Sin consenso interno, Villarruel aceptó que el Senado discuta el DNU y se arriesga al rechazo
La decisión de Victoria Villarruel de habilitar el debate en el Senado del decreto de necesidad y urgencia (DNU) que dispuso fuertes desregulaciones a la economía, puso al gobierno de Javier Milei ante el riesgo de ser el primer presidente en democracia al que le rechacen un decreto. Sería una derrota política de primera magnitud y podría comprometer, en un futuro, las reformas de 300 leyes que fueron modificadas por esta medida.
La dirigente libertaria cedió a la presiones que motorizó el kirchnerismo más duro de la Cámara alta, una bancada granítica de 33 legisladores que reclamó de manera constante que el DNU sea puesto a consideración. Los pedidos para que se lleve al recinto el DNU lo hizo el senador ultracristinista formoseño, José Mayans, en cada encuentro y en cada sesión, pero no encontró eco. Mientras Unión por la Patria estaba a cuatro votos de los 37 que conforman la mayoría, Villarruel mantuvo su negativa, pero todo cambió el mes pasado cuando los representantes de los bloques que responden a los gobernadores se pronunciaron también por tratar el DNU. Y, lo que es peor, adelantaron que estaban dispuestos a votar el rechazo.
En el momento de mayor debilidad, la Vicepresidenta empezó a dar señales de que no podría mantener su decisión de no convocar a sesiones para tratar el decreto, pese a que desde la Casa Rosada le enviaron claras señales del riesgo que podría tener para el gobierno y para la economía habilitar una sesión con el horizonte de una derrota.
El decreto, de todos modos, tiene una salvaguarda. Por la reforma que impulsó Cristina Kirchner cuando era presidenta, los decretos de necesidad y urgencia requieren para ser dejados sin efecto el rechazado de las dos cámaras. Si el Senado repudia lo firmado por Milei, los estímulos para que Diputados recorra el mismo camino crecerán de manera inevitable. Pero el DNU todavía continuará vigente.
Sin consenso interno en el Gobierno y sin tener asegurada la posibilidad de impedir una derrota, Victoria Villarruel igual convocó a la sesión y puso fecha para que sea el jueves la sesión. Apenas se conoció la convocatoria hubo festejos en los campamentos del kirchnerismo. Es que los senadores “federales” que responden a los gobernadores se mantienen, hasta este martes a la noche, dispuestos no solo a dar quórum, sino también a votar en contra del Gobierno de Milei. Todavía duran los enojos por las descalificaciones en la apertura de sesiones.
Además, dirigentes como Martín Lousteau, que es presidente de la UCR y a la vez senador nacional por la Capital Federal, expresó públicamente su oposición al DNU, al que llegó a calificarlo como “inconstitucional”. Son expresiones que anticipan manos levantadas para el rechazo.
La convocatoria oficial para la sesión especial, firmada por Villarruel, incluye la discusión del decreto de necesidad y urgencia, pero los detalles sobre el desarrollo de la misma se definirán recién en una reunión de Labor Parlamentaria que se llevará a cabo este miércoles, a partir de las 18, donde se esperan intensas negociaciones entre los distintos bloques. Acá podría abrirse una instancia de negociación que evite un traspié para Milei de imprevisibles consecuencias. A eso apuestan “manos amigas” para evitar que la política vuelva a enviar una pésima señal a la economía.
La decisión de Villarruel tomó por sorpresa a los libertarios -un malestar que llegó hasta la misma Casa Rosada- porque habían negociaciones para evitar llegar a una instancia tan peligrosa para el oficialismo. Es así que durante el transcurso de este martes, un grupo de legisladores libertarios y de la oposición anti K empujó una nueva solicitud, que no incluía el DNU.
La decisión de la titular de la Cámara alta de incluir el decreto en el temario desbarató ese intento final.
Este escenario reabrió las permanentes especulaciones en torno a la relación entre Milei y su vicepresidenta. Es que la compañera de fórmula del líder libertario y quien compartió banca durante dos años en Diputados, quedó relegada al ámbito sólo del Senado en el nuevo poder que alumbró el 10 de diciembre. Quedaron en nada las promesas de que estaría a cargo de Seguridad y Defensa, áreas donde quedó a cargo Patricia Bullrich y Luis Petri, respectivamente. Más allá de gestos de distensión, la vicepresidenta ejerce su cuota de poder sólo en el Senado.
Rechazo de alto impacto
El rechazo del DNU no implica, solamente, una posible derrota política para el Presidente, sino que por sobre todas las cosas podría afectar al devenir mismo de la economía. Es que en la Cámara alta La Libertad Avanza estaba en condiciones de mantener blindado el DNU. Si es rechazado allí, el kirchnerismo redoblará la presión para hacer lo mismo en Diputados.
Es un escenario que, como desenlace, podría afectar las reformas que ya están en marcha a partir de la firma del DNU. Ocurrió en el sector de los alquileres, una pesadilla que venían viviendo aquellos que buscan y que ofrecían inmuebles. Este es uno, pero no el único mercado que, a partir de la medida decreto, se empezó a normalizar.
Una anulación definitiva del DNU podría afectar a la economía porque el DNU derogó la Ley de Abastecimiento, la Ley de Góndolas, la Ley del Compre Nacional, el Observatorio de Precios, la Ley de Promoción Industrial y comercial, entre muchas otras. ¿Si cayera el DNU, qué pasaría con los nuevos contratos? Son los costos hundidos que pueden emerger si cae ese decreto y aparece un limbo jurídico si el Senado efectivamente rechaza el decreto.
Fuente: Infobae