Diputados- cree que los humanos de hoy, en el mundo que nos toca vivir, no están en condiciones de afrontar lo que viene. Le dice a Infobae: “Somos 8 mil millones, no me extrañaría que transitemos episodios de caos y muerte, hasta de armas nucleares, en pos de la autorregulación de la especie. La crisis climática y la inteligencia artificial se están comiendo al humano”.

En la era del caos, los memes gobiernan.

 

 

* Para www.infobae.com