Pullaro se enfrenta a los jueces, un poder que quiere seguir con sus privilegios

Nueve meses después de haber asumido como gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro enfrenta su primera batalla contra el poder real: la Justicia, representada en particular por algunos de los miembros de una Corte Suprema, que durante décadas, se convirtió en un escudo infranqueable para quienes intentaron avanzar sobre ciertos intereses del sector.

Incluso antes de asumir, algunos de los hombres más cercanos a Pullaro se encargaron de advertir públicamente que uno de los objetivos del futuro gobernador sería renovar la Corte, bajo el argumento de que los jueces con más de 75 años deben jubilarse y dejar sus lugares a otros.

 Desde el punto de vista jurídico, no todos coinciden en que se trate de una verdad irrebatible. Sin embargo, desde la mirada política, aquella primera señal marcó las cartas de un juego de poder que recién parece comenzar y que, evidentemente, Pullaro quería jugar.

Uno de los miembros de la Corte, el rosarino Mario Netri, ya anunció que se jubilará en noviembre de este año. Otros dos integrantes tienen sus trámites jubilatorios terminados desde hace tiempo, pero por el momento no manifestaron su decisión de retirarse. ¿Lo harán ahora, ante la posibilidad de perder beneficios por la reforma jubilatoria que impulsa el Ejecutivo?

 La determinación de ir hacia un nuevo sistema previsional en Santa Fe puso en la mira a magistrados e integrantes del Poder Judicial, quienes cobran los mayores sueldos y, por lo tanto, las mejores jubilaciones y pensiones de la provincia.

 Para la Justicia parece haber sido demasiado. El viernes de la semana pasada, decenas de jueces se fotografiaron en la explanada de los Tribunales de Rosario a modo de protesta. Esta semana, judiciales de la ciudad de Santa Fe hicieron lo mismo y subieron la apuesta, al llevar sus advertencias hasta las puertas de la Casa Gris.

 La Corte pidió una urgente reunión con Pullaro, y el gobernador los citó a Casa de Gobierno este domingo, a las 7,30 de la mañana. Inédito.

"Renovar para qué, ¿para tener una Corte adicta?"
En este contexto, habló públicamente quien con el paso de los años supo convertirse en un verdadero símbolo de la Corte Suprema de Justicia de anta Fe, y también en una suerte de representante incondicional del Poder Judicial: Rafael Gutiérrez.

 "Renovar para qué, ¿para tener una Corte adicta", se preguntó en el programa Creo, que se emite todas las mañanas en AIRE de Santa Fe.

Con 52 años de carrera en la Justicia, dejó en claro que solo dará un paso al costado cuando él tome la decisión, dijo que Santa Fe debería reclamar a la Nación los fondos para reducir el déficit de la Caja de Jubilaciones y recordó que, desde sus inicios como miembro del Colegio de Magistrados, se plantó frente a cada gobernador, de cualquier signo político.

 Quizá parezca apenas una cuestión de matices, pero no se trata de una diferencia menor: no es lo mismo ser un defensor acérrimo, inteligente e incansable de la Justicia; que ser un protector acérrimo, inteligente e incansable de los integrantes del Poder Judicial.

 Solo a modo de ejemplo: a mediados de los noventa, Gutiérrez fue uno de los principales responsables de que los miembros del Poder Judicial de Santa Fe comenzaran a beneficiarse de la conocida como "Ley de Enganche". Desde entonces, los sueldos del sector se fijan a nivel nacional, pero los paga la Provincia.

 - ¿Hay alguna forma de desengancharse?

 - "No... no sé. ¿Por qué nos vamos a desenganchar? Nosotros con ese tema de la Ley de Enganche hace más de 25 años que no tenemos una huelga en el Poder Judicial", respondió Gutiérrez.

 Si de matices se trata, no es lo mismo hablar de "intereses del sector judicial", que de "independencia del Poder Judicial". La "Ley de Enganche" no parece tener demasiada relación con la defensa de un poder independiente, sino con una mejora salarial que ya lleva 30 años de vigencia.

 La necesidad imperiosa y permanente de velar por la independencia de la Justicia no está en discusión. De hecho, hay suficientes señales de alerta en este sentido: esta semana, por ejemplo, la selección de tres integrantes de la Cámara de Ejecución Penal y Supervisión Carcelaria de la Provincia de Santa Fe estuvo teñida de sospechas.

Maximiliano Pullaro, ante una jugada clave
Hasta ahora, el gobierno santafesino cosechó sucesivos éxitos ante una serie de objetivos que buscó de manera simultánea: redujo el ausentismo y el acatamiento a los paros docentes, superó las trabas de sectores que impedían modificaciones en el sistema carcelario, obtuvo leyes de emergencia en áreas clave y dio los primeros pasos hacia una reforma de la Constitución provincial que, esta vez, sí parece viable.

 También dejó en claro su decisión de reducir el déficit la empresa Aguas Provinciales y tomó decisiones en ese sentido, introdujo cambios en el funcionamiento de la EPE e, incluso, se arriesgó a impulsar la modificación del sistema previsional santafesino, a pesar del desacuerdo de los gremios, de los partidos opositores e, incluso, de algunos inocultables reparos entre sus socios políticos.

Pero ante la incipiente disputa con el Poder Judicial, todos estos logros se parecen a fuegos de artificios.

 En primer lugar porque, durante décadas, algunos de los protagonistas centrales de la Justicia fueron construyendo intrincados y robustos espacios de poder, articulando decisiones que tuvieron como contraparte a políticos que hoy deben avalar las reformas que impulsa el Ejecutivo. En otras palabras, seguramente son muchas las costillas contadas y los favores pendientes.

 En segundo lugar, porque estos mismos actores de la Justicia se convirtieron en verdaderos expertos a la hora de sortear las turbulencias de la política. No solo por sus capacidades innatas, sino porque cuentan con un aliado fundamental: el tiempo, ya que no deben revalidar sus cargos en las urnas. Los políticos pasan, pero los alfiles del Poder Judicial quedan.

 La reunión de este domingo, a las 7,30 de la mañana, representa una fuerte apuesta para Pullaro.

 Si luego de escuchar a los integrantes de la Corte el gobernador decide dar marcha atrás en sus intenciones de impulsar la renovación del Máximo Tribunal, mostrará signos de debilidad política. Si introduce o avala modificaciones sustanciales al proyecto de reforma previsional, sufrirá el mismo desgaste.

 Dos datos claves a tener en cuenta.

Si los integrantes de la Corte no se jubilan ahora, perderán gran parte de sus ingresos durante el retiro, ya que la nueva ley recorta drásticamente el tope de haberes jubilatorios.
De todos modos, la Justicia tiene en sus manos la potestad de anular todos aquellos aspectos de la reforma previsional que considere inconstitucionales. "Nosotros tenemos la última palabra", advirtió Gutiérrez. Y tiene razón.
Con esta Corte, la reforma jubilatoria que el gobierno pretende está en riesgo. Con la reforma jubilatoria, lo que se pone en riesgo son las jubilaciones de los actuales miembros de la Corte. Evidentemente, los dos temas van de la mano.

 Este domingo y a partir de ahora, cada sector moverá sus piezas y comenzarán a vislumbrarse las primeras señales de un juego en el que, lo que está en disputa es, en definitiva, el poder real.

 Pullaro lo sabe. Y los alfiles del Poder Judicial, también.

Con información de Aire de Santa Fe